Agradecimientos

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Hubo muchas mañanas en las que me pregunte a donde irían estas letras, si encontrarían un puerto donde morir entre las mil y un mercancías; o si hallaría una corriente submarina donde bailarían hasta que la tinta se volviera sal y el papel un alga que hambrientos peces hicieran mil pedazos y, que estos viajaran por tantas corrientes como mares y océanos existiesen.

Y quizá fue mejor de lo que esperaba, porque aquellas letras harapientas, heridas y agonizantes fueron arrastradas por los últimos suspiros del invierno. Llegaron a tocar el agua y toda su sed fue calmada, el hambre no existió más allá de sus recuerdos, la suciedad se desprendió de sus cuerpos como quien se quita el polvo tras años de abandono en un desván. 

El agua dulce de la lluvia acabo por deshacer sus cuerpos, arrojándolos al mar; un mar que bien podría haber sido de indiferencia. Sin embargo, fue un constante vaivén de corrientes desconocidas que abrumaban la propia existencia de las letras. Se habían revitalizado, como si aquellos suspiros les hubieran regalado una primavera, germinaron de nuevo con la efervescencia de todo eso que las hizo nacer una vez. 

Así pues, gracias L, por ser la cura para mis letras y dejarlas llegar hasta los confines del universo.


A TI, MI AMIGO SILENCIOSO.Where stories live. Discover now