4- Reinas y venganzas

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-¡JONATHAN!- grito por el pasillo.

Mi hermano aparece por la puerta de su cuarto totalmente despeinado y con cara de dormido. Él seguramente permanecerá en la cama hasta las 12 o más tarde, así que mi excusa es indescubrible.

-Son sólo las nueve de la mañana Liz, ¿qué quieres? Déjame dormir tranquilo- me dice, ¿veis qué decía yo? Este chico no sabe aprovechar el día.

-¿Dónde está mi peluca rubia?- él se queda un poco descolocado ante mi pregunta.

-¿Para qué la quieres?- inquiere sospechosamente.

-Venganza

-Pregúntale a Linda.

Una vez que ha pronunciado estas preguntas la susodicha aparece correteando por las escaleras con mi peluca amarilla en la mano.

-¡Eres maravillosa Linda- exclamo yendo a su encuentro y arrebatándosela. Me la pongo cuidando de que no se salga ningún pelo castaño del moño. Bajo a toda prisa las escaleras.

Cuanto antes acabe con esto mejor.

-¡Srta. Liz!- Linda me persigue hasta el ascensor- se olvida la gorra.

La cojo y me la coloco, casi me la olvido. Mi amada boina francesa negra de espionaje.

-¡Gracias Linda!- me despido cuando las puertas se están cerrando.

-Suerte señorita

-No la necesito Linda, recuerda quien soy-abandono nuestro piso con la cabeza alta y una sonrisa conocedora.

*

Voy andando hacia Park Square tranquilamente. Estoy segura de que nadie me reconocerá. Voy de rubia, con unas grandes gafas negras de sol, vestida con unos vaqueros, una chaqueta marrón y zapatos planos, debo pasar desapercibida. Llego al banco en el que he quedado con la putita 10 minutos antes de tiempo.

Lo aprovecho para repasar la información que Linda recopiló después de haberle mandado el nombre y el número de móvil. Es mucho más jugosa de lo que esperaba en un principio y eso me lo ha puesto más fácil. Demasiado, la verdad es que incluso un poco aburrido. Miro mi móvil.

Jenny tiene 17 años, como nosotros, y dentro de poco será su cumpleaños, va al St. Caroline, otro colegio de élite y por lo visto vive en el hotel Empire. Pero, sorpresa, sorpresa, ella no es lo que aparenta. Su riqueza no es superior a la de los zapatos que llevo. Si vive donde vive es por el contrato que tiene su madre, que trabaja a cambio de un lugar donde poder vivir. Y va a ese colegio gracias a una beca. Estoy segura de que le encantará que sus compañeros descubran que en realidad es del populacho. Y aquí viene la parte más jugosa, su padre está en la cárcel por comercio ilegal. Ella y su madre escaparon de él y se vinieron a Nueva York, desde entonces su madre trabaja en el hotel y sirviendo a los de la élite. El mayor miedo de este tipo de personas es que se descubra la verdad, y yo tengo las pruebas necesarias para hundirla.

Veo como una chica alta, delgada y rubia se aproxima hacia mí. Admito que es guapa, eso se lo concedo aunque no lo vaya a decir. Viste un vestido de estilo hippie con una cazadora vaquera y un sombrero de paja, lo combina con unas botas marrones. ¿Qué se cree? ¿Qué estamos en el Salvaje Oeste? Ay madre, que me toca tratar con una paleta de pueblo.

-¿Quién eres y qué quieres?- pregunta cortante.

-Jennifer Grahams- digo asegurándome, ella cabecea- genial, tengo información que tal vez te interese.

-¿Lo qué?

-Se quien eres y lo más importante, como vives.

Su tez ha adquirido un tono blanquecino- ¿quién eres?

Yo mandoWhere stories live. Discover now