"EL INICIO DEL TODO"

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EL INICIO DEL TODO


Inglaterra Siglo VIII; 15 años después de Sevilla....

Exhalo nervioso entretanto exijo a mis pies ir más a prisa, a la vez que sujeto el porfolio de Dorian entre mis manos. Se pondrá como un desquiciado sino llego a tiempo con el encargo.

Destello una cerrada sonrisa ante el recuerdo de su padre, inconsciente miro al cielo haciendo memoria del rostro de mi amo y amigo, Abbu Hayyan.

Hace más de una década de su muerte, y aún cuestiono todo al memorar aquella demoníaca noche que se llevó la vida de él, la de madame, y otros más que fueron parte de las llamas, y del hogar que alguna vez tuvimos.

Aún sigo en cuidado de su primogénito aunque este ya sea un hombre y, ya tenga su familia. Él sigue siendo como un hijo para mí, imposible defraudar la memoria y promesa que di a su padre. Cuidé del niño ya crecido, y de sus cartas y ese material del diablo...

Aprieto mis ojos mientras sujeto contra mi pecho los papeles. Tratando de no distraerme ante los recuerdos, crueles y pesados.

Momento más tarde entro al cuarto donde Dorian se encuentra. Sonrío ante mi visión de él lacónico, aún sin notarme, mientras el joven lee cartas y escribe con prisa otras. Antes de comunicarle mi presencia, observo que se mueve con ligereza hacia sus experimentos, frascos, calderas, trozos de cera de las velas derramadas y consumidas por horas de tarea, demás objetos llenan las mesas de maciza caoba.

Su ceño fruncido en concentración me hace estudiarlo callado. Hasta que lo veo invirtiendo una sustancia dentro del caldero y al instante sacar un pedazo de material oscuro.

«¡No puede ser!»

Este me detiene previamente.

¡No, ni lo pienses!, no me desconcentres... Amschel.

Me observa severo sobre sus manos que sostienen con cuidado aquel material de la muerte.

El joven lame la comisura de su labio conteniendo una satisfecha sonrisa, entretanto desciende sus manos con el objeto, tendiéndolo sobre una bandeja a su lado.

¿Qué te parece?, lo he logrado, conseguí lo que mi desafortunado padre no tuvo tiempo de crear... Que desperdicio.

Pierdo mi vista del material y lo contemplo extrañado ante su nueva actitud. Avanzo hasta él atreviéndome a señalarlo.

Dorian no juegues a ser Dios, que solo hay uno, usted... ¡tú solo eres un niño arrogante!

Sonríe todavía sin verme, viéndolo anonadado y poseído ante su nueva adquisición. No lo niego, es un gran alquimista; más que su padre, y eso lo conllevaba a poseer mayor cinismo y arrogancia.

Magnet in dark II, Grigori© //EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora