CAPITULO 3

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Berlín, 1924.

Otto Rahn era hijo de una familia de clase media. Aunque cursó estudios de derecho y filología germánica, lo que siempre llamó su atención, fueron los grandes misterios históricos. Su fuerte interés por la cultura Cátara le llevó a viajar por Francia, Italia, España y Suiza. Rahn estaba convencido que el símbolo que había encontrado en la tumba del faraón Tutankamón, de alguna manera, tenía una relación con el Santo Grial y con la búsqueda de los antepasados de la raza aria (o al menos esa era una de las creencias de la oscura sociedad de Thule, a la cual pertenecían muchos padres de la enfermedad que asolaría Europa pocos años más tarde: el nazismo).

La sociedad Thule fue una sociedad ocultista alemana fundada en 1912 por el noble alemán Rudolf Von Sebottendorf. A ella pertenecieron importantes personalidades del III Reich como el propio Adolf Hitler y su lugarteniente Rudolf Hess. Al parecer, el partido nacional-socialista (y por tanto el III Reich) tuvo su origen en esta sociedad esotérica, siendo el DAP (Deutsche Arbeiter-Partei), después trasformado en NSDAP, su brazo político.

Como escudo de la sociedad Thule se eligió una esvástica (símbolo solar que luego adoptarían los nazis) colocada detrás de una reluciente espada dispuesta verticalmente. El nombre de Thule fue elegido en recuerdo del legendario (y para ellos existente) reino de Thule, que es simple y llanamente otro nombre para designar la mística Atlántida.

Sus delirantes ideas sobre el fuego y el hielo, de un remoto pasado de hombres-dioses, introducía en el pensamiento de una nación de altísimo nivel científico-técnico, como era Alemania, todo un universo de profecías y leyendas que impresionó a hombres como Hitler, obsesionado con el poder de los mitos y el destino de los pueblos y que consideraba que "hay una ciencia nórdica y nacionalsocialista que se opone a la ciencia judeo-liberal".

Entre los miembros de la sociedad Thule se encontraban, además de los paganos Heinrich Himmler y Alfred Rosenberg, también sacerdotes (como el confesor de Hitler, Bernhard Stempfle), monjes cisterciences (como Guido Von List) y miembros de la orden del Temple refundada, además de nacionalistas, patriotas, antimarxistas y antijudíos.


Montserrat, Barcelona, 1940.

La tarde del 23 de octubre de 1940, un hombrecillo cargado de complejos y con sueños de poder esotéricos, visita la montaña de Montserrat, convencido de que es la mismísima Montsalvat, del cielo artúrico; la montaña donde se encuentra el Santo Grial.

Este hombre de baja estatura, gordinflón y aquejado de miopía, no es otro que Heinrich Himmler (jefe de las SS, amante del ocultismo y asesino en su tiempo libre). Himmler fundó la AHNENERBE, -oficina del ocultismo con el fin de localizar y obtener objetos simbólicos sagrados-.

Tras inspeccionar las cuevas de la montaña Montserrat junto con sus oficiales de la SS, historiadores y científicos del Reich, en una roca semioculta por la vegetación encontró lo que andaba buscando; el mismo símbolo que años atrás robara Otto Rahn en Egipto, y una frase en latín que le inquietó por no saber su significado:

Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris.

Cuyo significado es: "Recuerda hombre, que polvo eres, y en polvo te convertirás".

De camino a Berlín, Heinrich Himmler iba rememorando uno de los discursos que su idolatrado Hitler pronunció una noche en Münich. Aquél discurso, hecho por uno de los mayores criminales que haya conocido nunca la humanidad, estaba lleno de odio, locura y magia. Himmler se estremeció y una lágrima resbaló por su cara mientras apretaba fuertemente su ejemplar dedicado de "Mein Kampf (mi lucha)".

Für Immer

Der damon lebt für immer,
Der damon lebt für immer,
Für immer in dir

Der damon lebt für immer,
Der damon lebt für immer,
Für immer in dir

Soy la sangre de los caídos
soy la orden negra
soy el terror
mi cara es la de un dios

Soy la raza, soy los sacrificios
soy pureza, runas en un altar
mi honor es la lealtad

Mi sagrado destino
mi orden moral
extirpar la impureza
de la humanidad

mi lucha es mi religión
y el miedo mi voz

Der damon lebt für immer,
Der damon lebt für immer,
Für immer in dir

Soy el hombre que no tiene sombra
soy la muerte anunciada de toda paz
la solución final

Voy buscando el orden divino
magia negra, luz casi omisión
la lanza del destino

El Mesías de un nuevo orden mundial
el guerrero del reino, ¿la magia del mal?
pureza de raza por convicción o por diversión.

Der damon lebt für immer,
Der damon lebt für immer,
Für immer in dir

Surcos de dolor marcan la piel de la razón
surcos de terror que arañan el corazón.


GAIA  ATLANTIAWhere stories live. Discover now