Capítulo 12

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Soltaba suspiros de vez en cuando, incapaz de mantenerme tranquila ante la situación. Llevábamos más de cuarenta minutos buscando a Polly, y parecía que su rastro se hubiera esfumado de la faz de la Tierra.

Mi corazón latía con más fuerza a cada segundo que pasaba, no podía evitar tener un mal presentimiento. Sentía que Polly estaba en peligro, aunque no era sorprendente después de saber que los Blossom también estaban detrás de ella.

Cheryl dedicó apenas un segundo para mirarme, pero fue suficiente para que me diera cuenta de lo que estaba haciendo. A diferencia de su familia, ella sí que se preocupaba por la salud de la Cooper. Puede que si la llegaran a encontrar, no estuviera a salvo del todo, pero tampoco estaría rodeada al completo de gente cruel y egoísta.

Como se puede ver, no tenía a los señores Blossom en demasiada buena consideración.

Inspiré profundamente al notar la mano de Jughead entrelazarse con la mía. Alcé la vista, encontrándome con unos ojos llenos de experiencia, y preocupación:

-¿Estás bien? 

Apreté los labios, para después asentir. Sin embargo, era obvio que no se lo había creído. Al pasar unos segundos, no pude mantener esa expresión medianamente alegre, y expulsé todo el aire que estaba guardando en mis pulmones:

-No quiero que le pase nada malo...

-La encontraremos, tranquila.

-¿De verdad lo piensas? -dije fríamente.

A día de hoy, no sé por qué actué así. Supongo que era mi subconsciente hablando, no podía evitar ponerme en lo peor. Polly podría estar enferma por el frío, o estar hambrienta... Apreté los labios, y fijé la vista en el suelo:

-Jug, creo que de alguna manera, me siento culpable. Siento como si fuera mi responsabilidad...

Él apretó suavemente mi mano, mientras con la mirada seguia buscando a la hermana de Betty:

-No has tenido nada que ver.

-Precisamente. Si Betty me hubiera dicho el lugar en el que la tenían encerrada un par de días antes, podría haber intentado entrar o-

-Annie, cálmate.

Me obligó a parar, a pesar de que los demás siguieran hacia delante. Apoyó ambas manos en mis hombros, y yo me quedé prácticamente paralizada. No era miedo, era más bien... no quería moverme de allí:

-Tú no tienes la culpa de que todo esto haya pasado. No tienes la culpa de lo de Jason, ni de lo de Polly, ni necesitas compensar nada. Eres amiga de ambos, y me enorgullece que intentes ayudarles, pero comprende que no tienes ninguna cuenta que saldar.

Sonreí débilmente, notando cómo mis ojos se llenaban de lágrimas. Jug no tardó en abrazarme. El grupo seguía avanzando sin nosotros, pero en aquel momento no era mi mayor preocupación:

-Ayer... he vuelto a mi casa.

Al instante, apoyé ambas manos en su pecho y me aparté un poco, para poder mirarle a los ojos. Mis dedos rozaron de manera inconsciente su mejilla:

-Sigamos buscando -propuse.

Él asintió. Sabía de sobra que la razón por la que se marchó de casa fue su padre, y me imaginé lo duro que tuvo que haber sido estar allí de nuevo. 

No quería que me contara nada si no quería, suficiente había hecho confesando algo así. Entrelacé nuestras manos, y con una sonrisa de medio lado, continuamos nuestro camino mientras gritábamos el nombre de Polly.

Larga vida al rey - Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora