Capítulo II

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~Mansión Phantomhive~

―No entiendo que hacen ellos aquí―sobando sus sienes con fastidio

―Tranquilo Bocchan―su rostro reflejaba un poco de intranquilidad aunque no exactamente por lo que su amo podía llegar a creer

―Lo que sea―miro con desdén a sus acompañantes―voy a mi despacho, lleva ahí el postre, Sebastian―lo miró sin emoción alguna reflejada en sus facciones

―Pero amo...―trato de convencerlo de quedarse pero sin embargo recibiendo de este una mirada fulminate, dio un leve suspiro y asintió

El joven peliazul caminó hasta su despacho ignorando el malestar que le ocasionaba que sus "amigos" se encontraran jugando en su sala recreativa sin siquiera haberle avisado, después hablaría con Madame Red sobre este hecho, aunque había algo más que le hacía sentirse de esa manera pero no podía saber de qué se trataba.

Agachó un poco la cabeza mientras abría la puerta sin notar que en el interior le esperaba un hombre, solo pudo sentir un fuerte golpe en la cabeza que lo hizo caer al suelo sin reparo alguno, su vista se volvió borrosa y cuando intentó ver quién era el responsable, un nuevo golpe le fue dado, apenas pudo escuchar una risa que terminó por desvanecerse al igual que él cayendo en la oscuridad de la inconsciencia.

Un par de ojos oscuros levantaron la vista de los papeles que anteriormente leía con un tinte mucho más oscuro de lo que nadie pensaría, su rostro se vio mucho más frío de lo que se veía segundos antes, alzó la cabeza para mirar el techo.

―Este será un buen comienzo―

Murmuró la joven mientras se ponía de pie arreglando su vestido para quitar las arrugas que pudiese haber tenido mientras estaba sentada, sacando de un cajón un antifaz con la forma de un lobo, encaminándose hacia el amplio ventanal que dejaba ver la hermosa vista de su jardín y el bosque circundante se puso el antifaz atándolo tras su cabeza debajo de todo el cabello que tenía atado en forma de una media trenza, un poco más lejos, la respuesta a sus interrogantes, abriendo el ventanal una fuerte ráfaga de aire entró haciendo que los papeles volaran en todas direcciones, se sintió un poco mal pues Andrew tendría que recogerlos todos y ordenarlos.

Subió al barandal de piedra con su vestido meciéndose con el viento, cerrando los ojos mientras extendía sus brazos a los costados, dando un salto hacia abajo en una caída libre que sí no fuera quien era, probablemente habría muerto con el fuerte impacto después de caer del quinto piso, sin embargo, cayó de pie en el jardín dejando un pequeño cráter para empezar a correr tan rápidamente que se veía como un borrón en el camino, esto alertó a su mayordomo por el fuerte sonido que había provocado, quién entró al despacho observando las hojas en el suelo.

―Oh my lady... ―negó caminando para cerrar el ventanal, suspirando mirando a través del cristal a lo lejos como su ama corría sin importarle sí era vista o no por alguien―le daré una ventaja...―dicho esto se dispuso a recoger los papeles para acomodarlos.

El pelinegro llevaba en una mano el postre completo para su joven amo, había pasado una odisea para que los inútiles de Finnian, Brad y Mey―rin no lo destruyeran así como tampoco la mansión que había costado trabajo reconstruir piedra por piedra para que fuera idéntica a la primera, una mano yacía tras su espalda recta caminando a paso elegante, la perfección en toda la extensión de la palabra, ese era Sebastian Michaelis.

Cuando abrió la puerta con su mano libre teniendo una ligera sonrisa en sus labios esta se desvaneció dejando un gesto sombrío, pasando entre los papeles tirados así como varias objetos rotos, la ventana estaba ligeramente abierta por lo que entraba continuamente ráfagas de aire, dejó el postre en el escritorio de caoba chocolate, admirando todo a su alrededor hasta que notó un sobre en específico el cual tomó en sus manos y con el abrecartas sacó el contenido de su interior, leyendo atentamente las palabras escritas.

Los amigos del joven amo llegaron para hablar con él bastante alegres /Madame Red) encontrándose con el desastre que habían dejado los secuestradores y el cual el pelinegro tendría que recoger después, una vez que pudo calmarlos alegando que no era necesaria toda esa preocupación y escoltándolos hasta la puerta fue que pudo pensar mejor, mientras los veía despedirse de él con ademanes.

Dejó pasar algunos minutos para que los carruajes que ya avanzaban en dirección de sus respectivos hogares desaparecieran colina abajo, sus ojos mostraban aguas carmesí turbulentas, estaba listo para emprender el viaje y rescatar a su Bocchan por lo que empezó a correr siguiendo su fina audición que le indicaba que a unos cuantos kilómetros se encontraba huyendo un automóvil.

Al principio, corría como una persona normal lo haría pero pasados unos segundos la forma que sus piernas tomaban al dar el paso siguiente comenzó a cambiar formando algo similar a un pequeño remolino que levantaba polvo mientras más rápido avanzaba, en sí toda su figura se veía distorsionada mostrando un ente negro con ojos rojizos y una sonrisa siniestra, nada humano ahora quedaba en él.

En cambio, la joven de cabellos platinados no corría de la misma manera, en ella se apreciaban claramente aun sus rasgos fisiológicos aunque por la rapidez, se veía como un borrón simplemente, transitaba por el bosque evitando toparse con alguien pero su mansión estaba mucho más lejos de la civilización de lo que muchos imaginaban así que realmente nadie podría verla, sus cabellos echados hacia atrás así como sus brazos dándose mayor impulso, a pesar de romper la barrera del aire su visión no se veía entorpecida y su audición estaba al límite pero no le afectaba en lo absoluto.

Ella sabía de sobra que no podía darse el lujo de forzar de esa manera sus poderes pero tampoco dejaría que le hicieran daño a la única cosa buena que aún le quedaba en este mundo aparte de su querido mayordomo, además así podría empezar a conocer un poco al joven que se encargaría de enamorar ya que después de todo, ambos estaban comprometidos, o al menos así lo habían decidido sus padres y su "tutor", cuanto le molestaba escuchar hablar sobre la bonita relación entre Elizabeth y Ciel...

VenganzaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang