𝟬𝟬𝟯 appetite of destruction

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      — ¿Quién dijo algo de Serena?—, preguntó Chuck.

      — ¿Algo que confesar, hermanito?—, inquirió Nina, sintiéndose traicionada por su propio hermano mientras buscaba proteger a su mejor amiga.

      Nate guardó silencio, mirando a ambos por un momento antes de bajar la mirada. Chuck presionó la licuadora y Nina observó el líquido verdoso con la nariz fruncida, no entendía como ellos podían tomar eso.

                    —Chuck, ¿qué diablos haces?—, exclamó Nina al salir por la puerta del hotel, notando como su hermano tomaba a su mejor amigo para frenarlo mientras él intentaba acercarse al chico con el que ella no paraba de encontrarse

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                    Chuck, ¿qué diablos haces?—, exclamó Nina al salir por la puerta del hotel, notando como su hermano tomaba a su mejor amigo para frenarlo mientras él intentaba acercarse al chico con el que ella no paraba de encontrarse.

      — ¿Qué haces aquí?—, le preguntó Chuck al chico después de haber mirado de reojo a Nina.

      — ¿Por qué? ¿Es tu hotel?—, inquirió el chico de forma sarcástica pero, lamentablemente, su intento de intimidación salió mal.

      —En realidad, sí lo es—, le corrigió Nate.

      —Sí, y a menos que tengas una razón para estar aquí, te pediré que esperes en la acera de la basura.

      — ¡Chuck!—, regañó Nina, golpeando a su amigo en el brazo. El castaño le miró de mala manera, demasiado enojado como para no desquitarse.

      — ¿Basura? Mira, yo vivo en Brooklyn, ¿de acuerdo? No en un rancho, sin ofender a los ranchos. ¿No crees que estás llevando la guerra de clases muy lejos?—, respondió el chico y Nina frunció el ceño.

      —No he empezado—, negó Chuck, intentando acercarse al chico de Brooklyn, pero fue detenido por Nate. Nina se abalanzó, colocándose frente al chico que no había conocido de forma oficial mientras miraba a su amigo a los ojos.

      —De acuerdo, hombre. Sólo vayámonos—, intentó calmarle Nate, logrando alejarlo.

      — ¿Defiendes a la perra de Serena? Si alguien tiene razón para pegarle, eres tú—, insistió Chuck, tomando por el cuello de la camisa a Nate mientras Nina negaba levemente con la cabeza.

      —No lo vale, no aquí—, negó el rubio, mirando una vez más al chico y deteniendo a su amigo antes de seguir por su camino.

      —No he terminado—, advirtió Chuck.

      —Estaré esperando—, prometió el chico —. Ese ojo morado se ve muy solito.

      Nate siguió empujando a Chuck mientras él miraba mal al castaño y, luego, miró a Nina —. ¿No vienes?

      —Ya los alcanzó—, asintió Nina antes de girarse al chico —. Chico de Brooklyn, creo que no he tenido el honor de conocerte a pesar que siempre nos encontramos, Nina Archibald.

SHADOWS: gossip girl.Where stories live. Discover now