"a veces siento que nunca estarás satisfecha con todo lo que hago" -mencionó él, tomándome de improvisto aquella fría mañana del 2016, convirtiéndose en una de nuestras primeras conversaciones en son de paz.
"no sé a qué te refieres, ¿puedes hacer tu parte?" -mencioné sin prestarle atención.
"bueno, yo no lo estaría"
"¿crees que me importa?"
"aquí nunca estaría satisfecho" -ignoré completamente el doble significado.
"por favor, hazme el favor de hacer tu trabajo" -dije abandonando el grupo, finalizando la breve conversación.
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¿así se supone que se sentía complementarse con alguien?
la libertad, las emociones y todo lo demás.
me sentía como aquella noche en la cual, ben franklin había descubierto que las nubes estaban cargadas de electricidad aquel momento en el que tomó su llave y bajó su cometa.
¿entienden a lo que quiero llegar?
nuestras conversaciones duraban como 2 horas, incluso tres. tan sólo costó tiempo, pero cuando finalmente notamos que congeniábamos, dejamos nuestras diferencias de lado para dar inicio a nuestra amistad.
siempre estábamos de acuerdo con lo que decíamos.
a veces lo hacía bailar o él me observaba hacerlo, cantábamos juntos o simplemente nos burlábamos de los demás.
era un tanto diferente a los demás y en esos tiempos, aún no me percataba de que podría darle una oportunidad.
él no era atractivo, pero lograba atraparte.
alto, tan innancanzable.
aún soñaba en irme lejos con él cuando decidí mirar a mi mejor amiga una mañana del 2018 cuando lo vimos pasar. lo noté, su rostro estaba tan
indefenso
lo sabía, ella estaba tan
indefensa
sus ojos, los cuales estaban tan
indefensos.
sentí una punzada acompañada de tres verdades que ignoré por esos cortos, pero irreparables, meses.
***escrito el 14 de setiembre.
***re-escrito el 16 de setiembre.
***editado el 30 de octubre.
***actualizado el 28 de febrero del 2019.
