Epílogo

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*siento las faltas de ortografía* 

Epílogo. 

*Victoria's POV* 

El incómodo y duro sofá en el que estoy hime cada vez que me muevo. Aunque el sonido que emite es molesto e intragable, no puedo evitar moverme una y otra vez. Mi cuello está dolorido a causa de la mala postura en la que me he dormido, aunque no puedo llamar dormir a eso. Imágenes de la oscura sangre de John atormenta mis pensamientos cada vez que cierro los ojos. 

¿Ocurre algo malo porque en cada vez que pienso en John, me duele el corazón? Sé que debería de sentirme aliviada al saber que ya no podrá hacerme daño, pero tampoco puedo forzarme a sentirme feliz por ello. 

Agarro a Flopy y lo abrazo más cerca de mi pecho. Y las memorias de la semana que me llevó a la feria vuelven a mi mente. El corazón se me encoje en el pecho, porque el padre que recuerdo era aquel que hizo lo que pudo por conseguir a Floppy. Ese recuerdo es el único que tengo de una familia feliz. He sido miserable toda mi vida por su culpa, entonces, ¿por qué mi corazón parece que me da patadas en el pecho cada vez que recuerdo que está muerto?

Una máquina que pita me trae de vuelta a la realidad. Me obligo a mí misma a levantarme del sofá lleno de bultos y andar hasta la cama de hospital donde se encuentra Sebastian. 

Salieron al hospital con demasiada rapidez mientras yo esperaba en la sala de espera. La misma costilla que tuvo fracturada por el accidente ahora está rota, y ha facturado su riñón. Lo mucho que lloré anoche esperando a que Sebastian saliera de la sala de operaciones esindignante. Después de cinco largas y horribles horas, el curujano por fin salió y me contó que tenían que quitar uno de sus riñones. 

-Respira -me dice Sebastian con su voz grave. 

-No deberías de haber resultado herido. Es todo por mi culpa. 

Sacude la cabeza. 

-No lo entiendes, ¿verdad? Haría lo que fuese para asegurarme de que estás a salvo. 

Le acaricio el pelo. 

-Estás loco -susurro. 

-Me lo suelen decir -me guiña un ojo. 

Intento sonreír, pero en una situación así, me es imposible. Imágenes de anoche siguen apareciendo, y las lágrimas no dejan de empapar mis ojos. Me frustra muchísimo llorar tanto este último mes. 

-Siento lo de John -dice. 

Sacudo mi cabeza con violencia. 

-Después de todo lo que me hizo, no merece que derrame una maldita lágrima por él -digo, y mi voz de rompe. 

-Tranquila -susurra. 

-No merece mis lágrimas -digo mientras me quedo sin aire, una pequeña y tímida lágrima cae por mi mejilla-. ¿Por qué estoy llorando por él? -pregunto furiosa. 

Sebastian se queda sin habla. Se queda tumbado sin apartar los ojos de encima mía y acariciando mi pelo. El silencio mezclado con mis sollozos es cómodo, de alguna forma. Después de algunos minutos llorando como una tonta, decido apartar las lágrimas. 

-Lo siento -digo. 

-No lo sientas. 

***

-El Agente McCall estuvo aquí mientras estabas anestesiado, anoche -digo. 

-¿Quién es?

-Es el agente que se ocupa de nuestro caso. Mi madre y yo ya le entregamos nuestro informe; dijo que volvería más tarde a recoger el tuyo. Está buscando a Martha y a Dominic -frunzo el ceño-. Quiero decir, Martha y Cole. 

The Letter {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora