Capítulo 29

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¿Dime, eres feliz?

La voz usual e insistente de su cabeza lo hizo enderezarse de repente.
Y comenzaba a ser bastante irritante. Decidió ignorarla y bajo la cabeza tratando de descansar los ojos.

En ese estado no podía dormir, no, no podía.

Eludes la pregunta.
Como siempre.

Abrió los ojos sobresaltado.
El ritmo de su corazón acelerándose.

Se frotó las sienes.

¿Que mierda?

Ya la había sentido antes, sabía que existía y lo estaba devorando; se hacía presente, lo torturaba y luego lo dejaba; sólo para volver más fuerte y dolorosa.

Como si todos sus demonios se hicieran uno y se burlasen de su debilidad.

Le hizo caso y respondió la pregunta.

¿Felicidad?

No, esas cosas no eran para el.
Era difícil sentirla.

Con su padre.
En sus brazos, en las largas caminatas bajo la lluvia o la luna, en silencio o para conversar. Los largos sermones y charlas que nunca lo aburrian.

Con su hermano.
Las aventuras, las travesuras de niños, los secretos de adolescentes.
Los dolores y preocupaciones, las caídas y las muy pocas veces en las que pudieron levantarse.

En su casa, con Julya.

Otabek.

La voz le susurró haciéndole sentir un escalofrío por la espalda.

Otabek.
No había pensado en él, por que muy dentro suyo sabía que le dolía, y no podía sentir dolor en ese estado, no podía.

¿Eres feliz aquí?

Se dio cuenta del propósito de que la maldita voz le hiciera esa pregunta, era para que pensase en el beta, era para que se sienta débil de alguna forma u otra.

Y si, le dolía por que le gustaba.
Y Yurotchka era por cansancio, fanático del dolor.

-"Me enseñarás ¿verdad?"-

La sonrisa de Otabek se grabó en su memoria ese día y se reproducía justo en ese momento.

-
"La verdad es que a mi me aterran."

"¿Los gatos? Debes estar bromeando."

"Oh no, no."

"¿Por qué?"

"Son... Y su cola... Se pasean de aquí para allá."

"Vamos Beka. Son solo muchos pelos, una larga cola y unos cuantos bigotes."

"Nunca... nunca tuve la oportunidad de tener uno, por eso es que no lo se."

"Me imagino.-bajó la cabeza con pena- Yo solía tener dos, pero, Arkady se encargó de que... "

"Podríamos tener uno. Quiero decir... podrías tener otro."

"Por supuesto, y verás, lo lindos que son"

"¿Lindos? Cuando sonríes te ves como ellos."
-

Hubiese golpeado al beta, le hubiese dicho que con esas cosas no se jugaba, le hubiese dejado en claro que él era el jefe en esa casa.

Pero allí se encontraba, sonriendole con las mejillas sonrojadas y brillo en los ojos, Otabek sonriendole también. Sentados en un pequeño rincón de la casa, y bebiendo silenciosamente café negro.

Heartbeats ~Victuri [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora