Capítulo 5: Un tejón en problemas

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—Michelle, deberíamos buscar a Lorein —dijo Noelia mientras iban de un pasillo a otro del castillo sin ningún rumbo fijo.

—Sí. ¿Estaban en el Gran Comedor?

—Eso dijo, Michelle —dice Noelia—. Que se iba para hablar con Severus.

—Vamos, entonces.

Seguía seria, pero estaba un poco más calmada.

Llegaron al Gran Comedor, donde se encontraron a Lorein hablando de manera tranquila con Severus.

—¿Interrumpimos? —preguntó Michelle antes de sentarse al lado de su amiga.

—No, sólo Severus me estaba explicando en qué consisten las clases.

—Yo también quiero saberlo —se sentó y miró a Severus.

—¡Oye, largo! —dijo un Slytherin de séptimo—. ¡Aquí no se pueden sentar tejones perdedores!

Lorein, al momento, sacó su varita y le apuntó.

—Si te metes con mi amiga, te metes conmigo, asquerosa víbora.

Michelle le lanzó una mirada fría al Slytherin e hizo que Lorein bajara la varita.

—¿Y tú cómo sabes que soy tejona? Vas a tener que aprender a aguantarme más seguido por aquí —soltó—. Además, estoy hablando con mi amiga y con Severus, así que aparta tu narizota.

—¡Una tejona no me calla, tonta!

—¡He dicho que no te metas con mi amiga! —dice, empezando a enfadarse Lorein

—Vuelve a hablarme en ese tono y ya verás —le advirtió la Hufflepuff.

Severus miraba alternativamente a su compañero y a sus nuevas amigas.

El Slytherin la miró con desafío y burla.

—¿Y qué vas a hacerme si lo vuelvo a hacer? ¿Llamar a tu mamá?

—Si quieres retarme, atente a las consecuencias —volvió a decir Michelle.

Ya le estaba hartando la discriminación entre casas que había notado desde que habían llegado a Hogwarts, pero no podía permitir que la pasasen a llevar.

—Muy bien, tejona tonta. Te espero esta noche en la Sala de Trofeos. Aunque, claro, al ser novata ni sabrás donde está —añade después con maldad.

Michelle rió.

—Nada de eso. A las siete en los jardines y ten cuidado por donde pisas —dijo Michelle desafiante, sin amainarse ante la arrogancia del chico.

—No me das miedo, tejoncita.

—¡Suficiente, Antonov! No me place restarle puntos a mi propia casa, así que haz el favor de comportarte —lo cortó Snape, poniéndose de pie—. Nadie esperará a nadie —esto lo dijo posando una mirada determinada sobre Michelle también.

Esta se encogió de hombros, dándole una última mirada asesina al Slytherin.

—¿Cómo vas a quitar puntos si eres un alumno? —pregunta fingiendo sorpresa Lorein.

—Porque soy prefecto —respondió Snape una vez que se aseguró de que habían dejado de atacarse el uno al otro, y sacó de su bolsillo la placa que le habían dado ese año para mostrárselas.

—¿Prefecto? ¿Qué es eso?

—¡Oh, cierto! No saben nada —recordó Snape—. Es un cargo que otorga el jefe de casa o el director en quinto año. Nuestro deber es mantener el orden... si yo quisiera, podría hacer que Potter y su pandilla limpiaran el piso hasta que sangren —soltó.

Conociendo a los Merodeadores y a SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora