Capítulo Siete - La verdad -

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X: ¿Qué te paso? - me pregunto mirándome fijamente. 

_: Harry... - susurré. ¡¿Qué demonios hacía aquí?! ¿Cuándo llego? ¿Por qué? ¿Cómo dio con mi dirección?

H: ¿Qué te paso? - volvió a preguntar. El miedo y la desesperación comenzaron a incrementar en mi interior. Harry me miraba, como inspeccionando mi cuerpo. Sé que me miraba mal, sé que nada de esto estaba bien. ¿Qué le digo?

_: yo... entra – le me quite de la entrada para darle paso, Harry entro con el ceño fruncido. Cerré la puerta y di un largo suspiro. ¿Por qué hoy? ¿Por qué justo hoy tenía que venir? -¿Cómo has encontrado mi dirección? - pregunte.

H: le he hablado a Bella y ella me trajo hasta aquí - yo asentí

_: toma asiento - le dije. Harry tomo asiento, sin quitarme la vista. Sus ojos transmitían curiosidad, preocupación. - Iré por algo a la cocina - dije. Caminé rápidamente hacía la cocina, y saque dos vasos y los llene de limonada. Sentí como la mano de Harry me tomaba del brazo, justo donde tenía mis heridas. ¡Joder! Se me olvido colocarme las vendas. Sentí como la sangre comenzaba a salir por las heridas comenzaban a arder. Gemí por el dolor, él frunció el ceño y retiro su mano. Y fijo su vista en mi suéter, vi como este se comenzaba a manchar de rojo. ¡Demonios! Intente correr hacía el baño pero Harry me lo impidió tomándome por la cintura. Grite de dolor, pues todo mi cuerpo dolía. Harry me soltó, dejándome entre la pared y su cuerpo.

H: ¿Dónde está el botiquín? - fue lo único que dijo.

 _: hay uno en mi cuarto - dije con la voz quebrada. Quería llorar, quería gritar, quería morir. No sé qué dolía más, el hecho que mi vida era una mierda y nada tenía sentido, o el hecho que Harry ya sabía mi secreto. O bueno, parte de él.

Entramos a mi habitación y él se dirigió al baño. Mientras que yo me senté en mi cama, y me quite mi suéter. Quedándome con una blusa de mangas cortas. Él salió con el botiquín en sus manos y se sentó frente a mí. Saco algodón y agua oxigenada. Sumergió el algodón en el agua y luego tomo mi mano delicadamente. Comenzó a pasar el algodón por mis heridas, frotándolo suavemente. Limpiando la sangre, y al mismo tiempo iba soplando. La verdad no me ardía, no mucho. Harry tenía el ceño fruncido, sus labios formaban una línea recta, sus ojos fijos en mis heridas. Terminó de limpiarlas y me unto un poco de crema.

H: ¿Solo en este o tu otro brazo también? - me dijo.

 _: solo este, gracias - dije torciendo la boca. Él asintió y guardo las cosas en su sitio.

H: ¿Por qué haces esto? - me pregunto. Yo solo lo miré a los ojos, avergonzada.

_: porque es una forma de sentirme mejor.

H: ¿Herirte es una forma de sentirte mejor? - me pregunto, algo exaltado.

_: lo... lo siento - le dije y baje mi mirada. No quería ni podía verlo a los ojos. Me daba pena, me daba miedo.

H: No te disculpes. Simplemente no lo hagas y listo - me dijo. Sabía que tenía el ceño fruncido. Sabía que estaba enojado, decepcionado. Y exactamente eso era lo que yo quise evitar, exactamente por eso yo no planeaba decirle mi secreto. Porque no quería ver esa mirada de decepción, esa mirada de lástima y pena. No podría soportar eso de parte de él, no

_: Harry... - susurre. Pero no sabía que decir o que hacer. No quería perderle, no quería que se alejara de mi vida. Él había venido para darle sentido y luz a mis días. Y si él se iba... yo no sabría qué hacer. Él era una salida para mis problemas, él me ayudaba a olvidar Él me hacía reír, me hacía sentir especial.

H: Es que no digas nada-su tono era tan firme, tan enojado.-Yo... ¡No tienes por qué hacer esto! -Cada una de sus palabras eran como dagas en mi corazón. - las cosas no se solucionan así - dijo y se puso de pie.

Dare To Dream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora