Falling with you (F.F.L #2)

Capítulo Veintiocho

—¿Podemos hacerlo ahora?— pregunté y ella me observó con duda. —Alexander está con el entrenador atendiendo algo de su próxima pelea.

—Está bien— me dijo.

Rápidamente me puse de pie y fui hasta la habitación donde me duché y me coloqué un vestido de primavera y unas zapatillas de plataforma. Los vestidos se habían convertido en mi ropa favorita desde el embarazo.

—¿Qué harás con ese par?— me preguntó Amanda cuando regresé. Jackson y Blake se encontraban en la cocina hablando con Roxanne y cuando me observaron, ambos se pusieron de pie.

—Solamente necesitaré a Jackson— les dije a ambos y se observaron en completo desacuerdo.

Tomé mi bolso y saqué mi teléfono para textearle a mi prometido: Iré a visitar a los padres de Amanda, solamente saldré con Jackson.

No.

La repuesta no tardó en llegar y me hizo fruncir el entrecejo.

¿No me estás diciendo que no puedo salir, verdad?

Te estoy diciendo que no saldrás sin Jackson o Blake.

Bien.

—Bien. Harán lo que yo diga y no importa quien firma su cheque— les dije a ambos.

Todo el camino sentí que mi corazón se quería salir de mi pecho, las manos me sudaban y por algún momento deseé decirle a Jackson que diese media vuelta y regresáramos al apartamento.

—No tienes que hacer esto, Lexi— me dijo Amanda al tomar unas de mis manos y apretar.

—Tengo que hacerlo— froté mi abultado vientre cuando el bebé se movió, era como si me recordara que no me encontraba sola en aquellos momentos.

Alexander seguramente se enojaría, pero no podía vivir siempre con miedo, estaba decidida a terminar con el asunto de Jace. Cuando Jackson detuvo la camioneta y abrió la puerta, la primera en salir fue Amanda. Era un edificio de apartamentos, supongo que Jace se quedaba allí durante su estadía en Michigan. Amanda me sostuvo de la mano todo el trayecto, desde que entramos hasta que tomamos el elevador y finalmente no detuvimos en una puerta donde ella tocó el timbre.

No escuchamos nada del otro lado de la puerta pero cuando esta se abrió repentinamente y mostró a un semi desnudo Jace, tuve que pelear con los deseos de retroceder, correr y alejarme.

Jace me observó, sus ojos azules mostraban sorpresa, me recorrió de arriba abajo, deteniéndose apenas algunos segundos sobre mi muy notado vientre y luego regresó a mi rostro.

—Alexis— dijo. Aquel tono ronco, marcado con la sorpresa no era lo que había esperado.

—No olvides a tu prima, también estoy aquí— interrumpió Amanda.

—¿Se encuentra bien?— fue Blake quien preguntó, seguramente había notado mi estado de palidez.

Mi estómago se agitó y las náuseas pelearon en mis entrañas.

—Respira, Lexi— me pidió Amanda mientras deslizaba una mano detrás de mi espalda y frotaba. Cerré los ojos, intentando recordar a Alexander, sus ojos, su olor que tanto me gustaba y a mis hormonas de embarazada. —Te dije que era mala idea— me regañó pero negué con la cabeza mientras tomaba profundas respiraciones.