9. Acercándose a la verdad.

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Después de un momento de silencio tenso, Marinette pensó de qué podría hablar con él, y sacó el tema que ambos compartían, el Instituto:

-Adrien, por cierto, ya que has venido...¿Me podrías decir qué parte nueva del tema de Roma hay que estudiar? Alya me escribió y me dijo que tenemos examen de Historia este próximo Lunes. El Viernes no estaba cuando lo explicaron...- le comentó Marinette.

-Siento lo que te pasó el Viernes, Marinette...- Adrien volvía a mirarla a los ojos. Dios, qué difícil le resultaba a Marinette no perderse en esos preciosos ojos verdes...- Cloe fue muy cruel contigo. Bueno...Cloe es cruel con casi todo el mundo, casi todo el rato...- Dijo Adrien. -Te enfadaste de veras...-

-No pude evitarlo...Siento vergüenza por lo que dije, delante de todos...- Marinette bajó los hombros y la mirada.

-Marinette, no tienes que avergonzarte de nada, Cloe lo merecía. Fuiste valiente y no te dejaste pisar por ella.- Le dijo el chico.

Marinette suspiró asintiendo.

Adrien retomó el tema:

-Marinette, si quieres, trae tu libro de historia aquí y te explico lo que te perdiste el Viernes. Vaya...si quieres, claro...Se está muy bien aquí fuera...Si no te parece mal, me tomaré aquí las galletas. Aún no he desayunado...- Propuso Adrien, rascándose de forma graciosa la barriga.

Marinette rió y asintió encantada. Fue a buscar su libro al instante, además de un par de vasos con agua.

-Gracias por el agua, Marinette! Toma, comparte estas galletas conmigo, son espectaculares.- Adrien le guiñó un ojo y Marinette sonrió. Eran sus galletas, y le encantaba notar que Adrien las apreciaba.

-Te daré más cuando te vayas, si tanto te gustan...-. Le dijo Marinette, comiendo a su lado y disfrutando del agradable Sol de Mayo sobre los tejados de París.

Cuando terminaron el desayuno improvisado, Adrien se puso serio y cogió el libro de historia. Marinette se acercó a él. Un dulce olor a canela le envolvía.

-Mira, nos explicaron esta parte...-Dijo Adrien buscando la página correspondiente. La encontró enseguida.- Eso es, el Coliseum de Roma...- Le señaló las imágenes en el libro mientras le contaba:

-El Coliseum...o también conocido como anfiteatro Flavio, como fue su nombre original. Lo inauguró el emperador Tito y se ve que podía albergar 50.000 espectadores siendo el edificio con más capacidad de la historia hasta el siglo XX. - Explicaba concentrado Adrien. - En el Coliseum se celebraban naumaquias, recreaciones de batallas navales históricas. Eran todo un acontecimiento y era muy costoso prepararlas. Se inundaba el recinto con miles de litros de agua. Aún no saben cómo lo hacían, qué sistema usaban para llenarlo con tanto líquido y que no se escapara... Debía ser un espectáculo digno de ver.- Prosiguió Adrien. Marinette lo miraba, embelesada.

-Estos combates navales eran más sangrientos que las luchas de gladiadores y son en estos espectáculos donde se pronunciaba la célebre frase de "...los que van a morir te saludan", pues los vencidos no tenían otra salida...-. Explicó el chico, mirándola con intensidad. -Eran otros tiempos, difíciles de otro modo...- Adrien no apartaba la mirada de sus ojos azules, ni ella tampoco, esta vez.

Se estaban empezando a perder en la mirada del otro, con las pupilas algo dilatadas, cuando Adrien reaccionó. No podía someter a más presión a Marinette. Mostrarle sus sentimientos como Adrien sólo le añadiría más tormento a su adorada Princesa.

Se levantó, cerrando el libro y dijo, algo sonrojado:

-Bien...esta es la parte que te perdiste. Son sólo dos páginas y...- En ese momento, algo les llamó la atención.

Marinette y Chat Noir, una relación sincera.Where stories live. Discover now