Capitulo 3: La mentira.

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Capitulo 3: La mentira

Las chicas subieron como pudieron las escaleras en cuestión de segundos, dos de las chicas aparecieron con una cesta de pelotas de tenis y raquetas, ellos aun seguían mirando la escena de las chicas hasta que Fuji los alerto que se movieran. Los intentaron golpear, los novatos fueron los más lastimados pues sus reflejos eran pésimos.

— ¡Por favor cálmense! — suplico Eiji detrás de un sofá.

— Chicas por favor, no les haremos daño — resoplo Oishi para ayudar a su amigo

Las chicas detuvieron el ataque al ver a la cobriza, entre sus manos sostenía algo letal, ellos habían creído que el ataque se había detenido, al salir sus almas comenzaban a salir por su propia voluntad. Tezuka solo observaba la escopeta y después a la chica...

— Por favor, baja el arma...— suplico Oishi.

— Podrás lastimar a alguien — ahora Eiji apoyaba a su amigo.

— Seguro que ni siquiera sabes disparar — reto Ryoma mientras que los demás lo fulminaban con la mirada, se escucho la carga, regresaron la mirada hacia la chica, disparo hacia el techo y volvió a cargar.

— Lo diré solo una vez ¡largaos de esta casa! — no lo pensaron dos veces y comenzaron a moverse pero los detuvo el capitán.

— ¡Ryusaki! — llamo la atención de las tres chicas pero acabaron por confundir a Tezuka había dicho el apellido pero las tras voltearon al mismo tiempo.

— Los dueños de esta casa son familiares de la entrenadora Ryusaki — volvio a responder Tezuka, la cobriza bajo el arma y comenzó a observarlo, este último suspiro y le mostro el permiso que tenia por parte de la escuela, lo tomo y comenzó a leerlo, sus labios y manos temblaban.

— ¿Qué?, imposible, son representantes de Seigaku... ¿Por qué no lo dijeron antes? — coloco el seguro y se sentó en la escalera, las dos chicas se dispusieron a leer el permiso, para suerte de ellas Sumiré aun seguía hundida en sus pensamientos, no entro ni siquiera escucho el disparo pues ella se encontraba caminado en la dirección del colegio donde ellas estudiaban.

— Etto, yo lo siento mucho... es que me espante al verle — señalo con la mirada al ambarino y después observo al capitán — después al verlos a todos juntos y sin decir nada pues temía por nuestras vidas...

— Está bien, no te preocupes de todas formas venimos en busca de alguien que vivía aquí. — observo a sus compañeros detrás de él y suspiro cansadamente

— ¿Quién vivía? — respondió Eiji aun con el alma en su mano

— Obvio ¬¬, el mejor arquitecto y la mejor tenista — contesto Tomoka algo irritada

— ¡Tomo-chan! — regaño Ann — yo lo siento, mi nombre es Ann Tachibana ella es Osakada Tomoka...

— ¡Mucho gusto! — saludo Tomoka interrumpiendo a su amiga

— Gracias, y por ultimo ella es...

— Saku Kinomoto... encantada de conocerlos — sentencio la cobriza interrumpiendo a Ann, esta ultima la observo perpleja y con las palabras con la boca pero decidió callarse, después simplemente sonrió.

— El placer es mío, y ellos son el equipo de tenis masculino, Ellos son Eiji y Oishi... — presento a cada uno con sus respectivas edades, todos saludaban cordialmente pero Ryoma aun seguía molesto, aquella chica había formado un gran jaleo y por nada.

Los novatos preguntaron qué harían con esa destrucción y todos voltearon hacia el techo, pesadamente suspiraron las chicas pero los chicos estaba asustados, seguramente Sumiré se enfadaría mucho y los haría correr 1000 vueltas a la manzana y peor los haría beber el jugo de Inui.

Sakuno saco su móvil y comenzó a llamar a un contratista para que arreglara aquel daño que había hecho, las chicas se disculparon y les mostraron toda la casa, piscina, la cancha de tenis en buenas condiciones, el camerino con varios cajones, las habitaciones de lujo y después varias camas individuales que podrían usar, Ann les advirtió que solo no entraran a la biblioteca o al despacho dado que la dueña se podría molestar si invadían aquellos lugares, de re ojo observo a su amiga de larga cabellera cerrando.

Al terminar de enseñar la casa las chicas volvieron a disculparse, Sakuno no hizo algún alboroto dado a que en el permiso solo decía que eran representantes de Seigaku pero jamás decía que tomarían esa propiedad para vivir durante los siguientes meses.

Las miradas de Sakuno y Ryoma volvieron a encontrarse pero era tarde y debían volver, ya se había disculpado así que ya no habría problemas en el futuro, decidieron salir cuanto antes dejando más tranquilo a los chicos, durante el trayecto las tres hablaban.

— Sakuno, ¿Por qué los dejaste quedarse?

— Vamos Ann, era el permiso — respondió apresuradamente Tomoka

— En el permiso no decía nada, seguro que ni lo notaste, son participantes del torneo pero no decía que usarían esas instalaciones como vivienda... — Tomoka se sorprendió y ambas voltearon a ver a su compañera.

— Ellos dijeron "la entrenadora Ryusaki", además que lo tomen como disculpa por haberles pasado un mal momento. — satisfechas ante la respuesta.

Por otro lado Tezuka les ordenaba no decir nada de lo que había sucedido, no era por engañar a su entrenadora pero les explico que en esos momentos la entrenadora estaba muy frustrada como lidiar con algo que ya había pasado, todos aceptaron sin dudar de su capitán.

Hilos RojosWhere stories live. Discover now