58. NO TE PUDE RETENER.

2.1K 44 0
                                    

El trabajo más el comportamiento y personalidad de mi irritable mánager me suponían un estrés inaguantable. La semana se me hizo eterna. Viajaba de plató en plató de nuevo, de radio en radio. Qué duro era empezar. Debía a darme a conocer por todos los lugares. La promoción más dura era ésta. El primer disco. El primer sueño. Suerte que también era cuando más ganas tenía. Cuando tenía una fuerza imparable.

-Me tienes abandonada. -oí su voz tras el móvil.

-Lo siento cielo, no paro un segundo… -dije, acomodándome en la butaca del tren. En frente, Jorge me miraba disimuladamente.

-¿Qué tal con el nuevo? -me preguntó.

-Fatal. -resoplé, mirando por la ventana.

-Bueno, ya mismo vuelve Mari y adiós al problema.

-Ya, Malú, pero joder… no estoy cómoda. -le dije. Mierda. No me había dado cuenta de que me estaba oyendo. Abrió los ojos como platos y miró a otro sitio, haciendo como que no había oído nada.

Al poco tiempo de colgar, se sentó a mi lado.

-¿Estabas hablando con Malú…? No he podido evitar oír la conversación. -claro. No ha podido evitarlo… Claro.

-Eh… sí. -se produjo un silencio incómodo. Volví a refugiarme en el paisaje primaveral que había tras mi ventana.

-¿Sois muy amigas? -volvió a intervenir.

-Sí. -contesté seca. No quería seguir hablando con él.

-Es una gran cantante, ¿no crees?

-Lo es. -afirmé. -de hecho, la he seguido desde siempre.

-Así que de malulera a íntima amiga. -unió hilos. Asentí sin poner mucho énfasis. -Oye, siento estos días… nunca se me dio bien hacer amigos y socializar.

-¿Entonces por qué te metiste a mánager…? -le solté. Bajó la cabeza.

-A partir de ahora vamos a llevarnos genial. -prometió. -de verdad. -me tendió la mano y dibujó una leve sonrisa. Yo, por no discutir más, cedí.

Los días se fueron sucediendo con todo el pesar de soportar a un individuo que estaba las 24 horas incordiándome y con la presión de no poder hablar libremente con mi chica. La echaba mucho de menos…

El fin de semana más ansiado de mi vida por fin llegaba. Jamás había tenido tantas ganas de terminar la semana. Llegué a casa de Malú y, sin soltar la maleta, la abracé.

-Ay… tu perfume… ya no me acordaba ni de cómo olías. -bromeó.

-Eres más idiota... -reí.

Pasamos la tarde entre caricias, besos robados y tonterías. Éramos felices. Lo nuestro parecía infinito. Nada podría separarnos. Eran esos instantes los que nos hacían sentir que aquello era para siempre. Vimos las fotos del viaje a París y no podíamos estar más contentas. Nuestras caras en las imágenes lo decían todo. Nadie podría negarlo.

-¿Estas preparada para tu primer concierto? -me sonrió, acabando sus labios en los míos.

-Nunca se está lo suficientemente preparada para eso…

-Te vas a lucir y yo voy a estar allí para verlo.

Pero no fue así. No estuvo allí para verme. Me prometió que iría… me indicó el sitio donde iba  a estar en la sala, sitio que estaba vacío.

-Estará al llegar. -me dije, acomodándome en el taburete. Miré a mis chicos. Estaban plenamente eufóricos.

-El primero de muchos. -susurró Pepe Luí.

EL MAYOR DESAFÍO DE LA VIDA ES VIVIRWhere stories live. Discover now