De vuelta a casa

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—¿Dónde rayos está Brithaney? —preguntó la señora Richardson buscando a su hija para mostrarle unos atuendos que había visto en una revista.

—¡Querida, ven a ver esto! —dijo su marido haciéndole señas con la mano para que se acercara.

—¡Jesucristo! —exclamó la mujer al ver una página marcada en la sección de Internacionales del diario mágico italiano.

En ella se encontraba la fotografía de Umbridge con el rostro triunfante bajo un titular que decía:

Continúa con éxito la depuración en la sociedad mágica británica.

—Lo estuve leyendo y encontré algo espantoso —comentó Steven Richardson—. Hay una lista de los nuevos capturados y entre ellos aparece Ted Tonks, el padre de su amiga Nymphadora, y no solo eso... Hace días que la noto inquieta por no recibir noticias de Inglaterra.

Buonanotte! (Buenas noches) —exclamó Donatello entrando en el vestíbulo junto a Boris, ambos lucían preocupados—. ¿No tienen sueño? Como veo que no se han ido a acostar.

—¿Han visto a Espina? —preguntó Boris con voz intranquila.

—Pensé que estaría conversando con ustedes —dijo la señora Richardson de verdad angustiada.

Boris y Donatello intercambiaron una mirada de preocupación.

Non é Possibile (No es posible) —dijo Donatello pasándose las manos por el rostro.

—¿Qué rayos pasa? —preguntó el señor Richardson—. ¿Dónde está mi hija?

—Verá, señor Richardson, es que esta tarde llegó el periódico y después de leerlo... lo dejamos olvidado sobre esa mesa. Ella ha debido leerlo porque...

—Porque... ¿qué? —inquirió la señora Richardson.

—Sirius apareció en la chimenea de mi despacho y Parliamo un po ' quise decir que hablamos un poco acerca de lo que está sucediendo en Inglaterra —intervino Donatello—. Nos dijo que Il spazzini maledetti, digo... los malditos carroñeros asesinaron al padre de Tonks.

—Cuando Sirius se fue de la chimenea, Donatello y yo estuvimos comentando al respecto y de pronto nos dimos cuenta de que Espina estaba escuchando, parada en el umbral de la puerta entreabierta. Estaba nerviosa y decía que quería volver a Inglaterra. Quizá fue a vernos para hablar de la noticia del periódico y así fue como se enteró que murió el padre de Tonks —continuó Boris.

—Nosotros estábamos en la biblioteca, tal vez —analizó el padre de Espina.

—Pero pensábamos que Lei (ella) estaba con ustedes, que la estaban consolando —dijo Donatello.

—¿Y si se fue? pero... ¿Cómo?

—Steven, ella es una bruja —intervino la señora Richardson con lágrimas en los ojos—. Ella sabe cómo trasladarse de un lugar a otro. Recuerda cómo llegamos aquí, con una tetera.

—Sí, ha debido usar un traslador —conjeturó Boris.

—Pero en su biblioteca estuve leyendo que no se pueden hacer grandes distancias a través de ese medio —dijo el señor Richardson mirando a ambos hombres—. Por eso no comprendo cómo es que llegamos hasta aquí desde otro país.

—Señor Richardson, en efecto no es posible viajar largas distancias a través de aparición o traslador —dijo Boris—, pero Inglaterra es un país cercano a Italia. La regla se aplica a países de otro continente o demasiado lejanos.

—Creo que la cosa se está volviendo fea en Inglaterra —comentó Donatello—. Dio Santo! Questa ragazza é andato pazzo (Santo Dios, esta muchacha se ha vuelto loca)

El Pocionista y la Cantanteजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें