Capítulo 1: Un extraño fenómeno

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Dos amigas Potterhead hasta la médula veían por décima vez la quinta película de Harry Potter.

—Oh, Michie. Ahora llega la escena del Ministerio —comenta Lorein emocionada y casi mordiéndose las uñas, ya sabía lo que iba a pasar, pero se seguía emocionando como si fuera la primera vez.

Michelle emitió una expresión de horror cuando escuchó a Lorein. Esa escena, la misma que podría ver mil veces, la hacía llorar como si fuera la primera, jamás lo superaría.

—¡No! —gimoteó—. Mi Sirius... Maldita Bellatrix...

Tomó la fuente con palomitas de maíz que había sobre la mesa y lo volteó sobre su cabeza para no ver la televisión. Todas las palomitas se desperdigaron por la butaca en la que estaban sentadas.

—Ya aparecieron los mortífagos —gruñe Lorein.

—Quisiera poder salvarlo —se quejó aún con la fuente sobre la cabeza. Lo alzó unos pocos centímetros, sólo para ver en qué parte iba la película; el ED corría por la Sala de Profecías para escapar de los mortífagos. La película avanzó hasta que Harry y sus amigos se encontraban en la sala del Velo—. ¡No quiero ver eso! —musitó Michelle volviendo a taparse los ojos con la fuente.

—Noo. Ahora esos asquerosos tienen a los amigos de Harry.

La escena avanzaba hasta que Harry estaba a punto de darle la profecía a Lucius, pero entonces, apareció una luz blanca, se escucharon unos pasos y apareció Sirius.

—Michelle, ya llegó al rescate Sirius —la animó Lorein.

"Deja en paz a mi ahijado", le dice el Sirius de la película a Lucius y le pega un puñetazo que lo tira al suelo.

—Así se hace —vociferó Michelle con orgullo—. Por eso lo amo.

—Adiós profecía —dice Lorein con voz de fingida tristeza.

La película siguió avanzando hasta que llegó la escena en la que Bellatrix dice Avada Kedavra.

—NOOOOOO —gritaron ambas chicas, pero mucho más Michelle.

Empezó a gimotear junto a Lorein, derrumbándose en el asiento. Se tapaba la cara.

—Odio esta parte... Maldita Bellatrix —dijo. Miró la televisión con los ojos cristalizados y vio que Harry iba tras la bruja—. ¡Vamos, Harry! —exclamó—. Crucéala bien...

—Pégale una patada en el culo —grita Lorein.

La película avanzó hasta que Harry tiró un crucio a Bellatrix y esta cayó al suelo.

—Sííííí. Toma eso, Bellatrix —chilla emocionada Lorein.

—¡Bien hecho, Harry!

Vieron atentamente la televisión hasta que llegaron a la parte del duelo entre Dumbledore y Voldemort.

—¡Esa víbora de Voldemort! ¡Rayos! ¡Esos vidrios irán directo a los chicos! ¡Harryyyyyy, vuelve a esconderte!

Los vidrios fueron convertidos en polvo por Dumbledore.

—Desde luego son los dos grandes magos —comenta Lorein—. Uno oscuro y otro del lado de la luz.

—Esooooo, Dumby.... —cruza los brazos—. Turn down for what tuturutu —canturrea—. ¡Dumby tiene estilo! Sííí, los dos tienen estilo, aunque Voldemort se pasa.

—No tiene límites. Dumbledore es el mejor mago de todos.

—¡Cuánto sapbe, amiga! —rió—. Toda la razón. No puedo seguir viendo esto —se desparrama en el sofá con dramatismo—, no tiene sentido sin Sirius.

Conociendo a los Merodeadores y a SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora