Sesión uno: Camino a Nueva York.

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Makiel entra el tugurio. es un lugar oscuro con luces neón de color azur que salen de las aristas de las paredes, la pintura es de color negro, las luces son en la barra son lo suficiente claras como para ver que es lo que te están sirviendo. Makiel trata de ubicar con sus Sentidos aumentados donde quedo esa mujer, pero en su lugar ve el aura de uno de la hermandad, él no se esconde, está sentado en un sofá grande rodeado de mujeres que a simple vista están encantas por él. Este Hombre le saluda a la distancia y se despide de su harem, las quejas de su harem apenas si escuchan por el sonido de la música a todo volumen. El Hombre se acerca a Makiel, su imagen es de un blakmetalero de los 90, todo de negro con playera de manga larga del mismo color, le habla al tipo que atiende la barra y le hace una señal. -Buena noche mi Herman, ¿has encontrado algo digno para esta noche? -. Habla con voz juguetona, pero viril. -Mi nombre Barnes, y este es, mi lugar, espero que entiendas lo que quiero decir- le guiñe el ojo mientras le ensaña uno de sus colmillos con el dedo. -ahora te explicare mi operación, puedes alimentarte aquí, de hecho, tengo habitaciones para que lo hagas de forma discreta, ahora te costara una cantidad que consideraras moderada. Eso si, se prohíbe que mates... Y si sucede un error, que muchas veces sucede, no te preocupes, me puedo encargar del asunto, solo necesitaras pagar mucha más plata. Dime: ¿te parece si hacemos un trato? - Barnes extiende su mano para sellar el acuerdo. – si, acepto- menciona Makiel dándose cuenta que la mujer que vio se dirige hacia las habitaciones que menciona Barnes en el segundo piso del inmueble. Pronto se dirige hacia haya.

Makiel ve algo en la distancia. Al Mujer que vio está volteando hacia ella. La mujer se encuentra en las escaleras del segundo piso. Makiel usa los dones de la sangre para ver su aura y lo que ve le sorprende. la mujer no tiene aura, pero sus ojos destellan como si en ella se encontrara un fuego que cambia de colores y patrones, Makiel no puede soportar ver esos ojos, algo en su interior se despierta y es la bestia que se siente amenazada. Pero ella hace acopio de su fuerza interior y la reprime. Su curiosidad es mayor que su miedo. En el camino hacia las habitaciones, tiene una visión, se sumerge en la experiencia extrasensorial. En ella ve a un niño que llora en medio de una habitación oscura. Una puerta se abre y entra un hombre con traje de gala, cabello rubio ondulado y en su rostro una sonrisa llena de sangre que le escurre de entre los dientes. El habla, pero Makiel no escucha. La visión termina cuando escucha gritos y sonido de disparos. Makiel ve como de una esquina salen dos hombres uno Negro y otro de aspecto latino, el Negro lleva un revolver muy grande y el Latino lleva lo que parece un lanzallamas de mano hecho con un soplete y una lata de queroseno. El Hombre de color dispara su enorme revolver tres veces sobre Barnes. Barnes por su parte recibe los disparos y solo se mueve un poco, y sonríe. Barnes se mueve con la velocidad del rayo llegando hasta el Negro. el hombretón solo puede hacer una cara de terror absoluto. Barnes lo toma del cuello sosteniéndolo en lo alto y con un movimiento de su muñeca le troza el cuello. El sonido es claro y seco. Pero el Latino usa su Lanzallamas de mano. fue muy rápido y anticipó la posición del atacante, dándole de lleno en la cara a muy poca distancia. La cara de Barnes se transforma en una mueca de dolor profundo y miedo, profiriendo gritos ininteligibles se lanza detrás de la barra.

Makiel quiere ayudar a Barnes, pero ve que en el umbral de las habitaciones esta la mujer de la entrada. ahora la mujer está golpeando a una persona que tiene la playera que lo identifica como trabajar del lugar. está usando una porra de policía. Ella le está golpeando con una furia muy pocas veces vista por Makiel. La mujer Pregunta - ¿! Dónde está, donde lo tienes bastardo¡? - El hombre en el piso apenas si puede Hablar -... no está aquí, lo sacaron hace unos días, el dueño del lugar es el que hizo la venta- la mujer propina un golpe gracia que le revienta el cráneo. El sonido lo escucha muy claro. Ahora la mujer le mira a Makiel.

Makiel pregunta - ¿Quién eres? - pero ella contesta: -mi nombre es María Castro y busco a mi hijo- traga saliva, María sabe que se encuentra con una depredadora de la noche, de los mismos monstruos que se llevaron a su hijo. Sabe que son letales, inhumanos. Pero Makiel tiene el mismo miedo que su presa, de no saber que es capaz de hacer.

El hombre latino sube a la segunda planta y apunta su arma a Makiel, María le grita: ¡baja el arma Ramiro ¡-. Ramiro no sabe que hacer, se ve muy intranquilo y le grita a María: - ¡Vámonos Bruce está muerto ¡- María baja la porra con la que mato al trabajador del lugar. Los gritos de pánico de la gente desesperada por salir son reemplazados por sonidos de sirenas. María pasa con cuidado a un lado de Makiel y le dice: -Yo te he visto, en mis sueños, ayúdame y te ayudare, por favor- Makiel la deja pasar. Ramiro y María huyen como todos los mortales a la calle.

Makiel se encuentra en la habitación donde María mato a ese hombre. Pronto se escucha como entran cinco hombres armados, en medio de ellos se encuentra su líder de aspecto Punk. Todos apuntan a Makiel con sus armas, cuando el tipo de la barra aparece: - ¡no disparen, ella venia por los servicios de la casa de Barnes, ella no ataco a nuestra gente ¡- El Punk pregunta. - ¿eso es cierto? - Makiel menciona -Así es amigo, si no me crees revisa las cintas de seguridad-. El Punk dice: - Por ahora te puedes ir, mi nombre es Carl. mi Sire está muy herido como para hablar, pero cuando lo haga le preguntare por ti, y si es mentira algo de lo que dices, ¡te buscare en cualquier maldito hoyo infernal del que te encuentres! - lo dice con una voz amenazante. Makiel contesta con voz tranquila. -Pues espero que te des prisa, porque para ser el guardián de tu Sire, te mueves muy lento. Tal vez el príncipe deba de saber de tu otro negocio, el de trata de personas- al escuchar esto Carl, se muestra pasmado, Makiel pasa por su lado con una sonrisa diabólica. – Te veré en la corte Guardian de Sires- dice Makiel jugueteando.

Al salir del lugar no pudo ubicar por donde se habrán ido los cazadores de ojos como de fuego. Por ahora se tendría que preocupar por Barnes y su vengativo Hijo, que sin duda alguna buscara incriminar a Makiel en el incidente.

Crónica de Nueva York.Where stories live. Discover now