Ocho.

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Louis se levantó muy pronto, de hecho Ed aún dormía, todo lo que había leído la noche anterior daba vueltas en su cabeza.

Sentía que quizás el encontrar ese diario no había sido una casualidad y que el destino lo había puesto en su camino para que él ayudase a su dueño.

El ojiazul sabía muy bien lo que era que un padre se vaya de casa y abandone a su familia, también que una madre llore día tras día, impotente por no poder alimentar a sus hijos y verla llegar reventada por el cansancio de sus dos trabajos.

Aunque su vida había cambiado para mejor hacía dos años ya, desde que su madre había conoció a Matt, el hombre maravilloso que ahora era su padrastro, aún recordaba lo duro que había sido.

De todos modos, Louis intuía que lo del chico del diario era muchísimo peor pues además del abandono de su padre, él cual decía despreciarlo, al parecer era gay y estaba enamorado de un chico que ni siquiera sabía que existía.

Además de todo eso, el chico se desquitaba cortándose hasta casi morir desangrado y para colmo había perdido su diario vía de escape donde expresaba todo su dolor.

El ojiazul sentía que debía encontrarlo y aunque no podía hacer que su padre volviese o que aceptase su condición, si podía devolverle su diario y quizás ayudarle con algunos consejos o con su amistad.

Podía evitar que se cortara o que se matase, de hecho Louis se sentía responsable de alguna manera, por haber leído el diario invadiendo su intimidad.

Finalmente se duchó y se vistió rápidamente, cogió el diario y se fue al campus, hacía frío pues enero estaba siendo un mes muy duro por el clima.

El ojiazul no sabía que haría exactamente pero ya que no tenía sueño, quizás podría buscar entre los chicos de primero al que pudiese ser el dueño del diario y al fin conocerlo.

Luego de un buen rato sin éxito alguno, cogió el diario de su mochila y siguió leyendo.

"5 de Noviembre.

He estado en el hospital estos días, por eso no he escrito nada. Mi madre ha tenido un accidente en el coche...ella iba borracha.

Se saltó un stop chocando con otro coche. Ella no llevaba puesto el cinturón y se ha roto la cadera y una pierna. Al parecer no iba a mucha velocidad, por lo que seguro habría muerto. El médico me ha mandado a casa a descansar y a ducharme pues no me he separado de ella desde que ocurrió. Tengo mucho miedo.... si le ocurre algo a mi madre no sabré que hacer... estaré sólo.

—¡Oh por Dios!, ¿en serio?, ¿puede pasarle algo más al pobre chico?, ¡Pero por favor!—exclamó el ojiazul apanado.

Louis estaba sentado en un banco del patio universitario desde donde podía ver cada movimiento de los alumnos que iban llegando, suspiró resignado, pasó la página y comprobó con horror que en ella había una gota de sangre.

"7 de Noviembre.

Por fin mi madre a vuelto a casa, aunque está en una silla de ruedas. Tengo que ocuparme de todo pero no me importa, me gusta que esté aquí. Llevo días sin pisar la Universidad y mi único amigo me ha pasado los apuntes y deberes. Él me ha hecho compañía un rato. La verdad es que es un cielo y no sé que sería de mi sin él.... pero mamá y yo hemos estado discutiendo desde que se fue. Ella quiere que le dé alcohol y yo no quiero. He tirado todas las botellas de licor que había en casa a la basura y me ha gritado cosas muy feas. Sé que no es ella quien habla, sino sus ansias de beber que la hacen ser así, pero realmente me duele mucho....

Louis hizo un parón en la lectura pues  las lágrimas salían de sus ojos sin control, las cuales secó con la manga de su cazadora.

—¿Cómo puede existir una persona con una vida así de triste?, ¿qué ha hecho el pobre chico para merecer todo lo que le está pasando?—Se preguntó.

Poco a poco empezaron a llegar más alumnos, así que guardó el diario en la mochila y empezó a fijarse detenidamente en los chicos.

Algunos lo miraban raro pues seguro que pensaban que estaba loco por observarlos así pero la verdad a Louis se la traía floja lo que pensasen.

De repente vio a un par de chicos con posibilidades de ser el dueño del diario, así que se acercó y les preguntó pero resultaron ser ninguno de ellos, entonces siguió esperando.

Minutos después volvió a ver otro chico que le pareció que podía ser gay pues por su ropa y sus gestos, este caminaba cabizbajo, entonces se acercó y tras hablarle comprobó que este tampoco lo era.

Louis sentía impotencia, era como buscar una aguja en un pajar pues había más de siete carreras diferentes en la Universidad y aproximadamente debía de haber unos 2000 alumnos masculinos que habían empezado el primer curso.

44. El diario-Larry Stylinson (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora