10 | Estoy Aquí Ahora

Start from the beginning
                                    

"Por favor, Livi," él suplica. "No hagas esto."

"¡Tú hiciste esto, Bruno!" digo, azotando la puerta en su cara.

Camino de un lado a otro en mi habitación, tratando de calmarme. No puedo creer que mi hermano lo dejara entrar después de lo que me hizo.

Antes de darme cuenta, estoy agarrando mis cosas para la universidad mañana. Me dirijo a mi clóset y saco una camisa, torpemente lastimando mi muñeca en el proceso. Pero no paro para pensar en ello y empaco un cambio de ropa, una idea ya formándose en mi cabeza. Necesito salirme de aquí. Ya no lo puedo soportar.

Cuando abro la puerta, mi hermano y Bruno están en la sala. Están discutiendo algo. Me apuro para pasarlos hacia la entrada.

"¿Dónde vas?" mi hermano pregunta detrás de mí.

"¡Afuera!" grito antes de salirme del apartamento.

Corro bajando las escaleras y consigo un taxi en la calle. Lo bueno de mi barrio es que siempre están disponibles.

Le digo al chofer mi destino rápidamente antes que me arrepienta. Mi teléfono se ilumina con llamadas y mensajes de mi hermano el camino entero pero no contesto.

No es hasta que llego a la casa de Nico que pienso que esto no es la mejor idea. Todavía no sé qué estoy haciendo. Esta no soy yo. Nunca he hecho esto antes. Nunca me he ido corriendo así, y sin embargo aquí estoy corriendo a él. No sé qué pensar de ello, pero ya estoy aquí y me muero por verlo.

Toco la puerta de su enorme casa y espero ansiosamente. Creo que lo debí haber llamado primero. Pero luego veo su cara y expresión de asombro al abrir la puerta, y sé de inmediato que tomé la decisión correcta.

Suelto mi bolsa y prácticamente me tiro encima de él y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura, respirando su aroma. Me jala contra su pecho, abrazándome fuertemente. Esto es exactamente lo que necesitaba.

"¿Qué pasó, bebé? ¿Estás bien?" dice suavemente en mi oído. Su voz me calma al instante, y mi corazón se derrite al escucharlo llamarme así.

"Sí. Sólo necesitaba salirme de ahí," respondo.

Él retrocede de mí y busca mis ojos. "¿Cómo llegaste aquí?" pregunta con preocupación.

"Taxi," alcanzo a decir, sabiendo que se va a enojar conmigo.

Frunce el ceño en vez y parece más preocupado que antes. "Me hubieras llamado. Hubiera ido por ti."

"Lo sé. Todo pasó muy rápido y quería verte."

Su expresión se suaviza. "He estado tan preocupado todo el día. Casi te llamo cien veces."

"Bueno, estoy aquí ahora."

"Puedo ver eso," él sonríe, alzando su mano para ahuecar mi cara. "Te ves más hermosa cada vez."

Me pongo de puntas para besarlo. He estado pensando en ello todo el día y ahora que ha dicho eso, no puedo parar. Inclina su cabeza y me encuentra a la mitad. El minuto que toco sus labios, me olvido de todo lo demás. Es como si me transportara a otra dimensión. Todas mis preocupaciones se van, se evaporan al instante, y todo lo que me queda es él. Todo lo que necesito es él.

Él profundiza el beso, su lengua deslizándose contra la mía más intensamente. Mi estómago da vuelta, y me preocupo que mis rodillas se vayan a doblar así que me sujeto de sus brazos. Sus manos circulan alrededor de mi cintura y se inclina para recogerme. Lo hace tan fácilmente como si no pesara nada. Por instinto envuelvo mis piernas alrededor de él, y empieza a caminar por el pasillo hacia su habitación.

Amando A OliviaWhere stories live. Discover now