9. La Fiesta del Rey

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--Residencia Face--

Sara observaba las fotos de su hija antes de guardarlas en la caja de seguridad.

— ¿Crees que tenga novio? — le preguntó Rose mientras servía un poco de café.

— No me ha dicho nada—. dijo Sara sentándose a su lado—. Aunque, estoy segura que debe tener unos cuantos.

Ambas rieron disfrutando la tarde en calma mientras Marcus e Iván se divertían en el balcón.

— Por cierto, Sara—. dijo la rubia sonriendo de forma cómplice—. ¿Cómo te va con Josep?

Josep Gutiérrez era el actual novio de Sara, un antiguo compañero de la secundaria con quien se topó un día en el supermercado hace un año y desde entonces solían verse cada dos o tres días ya que era Capitán de la Policía militar, tenía dos hijos mayores y era viudo desde hace años.

— Pues, nada nuevo que contar—. decía Sara sonrojada.

— ¡Ay no seas así! — bufó fingiendo molestia—. Seria bueno hacer comparaciones.

— ¡Rose! — se alarmó Sara antes de que ambas rieran a carcajadas.

--Castillo Farender--

La luz del amanecer iluminaba la habitación mientras Clae ayudaba a Lya a vestirse, esta noche debía presentarse ante el Rey y la sociedad como miembro de la familia Farender.

— Esta será tu Gran noche—. le decía Clae ajustado el vestido que la chica usaba para practicar danza—. Todos sabrán que eres una maga ejemplar ¡Todos los chicos quedarán asombrados con tu belleza!

— ¡C-Clae! — se sonrojó ante las palabras de su amiga.

— ¡Jijiji! Aunque mi abuelo dijo que tuvieras cuidado con el Rey—. dijo la joven sirvienta—. Le gusta acosar a las mujeres y encima molesta a todos los relacionados con los Farender.

— Gracias Clae.

— Por cierto, curioso brazalete—. sonrió al ver las piedras brillantes que colgaban de la muñeca de Lya.

Ella miró agradecida su nuevo accesorio, era tan hermoso que no quería quitárselo, cuando les entregó a los niños un poco de la esencia que habían recolectado algunos dijeron que era muy simple, pero Vilan dijo que era muy hermoso, lo que la hizo sonreír. Las piedras tenías partes lisas y rústicas, pero era agradable al tacto y la relajaba.

Cuando estuvo lista bajó al comedor encontrando a Ilia revisando varios mapas.

— Buenos días, Ilia.

— Hola Lya—. le contestó sin levantar la vista.

— ¿Puedo ayudarte?

— Te lo agradezco, pero esta será tu primera cacería—. decía Ilia resaltado un punto del mapa—. Será difícil que puedas ayudarme. Pero descuida, sólo reviso datos de los Ajilayis, en algunas partes la población parecía ser mayor a otras, significa que en estas zonas hay nidos. Si logramos encontrar al menos uno, podríamos investigar la manera en la que se reproducen.

— Es cierto, lo que sabemos es que provienen de huevos, pero no cómo se reproducen—. recordó Lya mientras desayunaba.

Durante los últimos cuatro años, habían logrado capturar unos cuantos Ajilayis e Ilia los examinaba antes que se convirtieran en polvo. Cuando lograron diseccionar a uno, su mayor sorpresa fue descubrir que no tenía aparato reproductor, sorprendiendo a todos los investigadores de la Ciudad Sagrada y levantó una serie de preguntas ¿De dónde salían los huevos? ¿De qué manera se reproducían?

Proreita. Crónicas de una Tierra MágicaWhere stories live. Discover now