Capítulo 15: Quédate

11 1 0
                                    

-Escuchad niñas, voy a intentar hablar con Shiki, pero necesito que abandoneis la casa durante unos minutos, ¿entendido?
-Vale, Francesca, esperaremos fuera.
Justo después de decir esto, las 3 salieron de la casa y se sentaron en la entrada de la casa. La luna iluminaba las calles solitarias y un soplo de aire húmedo inundaba el ambiente. Kokoro inspiró profundamente y cruzó su mirada con la de Mei, la cual se encontraba un tanto ausente.
-Mei, tienes que contarnos que es lo que te preocupa. ¿A qué se debe ese cambio tan repentino?
-Tiene razón, aunque te cueste, es bueno desahogarte... Y puedes confiar en nosotras, ninguna queremos nada malo para tí.
Las dos la miraron como nunca antes la había mirado nadie; una mirada llena de amor, de cariño, de amistad.
-...Todo empezó cuando tenía 14 años. Conocí a una chica, Isabella, qué dentro de poco tiempo, pasó a ser mi mejor amiga. Yo confiaba en ella, le hablaba sobre mis problemas, sobre como mis compañeros se metían conmigo, me robaban la comida y se reían de mí. Ella decía que era normal, que esas cosas pasan... Pero yo no estaba de acuerdo. Así que un día, cuando intentaron volver a meterse conmigo, yo respondí antes y acabé dandole una paliza al cabecilla del grupo que intentó agredirme.
Estaba ciega de rabia, quería hacerles sufrir como ellos lo hacían conmigo... Y, sinceramente, lo estaba disfrutando. Fue entonces cuando Isabella se interpuso, ayudando al chico que yo había pegado, diciendo que la violencia no era la solución. Yo no entendía nada, ¿mi mejor amiga estaba defendiendo a esa mala persona en vez de estar de mi lado? ¿Era yo la que estaba haciendo algo mal? Con el tiempo, Isabella comenzó a distanciarse, se notaba que me tenía miedo desde aquel entonces, y los cuchicheos que la gente hacía a mis espaldas me afectaron aún mas.
Mei levantó la mirada del suelo y miró a Nana llena de tristeza.
-¿Te acuerdas de cuando pegué a Kokoro en la estación? Tu fuiste a defenderla a pesar de que te había hecho sufrir, y eso me recordó a mi amiga, y me recordó lo mal que lo pasé cuando ella se alejó de mi lado... Por eso perdimos el juicio, tenía dudas de que nuestra amistad fuera igual después de eso.
Lo siguiente sucedió en un abrir y cerrar de ojos:
Nana abofeteó a Mei con fuerza, mientras Kokoro, boqueabierta se sobresaltó del susto.
-¡Nana, ¿qué coño acabas de hacer!?
-Le he dado una bofetada.
-¡Eso ya lo he visto yo solita!
Sin responder, Nana comenzó a acercarse a Mei, la cual se encontraba impresionada por lo que acababa de pasar.
-Escuchame, Mei, tienes todo el derecho del mundo a sentirte mal conmigo por lo que tu amiga te hizo, tienes todo el derecho del mundo a enfadarte conmigo si quieres.
Justo después, la abrazó fuertemente mientras lagrimas fluían de sus ojos violetas.
-Pero lo que no te voy a dejar, es que pienses que voy a abandonarte como si fueras un gato mediomuerto, porque eso nunca me lo perdonaría.
-Nana...
-Ni yo, ni Coco, ninguna te hariamos eso, jamás. Tú eres nuestra amiga, ¿me oyes? Y los amigos de verdad siempre están ahí.
-Y-Yo... Gracías.
Dijo mientras respondía al abrazo de su amiga entre lágrimas. Kokoro sonreía mientras las miraba.
-(Esta chica está chiflada, vaya par de amigas me he hechado)
Mientras las dos terminaban de calmar su llanto, Francesca salió de la puerta principal, y por su expresión, parecía que tenía buenas noticias.
-Señora Francesca, ¿ha ido todo bien?
-He conseguido que os dé un segundo intento, no lo desaprovecheis muchachas.
-¿Cómo lo ha hecho?
-Es fácil lidiar con espíritus si sabes cómo tratarlos. De cualquier modo, ya es muy tarde, por qué no os quedaís aquí a dormir? Está noche a sido muy intensa, y a Mei sobretodo no le vendría mal desconectar un poco.
Mei sonrió levemente mientras asintió a las palabras de la anciana.
-Tomaré eso como un sí.
Os dejo entonces, Nana, procurá no romper nada.
-¡Descuida!
Francesca se fue caminando, y mientras Kokoro la despedia las otras 2 se miraron mutuamente con caras traviesas mientras gritaron al unísono...
-¡¡¡FIESTA DE PIJAMAS!!!
-¡Sshhh! ¿Cómo que fiesta de pijamas? ¿Después de lo que ha pasado teneís ganas de esas cosas?
Dijo mientras intentaba calmar a sus dos amigas.
-¡Hombre, ya que la vieja dijo que me vendría bien cambiar de humor, habrá que hacerle caso! ¡Me pido la cama de enmedio!
-¡Pero bueno, ¿qué te crees que estás en tu casa!?
Mei salió disparada hacía la puerta principal seguida de Kokoro regañandola mientras Nana permanecía riendose.
-Estamos apañadas aquí todas.
El aire sopló mas fuerte y con más frío, pero este era diferente. Se sentía algo espectral en él.
-...Esto me resulta familiar.
Nana comenzó a mirar en todas direcciones buscando encontrar a alguien.
-¡Eh, ¿estas ahí!?
-...aquí estoy.
Nana reconoció enseguida esa voz. Era el espíritu que se le apareció en la casa de su abuela.
-Vosotras 3 teneís un vínculo especial... Me daís envidia.
Extrañada, se acercó al ente y se agacho para estar cara a cara con él.
-¿Por qué lo dices?
Tras un breve silencio, el respondió con un tono melancólico.
-Por que yo hubiera deseado tener ese mismo vínculo con "ella".

Fín del Capítulo 15




Doll No CurseWhere stories live. Discover now