Capítulo 3

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Un fuerte resfriado ha atacado a Autumn por haberse quedado la noche anterior en el campus. Desde hace tres años, se encierra en su habitación cada que terminan los entrenamientos, aunque el primer año que pasó sin Winter no salió de ella. Quiere continuar con su vida así como Summer intenta hacerlo, pero se siente egoísta, Winter no merece ser olvidada. Todos esos pensamientos influyeron para que éste no entrara y se quedara pensando en qué hacer con su vida, cómo resolvería sus sentimientos hacia Winter, no evitando las ansias de que la oscuridad tocara la puerta y se terminara la guerra entre en bien y el mal.

Tal vez el veraniego tenía razón, todos los buenos recuerdos que habían en la escuela se volvieron sombríos, ella se llevó todo. No está seguro de lo que va a hacer, pero tiene en cuenta que partirá esa misma noche a Oslo, al menos podrá tomar aire fresco, y si tiene suerte, morirá de hipotermia. 

A medida que el otoño avanza por las calles de Oslo sus oídos se van tapando por culpa del frío, arrastrándolo a viejos recuerdos junto al invierno, cuando él fue por primera vez a su reino a conocer al ser más hermoso en la historia de las cuatro estaciones. En aquel entonces sentía miedo de ella, había escuchado ciertas historias desagradables de los pueblerinos, afirmaban que era más despiadada que las estaciones anteriores, y que ni siquiera la corta edad que tenía le impedía ser cruel.

Le cuesta respirar, un ardor se apodera de sus fosas nasales. Un fuerte aroma  eucalipto es arrastrado por las ráfagas de aire hacia él, causando la sensación de que Winter está cerca. Procura por sacarla de su cabeza y camina sin rumbo fijo, por más que ha secado las lágrimas ellas vuelven a salir; dicen que el tiempo cura todo, que los años son sabios, pero todo lo siente como si su muerte estuviera reciente. 

Poco conoce la ciudad, pero sabe que adonde quiera que vaya sólo encontrará nieve. Decide arribar en el puente peatonal Akrobaken. Es difícil no pensar en las personas que están sufriendo por el cruel invierno sin ninguna explicación de por qué no para de nevar desde hace tres años. La muerte del invierno afectó el ciclo anual, no permitiendo que las otras tres estaciones hiciera su trabajo, volviendo a la era de hielo. Si nadie tiene los suficientes poderes para ascender a ser el invierno, la raza humana y todo ser que no sea invernal dejará de existir. Cuando en la escuela notaron que Winter y Summer se habían enamorado, rumores corrieron de que por culpa de ellos todos dejarían de existir, pues decía una profecía que cuando el invierno y el verano se enamoraran, una era de hielo surgiría, y cuando ésta terminara, el fuego caería del cielo como gotas de agua. 

 —Hola —un niño con los cabellos blancos hasta los hombros saluda a Autumn—, ve a tu casita

El otoño gira lentamente para encontrase con el pequeño, sus ojos son tan grises que automáticamente piensa en Summer. Pero vaya que sorpresa cuando repara su rostro, es igual a Winter. 

—Maldito frío —se frota los ojos con las manos creyendo que alucina. 

—Señor —el pequeño tira de su chaqueta —, aquí es muy... peli...—su lengua se traba.

 —... groso —complementa Haske, que aparece tras él. 

Autumn se sobresalta a ver al niño y a la niña. 

—Esto no puede ser cierto. U...ustedes son iguales a ella. 

—Somos mellizos —responde Haske—. Yo soy Haske, y él es mi hermano Southlight. 

— ¿Southlight? —de la nada, recuerda a Northlight.   

  —Cuidado con un snownado. 

  — ¿Eso qué es? —pregunta desconcertado. 

—Un tornado de nieve —sonríe—. Son frecuentes aquí. 

— ¿Y por qué están aquí si es peligroso y hace frío? —se sienta sobre la nieve. 

SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora