Parte: uno.

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Me encontraba afuera mi casa, conversando con una de mis mejores amigas para ese entonces, pues éramos vecinas e íbamos juntas a la escuela.

Hablábamos de todas las banalidad de las que unas niñas podían hablar.

Cabe destacar que mi amiga, fue la primera persona la cual conocí cuando recién me mudaba de mi ciudad natal.

También recuerdo que ya todas las niñas de mi edad empezaban a tener novios o ya se estaban desarrollando y convirtiendose en adolescentes hermosas y yo veía a las chicas de mi edad como "las niñas grandes" y aunque mi desarrollo fue prematuro, no notaba diferencia en mi apariencia, seguía pareciendo una niña.
Con la pubertad llegaron cambios; ya no hablábamos más de series de televisión de aquella época o de muñecas o juegos; sino de la novedad "chicos".

Ella me hablaba de un chico que le gustaba y yo la escuchaba atenta me parecía novedoso todo aquello, o sea ella era la niña más infantil que conocía y ahora me hablaba de tener novio.
Pero claro eso no es tan relevante, pero para aquel entonces la idea del romantismo es muy novedosa e interésante, y más para unas recién adolescentes como nosotras.

Mientras ella me hablaba, yo escuchaba con admiración; hasta que volteo y observo a mi hermana menor observandonos. Obviamente que no tenía que escuchar lo que hablábamos porque solía contarle a mamá y eso traería problemas, no tenía edad para tener novio.

Mi hermana solo me miro y dijo:-Mi mamá te llama -yo la mire confundida y solo ignore lo que decía, no creía que fuera tan importante aquello.

Luego de unos segundo al ver que yo no me imutaba repitió con más insistencia aquello que ya había oído.

-¿Que paso? Dile que ya voy -le dije observándola mientras ella empezaba a caminar hacia adentro de la casa.

-No sé, quieren hablar con nosotros... -ella se aleja y me deja sola con mi amiga.

-Bueno al parecer quieren hablar con nosotros -digo a mi amiga. Ella me observo y asintió. -Ah, espero no haber hecho algo de lo que ellos se hayan enterar, -digo esto ya que como toda niña mis padres eran muy sobreprotectores y yo la verdad era una niña muy inventadora. -nos vemos mañana y te cuento que sucedió, mira que está anocheciendo, -señaló el sol en sus últimos minutos de vida en el día y ella asiente.

Me despidí de ella y fuí caminando despacio hasta la entrada de mi casa pensando en cuál sería la razón por la cual mis padres deseaban hablar conmigo. Me sentia impaciente, y un poco ansiosa. Es tipo aquel sentimiento cuando un amigo cercano dice que contará algo, pero lo contará luego; bueno así estaba.
Intentaba recordar alguna cosa de la cual tal ves ellos se podrían enterar, pero no había hecho nada; por lo cual me resultaba extraño que quieran hablar conmigo, o bueno, conmigo y mis hermanos.

Entre a la casa y mis padres estában en la sala con mis dos hermanos, yo solo fui primero a la cocina a tomar un vaso de agua y regrese para sentarme en el sofá e oírlos.

-Bueno, queríamos hablar con ustedes -dice mi padre con voz ronca, empezando su charla.

Yo asientí y mis hermanos jugaban con sus ropas, intentando escuchar a mi padre, sí mis hermanos eran inquietos.

-¿Y eso? Pasó algo malo -pregunte sabiendo que si fue así, pues días antes había escuchado una llamada de mi padre con unas de sus hermanas, donde el le mandaba dinero para unos exámenes que debían hacerle a mi abuela, su mamá. Sí estaba mal escuchar ese tipo de cosas pero para mí eso no era relevante en gran grado.

-A tu abuela le hicieron unos exámenes en estos días -informó mi madre, intentando estar calmada.

-Y al parecer tiene cáncer en el estómago, -tragó saliva -es algo recuperable, pero decidimos, tus tíos y yo no decirle nada, pues sabemos que ella no actuará bien con esa noticia.

Yo escuché toda atenta, con un poco de inquietud y miedo, pero con entendimiento.

-Tu abuela es vieja y al sentir que tiene cáncer, de seguro se echará a morir y pues, en algún momento hay que decírselo pero es un poco delicado. -dijo mi madre entendiendo la situación.

Y pues sí, mi abuela estaba vieja y saber que posiblemente mueras de una enfermedad con ya, cierta edad es un poco deprimente para una persona mayor, valga la redundancia.

Yo sabía que mi padre estaba mal por ello, aunque no recibió la mejor educación y se crió sin un padre, mi papá amaba su madre, pues ella aunque no fue la mejor le enseñó a defenderse en está vida, que bueno ese es el concepto que tienen ellos de la palabra: Padres.
Él nunca fue de esas personas que mostraba mucho sus sentimientos, tal ves fue porque su madre no fue la más amorosa, y yo lo entendía y entendía que esto le afectaba un poco; porque, bueno o malo, tus padres siempre serán tus padres, ni la muerte puede romper ese lazo de sangre que los une y los unirá por generaciones.

No pude evitar sentir dolor por aquello, es horrible saber cuándo un ser cercano está a punto de morir. Es como si la muerte estuviera vestido de cazador hostil y alguien a quien amas sea la presa.
Pero como toda adolescente, intenté pensar un poco más positivo con ese asunto. Esa noche, dí muchas vueltas para dormir, y finalmente lo conseguí luego de varios pensamientos un tanto idiotas; intenté pensar con optimismo y no preocuparme tanto, así que oré a Dios y cerré mis ojos para caer lentamente en mis sueños.

Distancia:Lo que nos separa. (EDICIÓN EN ACTUALIZACIÓN) Where stories live. Discover now