CAPÍTULO 4. "Los tratos no deben romperse"

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—Te acompaño.

—Sawyer, no lo sé...

—Vamos, te esperaré en la camioneta —Me encojo de hombros, sonríe—, después podemos ir a comer.

—Eres el mejor —Se alza y deposita un beso en mi mejilla, rio.

Cuando subimos a mi camioneta, noto lo nerviosa que está. Hace años los padres de Bethany eran el matrimonio perfecto, una familia ejemplar, dulce y muy amorosa, incluso me adoptaron como un hijo más, pero a lo largo de los años se frustraron cuando la señora Lía no pudo tener más hijos. Comenzaron las peleas, y una cosa llevó a otra y terminó en infidelidades por parte de ambos, el problema es que no se separaron, y durante varios años Bethany se la vivía en medio de ellos, recuerdo haberla sostenido una noche en la que dijo que ella no quiera esa vida, que en cuanto se graduara se iría y empezaría una vida tranquila lejos de esta ciudad.

La observo mientras tiene la mirada perdida en el camino rumbo a su casa, suspiro, ella es hermosa, es la chica más genial que se ha cruzado por mi vida, la persona que estanca mi vida, y la chica que me da miedo lastimar. Estaciono frente a su casa, me observa con preocupación, le sonrío y dejo un beso en su frente.

—Aquí te espero, cariño.

—No tardaré —Voltea a su casa—, tengo miedo de lo que vayan a decir.

Frunzo el ceño y la hago mirarme, sus ojos se tornan rojizos.

—Creo que ambos sabemos que van a decir, pero es mejor que estén separados —La abrazo—, es lo mejor para ti, Beth.

—Lo sé, es solo que —Sorbe su nariz, alza la mirada y sonríe levemente—, no pensemos los peor, seamos positivos.

—Seamos positivos —Concuerdo—, ahora ve, mi chica fuerte.

Sale rápidamente de la camioneta, cuando por fin la veo perderse en la puerta de su casa, reclino el asiento y coloco el seguro en todas las puertas del auto. Tomo mi celular jugando con él, bromeo con Ed sobre la supuesta correa que ahora tengo sobre mi cuello y la cual maneja Beth, me aburro y juego cartas en línea durante bastante rato, dejo de hacerlo cuando me doy cuenta de que ya perdí $150 dólares a lo tonto. Dejo el móvil de lado y cierro los ojos recargando mi cabeza en el asiento, mi mente me traiciona y viaja al último recuerdo que tengo con mi madre. Ella limpiaba mis lágrimas y con un paño mojado curaba mi puño que tenía rastros de sangre de aquel niño estúpido que me molestaba.

Recuerdo estar muy asustado, y mi madre intentado calmarme, sonrío levemente, pero esta se esfuma en cuanto la ira me aborda todo el cuerpo, hace un año la había encontrado en un viaje a Irlanda que hice con Ed, aun no sé si me vio, pero claramente yo sí lo hice, estaba con su nuevo esposo rico, disfrutando todo lo que siempre le reprochó a papá. Mi padre años atrás no poseía la fortuna que tiene ahora, se casó con mi madre a los 20 años, y un año después nací yo, pausó su carrera y para poder alimentarnos trabajó en diferentes empresas de obrero, y cuando mi madre nos abandonó, hubo días en los que no comimos por falta de plata, mi padre trabajó, estudió e intento educarme al mismo tiempo. Se graduó cuando cumplí 12 años, y desde ahí nuestra vida mejoró económicamente, se casó un año atrás, a unos días de que había visto a mi madre, y por esa razón no se lo dije, a pesar de no tener una comunicación estable con él, no quería arruinar su día especial.

Me sobresalto cuando escucho un golpe en la ventana, Bethany tiene el rostro completamente rojo, lágrimas brotan de sus ojos sin cesar, inmediatamente quito el seguro y ella sube abalanzándose sobre mí, la envuelvo tratando de calmar sus sollozos, acaricio su cabello con ternura mientras escucho su voz apenas en un susurro audible.

—Ellos se divorciarán —Su cuerpo tiembla—, me duele. Porque me han hecho elegir con quien me quedaré, y me duele aun más porque creo que le rompí el corazón a papá porque decidí quedarme con mamá.

—Tranquila, cariño. Estoy contigo.

Se separa cuidadosamente, sus ojitos irritados y llenos de culpa me observan con tanto dolor.

—Yo no quería elegir, pero mamá está muy mal, papá me odia. —Llora.

—No lo hace, mírame —Levanto su mentón—, tu papá te ama Bethany, y él entenderá porque te quedarás con Lía. Cariño, yo estoy aquí, llora todo lo que tengas que hacerlo.

Me brinda una sonrisa casi invisible, deja caer su frente en mi hombro, suspira.

—Quiero una hamburguesa, Saw.

—¿Eso hará que te sientas mejor?

—No, pero tengo hambre.

Suelto una carcajada, y mis oídos se alegran inmensamente cuando ella ríe también, me mira fijamente, a veces quisiera saber qué es lo que piensa cuando me observa así.

—Está bien —Me alejo y enciendo el auto—, pero limpia tus mocos.

—¡Oh vamos, Sawyer! —Me pellizca y finjo llorar— eres un desalmado de lo peor.

—Así me quieres. —Afirmo, me indigno cuando se encoge de hombros y abrocha su cinturón de seguridad.

—¿Me queda otra opción?

Rio negando con la cabeza, ella estará bien, me encargaré de eso.

Más que Sexo©Where stories live. Discover now