Sentimiento erróneo

Capítulo 5.

Bruce no estaba bien, él lo sabía.

Se estaba dejando dominar por los sentimientos oscuros en su interior, otra vez. Como esa época de violencia turbulenta tras la muerte de uno de sus hijos.

Desquitando su dolor y odio con los criminales incrédulos que no tenían oportunidad contra él, contra un Batman incontrolable con necesidad de desahogo.

Contra un Bruce que se perdía.

Había apagado la comunicación con Alfred, quien probablemente permanecía en la cueva esperando el regreso de alguien cada vez más perdido y digno de lastima.

Bruce admitía estaba llegando al punto de quiebre.

Jamás debía permitir que sus pensamientos nublaran su juicio en una pelea. Había llegado al lugar persiguiendo a un traficante de una nueva organización, quienes tenían como meta Gotham, el hombre quedó irreconocible al final, no muerto, pero de seguro deseaba estarlo, al final fue una simple emboscada, debía saberlo, a hombres como estos no les importaba sacrificar a un compañero con tal de desaparecer a su enemigo, se vio rodeado de hombres armados dispuestos a matarlo, situación bastante común, lo extraño fue que no había reaccionado fueron los robin y Nightwing quienes actuaron en su ayuda, haciéndolo reaccionar.

Había cometido otro error.

Ellos no habían dicho nada, pero notaba su molestia, su nerviosismo y preocupación. Damián, Tim y Dick, quienes lo seguían de regreso a la cueva, sin atreverse a hacer preguntas, en un ambiente tenso, diferente del habitual.

Sabían que algo estaba mal, que él estaba mal.

Alfred los recibió con aparente tranquilidad, ninguna emoción reflejada en su rostro, rodeado por casi todos los integrantes de su familia, los observó detenidamente, no podía hacerles esto, pero simplemente no podía continuar, no ahora.

Sentirse así era patético, lo odiaba.

—Bruce, ¿estás bien? —Dick permanecía quieto y preocupado.

Quitando su capucha, mostró su rostro, por algún motivo extrañas miradas siguieron tras su acción.

—He decidido dejar el manto por un tiempo. —Recibió rostros pasmados como respuesta.

—No hablaras en serio —contestó Tim, incrédulo.

—Señor debería meditar con calma esa decisión —dijo Alfred, confundido.

Damián se retiró con prisa, dirigiéndose hacia la mansión sin mostrar reacción alguna.

—Bruce ¿qué sucede? ¿Alguna amenaza? —cuestionó Dick.

Desprendió su capa e inmediatamente Alfred la tomó. ¿Como explicar que sentía así debido a sus sentimientos? Estaba cansado, jamás creyó llegar al punto de sufrir por un sentimiento como el amor y que esto lo volvería débil, lo suficientemente débil como para destabilizarlo tanto, como para hacerlo cuestionarse así mismo.

—Es un asunto que no tiene que ver con Gotham. —Miró los ojos de su primer robin, ahora casi tan alto como él— Es algo personal que necesito resolver. —«De lo que necesitaba deshacerse», pensó.