06. De espíritus animales y casas demasiado grandes. (DeepPurple aparece)

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—¡Eh...! —exclamo Midoriya. En realidad, estaba más que listo para averiguarle la vida a Shinso mas allá de lo políticamente correcto, incluso sería capaz de preguntarle qué parte del cuerpo se lavaba primero al ducharse, ¿el cabello?, ¿las axilas?...

Antes de que empezara su diatriba incesante.

Por la puerta de atrás se escuchó el sonido de las bisagras deslizándose con cautela. ¡Katsuki tenía razón había más gente en el último compartimiento!, los labios de Shinsou quedaron sellados. Su mirada estaba perdida, fija en la puerta que lentamente se abría más y más.

Midoriya sentado a su lado estaba chocando por dentro.

Sin embargo al ver las miradas aterradas de las personas a su alrededor Midoriya no pudo evitar más que sentarse recto, y tratar de encontrar una solución, algo que los sacara del problema, evitando que su estómago quedara como una coladera.

Aunque a Midoriya no le importaba ser la única coladera si los demás, salían vivos.

En medio dela desesperación Midoriya pensó: ¿Qué le diría Katsuki-san en una situación como esta?

"No estorbes". Incluso imagino el toque dentado y fulminante en su voz.

Asique decidió intentarlo otra vez, cerrando los ojos y concentrándose: "Quitate del medio maldito imbécil".

Y antes de que pudiera preguntar de nuevo, pudo oírlo claramente en el fondo de su mente.

"No eres una niña Deku, averigualo".

En realidad usar a Katsuki-san como espíritu animal, no era muy útil.

Sin embargo, Izuku había notado que sin Katsuki a su, esto no era tan divertido. Quizás nunca fue divertido para empezar. Había sido tonto, muy tonto.

Midoriya reviso las vigas del techo del vagón perpendiculares, aburridas. El bandido en el último vagón nunca salió de ahí, Izuku sopeso las probabilidades de ser delatado por el resto de los rehenes si se quitaba la cuerda inmediatamente.

Le haría caso a Shinso-kun, se relajaría un momento.

En la esquina vio un número.

Era un 9.

Eso quería decir que había 12 vagones. Si estaban en el penúltimo de estos, contando con el que la cabina del capitán no contaba, y tampoco contaba el lugar en que se guardaba el carbón.

Si Midoriya lo pensaba bien lo más lógico es que la mente maestra de este plan estuviese en la parte delantera y el resto repartidos. Por lo tanto una buena parte de aquellos que había subido a este tren eran secuestradores.

—¿Estas... murmurando? —Pregunto el tranquilo Shinsou a su lado, con una voz demasiado tranquila para la situación actual—. ¿Cuál es tu nombre?

—Midoriya, —se sentía algo cohibido— Midoriya Izuku.

Mirándolo objetivamente, Shinso no era un tipo feo.

Podría ser hasta atractivo, parecía que necesitaba un corte de pelo y algo de sueño pero era bastante bonito. Sin embargo Midoriya no podía imaginárselo lavando los platos después de la comida, o sacando a pasear al perro.

Quizás podría verlo rascándose la barriga frente al televisor, o cocinando con un delantal puesto.

—Shinso-san —Empezó Midoriya— ¿A quién tienes que ver en la Casa "Lotus"?

Shinso levanto una ceja, era un cuestionamiento extraño para alguien que apenas conoce. Bueno, es su culpa por revelar esa información, en todo caso ahora se veía más calmado.

RanhanshaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora