Titere

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Las oscuridad envolvía todo y las sensaciones eran confusas, no lograba comprender que era esto que pasaba a mi alrededor. 

Era como si una venda hubiese cubierto mis ojos, arrebatandome la capacidad de ver.

Y no solo eso, también mis oídos habían sido tapados, la única sensación que lograba sentir mi cuerpo era de cautividad;los finos hilos amarraban mis extremidades hiriendo mi piel , mi ser y a ellos.

Y yo no podía hacer nada.

Sus voces lograron filtrarse de alguna manera junto con la escena.

La sangre cubría todo el suelo y logré divisar un cuerpo...Su cuerpo.

La ira recorrió mi cuerpo completo y las emociones se mezclaron de manera despiadada.

"El no, El no...." 

Mi mente lo  repitio una y otra vez, me tambalee de un lado a otro con la mano en la frente.

"no es posible..no lo es...no lo es..."

Mi corazón dio un brinco al escuchar las propias palabras que mi mente generaban...

-No lo es. - Afirmé convenciéndome a mi misma.

las voces se hicieron mas fuertes y chillaban en agonia ; parpadeé multiples veces encontrándome con el mundo real, el mundo del cual esos hilos me habian separado.

Mi mirada aun era borrosa por mi propia batalla interna y entonces, logré verla, mi mano estaba en su cuello al parecer sin intenciones de mostrar piedad alguna y de acabar con su vida.

Rápidamente lo aparté de mi con la respiración agitada y mil y un sensaciones recorriendo mi ser.

Jalé mis brazos hacia el frente sintiendo la fuerza de los finos hilos que se ajustaban con fuerza cada vez que ignoraba lo que me decían que hacer. Cerré mis ojos por el tremendo esfuerzo simplemente sintiendo como el liquido que llevaba en mis venas comenzaba a escaparse.

Hasta que finalmente, logré soltarme, cayendo de rodillas en la tierra cubierta de pequeñas piedras.

-¡Jane!

La voz de Toby hizo que alzara la mirada jadeando por el esfuerzo.

-¿Te encuentras bien? -Se acercó mirándome con evidente preocupación

-Si, esto no es nada. -Me levante apartando el polvo de mis rodillas y mi ropa oscura.

Caminé hacia Jeff quien pasaba sus manos delgadas por su cuello y sin pensarlo dos veces, me acerqué a mirar entre sus dedos, mirando las marcas que había causado con mis propias manos.

-No te preocupes princesa, no tienes nada de fuerza. -Dijo con intenciones de molestarme lo cual noté e ignoré incorporandome una vez mas.

-Idiota. -Mascullé dándole la espalda mientras escuchaba una pequeña risa de su parte.


-¿Interrumpo algo?

Me detuve de golpe y rápidamente alcé la mirada a una rama que estaba algo baja, encontrándome con unos ojos que brillaban con arrogancia ,de una manera burlona  y un brillo amarillo bastante peculiar.

Tan rápido como mis torpes movimientos me lo permitieron, salté a aquella rama, sedienta de aquel liquido carmesí que fluía por las venas de las criaturas vivientes, aquel liquido vital que me hipnotizaba ver. Aquello lo quería ver en estos momentos , mi ira y mi conciencia lo demandaba, pero algo me lo impedía. La sensación de conciencia regresó a mi , notando aquellos hilos de oro que me sostenían firmemente de los brazos, provocando mas heridas que mi débil cuerpo podía soportar.

La fuerza se escapó de mi y me dejé colgar de mis extremidades, jadeando y chillando de dolor.

–¿Que pasa princesa? –La voz del titiritero me llamó y mi vista recibió. 

Estaba cerca, lo suficientemente como para que pudiese juntar loa suficiente saliva en mi boca y poco antes de hablar, lanzarla directo a su cara.

–Pudrete. 

Su expresión cambió , los hilos que sostenían mis brazos se deslizaron suavemente bajo mi piel, como una traviesa serpiente que se mueve danzante. Así siguió hasta llegar a mis hombros en donde salieron disparados hacia arriba, provocando que un grito de agonía saliera de mi boca.

Grito que fue lentamente silenciado por aquellos hilos dorados, que poco a poco obstruian el paso del aire , abrazando mi garganta mientras lentamente me volteaban permitiendome ver aquello que había dejado atrás en mi arrebato de ira. Mis ojos se abrieron de par mientras apreciaba como los hilos jugaban con Toby, como hacían que sus extremidades  se quebraran de todas las formas anti naturales, como chillidos de dolor inmensurable se escapaban de sus labios.

Mis ojos también alcanzaron a apreciar manchas carmesí que recubrían el suelo como una cruel alfombra de muerte. 

Una silueta purpura, una blanca y mis ojos se llenaron de lagrimas al apreciarlas. 

Poco a poco mi vista se nublaba mientras el aire intentaba alcanzar mis pulmones , mientras mi mente intentaba mantenerme viva.

–No puedes escapar pequeña mariposita. –La profundidad de su voz provocó escalofríos en mi piel y mientras me retorcía bajo sus hilos masculló.

–¿Que se siente princesa? ¿Que se siente ser mi danzante titere? 

Jane x Jeff ©Where stories live. Discover now