Un hipógrifo rebelde emprende el vuelo

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—¿Ejercitaron su diafragma? —preguntó el profesor Musbick a la clase, obteniendo respuestas afirmativas.

—Y también los ejercicios faciales son importantes —recalcó Emily—. No olviden que según el tono debemos esbozar una cara de pez o de bostezo. Vamos a trabajar con esta escala, ¿de acuerdo? —agregó luego apuntando a la pizarra con su varita donde inmediatamente se dibujaron unas líneas de pentagrama con algunas notas.

—¡Señor Longbottom! —lo llamó el profesor Musbick entre las risas de los Slytherins y las palabras de aliento de los Gryffindors.

El muchacho avanzó con nerviosismo hacia Emily quien le sonrió para darle aliento y él se sintió desmayar ante su belleza.

—Recuerda gesticular antes de entonar, ¿de acuerdo? Muy bien ¡Vamos!

—Do - re - mi - fa - sol - la - si - do —entonó Neville haciendo una escala ascendente con afinación perfecta.

—¡Wow! Todo un tenor, ¿no es así, profesor Musbick? —se admiró Emily.

El muchacho retornó a su asiento con más seguridad aunque los Gryffindor siempre supieron que lo haría estupendamente pues Música era la materia que más disfrutaba después de Herbología y siempre le iba de maravilla.

—Están preparados para ejecutar cualquier pieza operística —aprobó Musbick luego de analizar la voz de Lavender Brown.

—Y desde luego ¿por qué no? Una pieza operística adaptada al mejor estilo de rock gótico.

—¡Muchacha! —exclamó Musbick riendo—. Sé que como dices la música rock lo admite casi todo, pero aún no veo como puedes...

—¿Me acompaña con?.... ¡Lo tengo! Una pieza muggle El fantasma de la opera —dijo Emily chaqueando los dedos.

—De acuerdo —respondió el profesor encogiéndose de hombros.

Musbick se ubicó sobre una especie de tarima donde quedaba más alto y desde allí apuntó a un órgano con su varita. El instrumento, inmediatamente comenzó a afinarse solo, después Emily apuntó al suelo donde apareció, por arte de magia, un micrófono mágico de base. La cantante tomó una guitarra metálica (el equivalente a una guitarra eléctrica muggle) y se la colgó encima, comprobando que estuviese afinada, después apuntó con su varita a una batería que estaba justo detrás y las baquetas se elevaron en el aire dispuestas a tocar cuando ella lo indicase con un movimiento de cabeza.

—Éste es un encantamiento muy avanzado que utilizan los músicos cuando no pueden usar la varita por tener las manos ocupadas —explicó el profesor Musbick mientras los alumnos se acomodaban en las gradas y los miraban con expectación—. Desde luego vamos a enseñárselo aunque me imagino que el profesor Flitwick ya habrá adelantado bastante con los encantamientos no verbales y sin utilizar la varita más que la primera vez que hechizan al objeto.

—Esto es más o menos lo mismo —añadió Emily solo que debemos ser más precisos a la hora de encantarlos sin perder la concentración en las notas que queremos oír del instrumento que hechizamos.

Como Musbick sí tenía ambas manos libres pues no sostenía más instrumento que su varita, procedió a apuntar con ella al órgano una vez más y éste comenzó a emitir notas lúgubres. Poco después Emily comenzó a cantar, con una voz que solo habían oído en las últimas clases de canto lírico. Era un tono más alto que el acostumbrado. Desde su lugar, Draco estaba admirado. Aunque detestara a los muggles y a todo lo que tuviera que ver con ellos, lo único que les gustaba a él y a sus padres era aquella obra «El Fantasma de la Opera» les gustaba tanto que no tenían reparo en admitirlo públicamente hasta el colmo de haber asistido a teatros, soportando a los muggles presentes nada más por ver la majestuosidad de la puesta en escena. Incluso durante la fiesta de disfraces del año anterior él y su padre vistieron como el protagonista de la obra.

El Pocionista y la CantanteWhere stories live. Discover now