Capítulo XI

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// Cartas //

-Michael- el tomar aquel delgado brazo y jalar al menor hacia sí, le aliviaba, si, había podido alcanzarlo, el ojirojo se aferraba con fuerza a sus ropas sin dejar de temblar, William lo tenía abrazado con miedo de que desapareciera de nuevo.

-Lo siento Michael, perdóname- le abrazaba con cariño de la cintura y la cabeza, acariciando sus negros cabellos con delicadeza mientras besaba su frente, tratando de relajarlo, pero ni siquiera él mismo dejaba de temblar.

-William...- el suave sonido de su voz, en un hilillo que salió, uno dolido que le llegó a alejarse del menor solo un poco, aun sosteniéndolo en sus brazos- William...- aquellos ojos de rubí no dejaban de derramar amargas lágrimas, el azabache mayor se acercó a él mientras ambos cerraban los ojos con lentitud... pronto un sonido extraño penetró sus oídos, aquello le irritaba y se reusaba a abrir los ojos para saber que era, fue cuando unas suaves manos posadas en sus mejillas y un susurro acompañándole le hicieron entre abrir los ojos...

Sintiendo como el cuerpo frente a él...

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Ya no estaba
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Ahora en sus manos habitaba las cenizas de aquel recuerdo amargo que dejó ir ese día

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"William... perdóname"

Los ojos esmeraldas se dejaron ver de golpe al despertar, el sonido insistente de un despertador cortaba el silencioso día, William se sentó en la cama apoyándose en la cabecera de esta, apagó con pesadez la alarma y suspiro con cansancio tomándose la cabeza mientras posaba su codo en la rodilla.

De nuevo había tenido ese sueño

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-Eres prohibido...

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Aquella sonrisa sincera, esas sonrisas solo para él no dejaban su mente, aquellos ojos sin iguales de un encantador rojo sangre, no le dejaban de mirar con ese toque de alegría y brillo... hasta que ese día llegó, en donde su sonrisa como el brillo de sus ojos se esfumaron

"Lo siento Spears.... pero no quiero que me vuelvas a tocar..."

Cada mañana era una tortura ir a trabajar sabiendo que todos aquellos sucesos lo habían presenciado esas cuatro paredes, los corredores, el piso trece y por ultimo... las escaleras del primer piso, ese edificio le recordaba al 100% el color que le faltaba a sus días, pero ya no podía hacer nada.

-Señor aquí le traje el informe que me pidió para la próxima reunión- Grell Sutcliff después de haber hablado con Michael ese día y arrepentirse de lo que provocó...

"PERDONAME.... NO SABÍA QUE EN VERDAD ESPERABAS UN NIÑO"

Cambio por completo, a William le impresionó el primer día al verlo tan dedicado y esforzándose en su trabajo, y después no le importó.

Hombres Prohibidos, Labios Sellados (William x Sebastian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora