El sexto cambio

Capítulo 2

Hola de nuevo, ahora que os he presentado a todos mis amigos, creo que es hora de saber nuestra historia.

Lo más importante y lo principal es que Roberto, Fatima y yo íbamos al mismo instituto, el Whitefield School, aunque no nos conociamos. Cassey y Dani se conocieron en el hospital ¿Curioso verdad?. Bueno, lo primero que os voy a contar es un poco mi día a día y el como conocí y me hice amiga de Fatima.

Era ya octubre, estoy en 3º ESO y como siempre, iba a mi bola, no soy de esas personas que necesitan atención 24/7, ni necesito ser la más inteligente, ni la más guapa y mucho menos al chico más guapo del instituto, en realidad, soy una chica tranquila, bastante solitaria, a la que le gusta el frío, los días nublados, las series y tirarse tardes enteras tirada en el sofá, leyendo o escuchando música. Bueno, no me enrrollo más, tengo que decir que Fatima va a mi clase y el día que empecé a hablar con ella, fue otro día más en el que las guapas y populares de la clase se reian de ella en la clase de educación física ¿Qué cliché verdad? Todo un topicazo pero así es el instituto, esas chicas son la definición de instituto, de "la mejor etapa de la vida". Así que decidí intervenir ¿Por qué la defendí aquella vez y no antes? Bueno supongo que estaba harta, harta de ver como aquellas pijas siempre se salían con la suya, el instituto no hacía nada, sus padres no hacían nada, nadie hacía nada y yo no tenia nada que perder.

- ¿No sereis vosotras las más malas no?

- Anda si ha llegado la superheroina.

- Muy valiente por vuestra parte atacar a alguien sola, mientras que vosotras sois tres. Penoso.

- Pero ¿A ti que más te da?

- Me da mucho, me da que vais de guais por la vida y de super amiguitas todas, cuando os ponéis entre las tres a parir. Falsas.

Las tres se quedaron paralizadas y con la boca abierta, entre tanto Fatima se había ido al baño, supongo que ha llorar.

Antes de seguir debería explicaros quiénes son las tres brujas anteriores, que por cierto, son otro topicazo. La más popu se llama Casandra, la segunda que es como la mejor amiga de la popu, se llama Jessy y es como la primera mejor amiga de Casandra y por último Stefany, es la menos importante del grupo, siempre va haciendo recados a Casandra como si fuera la criada, es muy triste. En fin como he dicho un cliché.

Después de discutir con las tres pedorras de turno, decido que es hora de ir a hablar con Fatima. Cuando llego me la encuentro llorando y super agobiada, sinceramente, yo no puedo ver a alguien así, soy muy empatica.

- No dejes que esas imbéciles te hagan daño, eso es lo que quieren - Le dije tocandola el hombro.

- ¿Por qué lo has hecho? Ahora se meterán contigo también.

- ¡Bua! A mi eso me da igual - Dije riéndome.

Se hizo un silencio incómodo entre las dos pero al segundo habla Fatima.

- Sé que no debería afectarme pero...pero todos los días al final cansa - respondió secándose las lágrimas.

- Por cierto me llamo Alice, es un placer - Dije con una sonrisa.

- Yo Fatima, pero puedes llamarme Fati.

- Venga vámonos, no vaya a ser que nos están echando de menos - Acabé la conversión con una sonrisa y saliendo del baño. Fati siguió por detrás y llegamos junto al grupo mientras el profesor estaba hablando.

- ¡Buenos días, chicos! Hoy nos toca empezar con las pruebas físicas. Hoy nos toca correr 5 vueltas, a los dos campos, en media hora.

*Oh no, mierdas, joder, que pereza y que tortura, si tan solo con pensar en correr me ahogo*

- Joder, que putada - Le dije a Fati.

- Ya ves. Odio correr con toda mi alma pero correr delante de toda la clase es millones de veces peor.

- Bueno, vamos a quitarnoslo de encima, creo que será lo mejor.

Empiezo a correr sin darle tiempo a Fatima a que responda. Nada más empezar a correr veo como Fati se coloca a mi lado.

Al final de la prueba me tiro al suelo, intentando coger aire. Me duele el pecho y me sabe la boca a sangre, no preguntéis por qué, yo tampoco lo sé. Segundos más tarde toca el timbre, recordándome que tengo clase de literatura inglesa, con la peor profesora del mundo y como tengo tanta suerte, es mi tutora.

Mientras que todo el mundo se va dando saltos y riéndose, yo estoy intentando no echar fuera ningún órgano importante. Cuando consigo levantarme veo como Fatima me está esperando.

- ¿Por qué me esperas?

- Bueno, no he tenido la oportunidad de darte las gracias antes y bueno...yo...

- Que sí, que somos amigas - Dije sonriendo. A veces soy muy o bastante borde pero lo ha estado pasando mal, se han reído, marginado, se han burlado de ella y la han menospreciado por su origen, religión y hasta color de piel y eso no es justo, así que, sí, soy su amiga.