Sesión uno: Camino a Nueva York.

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Cuando el polvo bajo la manada del YOLO Sangriento ya era famosa, y no de la fama bueno, me refiero a la mala fama. La palabra que busco es ¡infame! Ellos no tenían la culpa solo fuero unos recién abrazados lanzados a los fuegos eternos de la yihad.

Ahora la Cotterie buscaba descansar de lo que vivieron, pero la vida adulta no sucede así. Fueron convocados por la corte de Nueva York, recién restructurada después del gran asalto al Sabbat, donde este perdió toda la ciudad.

Deja te explico un poco lo que le sucedió a esta ciudad. Resulta que era gobernada en gran medida por el Sabbat, el Arzobispo Francisco Domingo de Polonia, dominaba casi toda la ciudad, solo la isla de Manhattan, escapaba a su supervisión. hasta que una noche, la antigua Príncipe de la isla de Manhattan le pidió un cese de hostilidades, Mikaela era su nombre. lo digo era, porque esa noche Polonia le arranco la cabeza de tajo. Polonia no quería tregua, sino una victoria Pírrica sobre la ciudad en la que fue envestido con el título de Arzobispo.

Polonia nunca pensó que eso fue un gambito bien calculado por las mentes que orquestaron la reconquista de la ciudad y asestaron golpes tremendos a la cadena de mando de las Secta. Ahora el Sabbat esta, tan en foso, como un muerto.

La Camarilla pronto tomo control del resto de la ciudad. Pronto empezó el nuevo gobierno vampírico. Y el Príncipe interino, hasta que se nombrara a un Príncipe de la Ciudad. sería el Antiguo Calebros el Nosferatu.

Ahora Calebros quiere la ciudad que ayudo a recuperar. No solo para él, sino para todo su Clan. que en estas noches ha recibido duros ataques de una fuerza desconocida por el o por otros antiguos de su Clan. el nombre de una bestia antigua está presente en los labios de los Nosferatu, Niktuku, el devorador. Pero Calebros es muy astuto y con los nuevos recursos que le da la posición de poder. ordena que la Cotterie del YOLO Sangriento venga como su manada personal de matones, los hace llamar con un título acorde: Los Talones del Príncipe.

En verdad que el YOLO Sangriento no se lo esperaba. Todos ellos pensaban que serían condenados por la por la corte de Nueva York. Pero no fue así. Ahora cargan con la responsabilidad de las Lex taliones, la ley Vampírica.

La Malkavian Makiel, pensó que sería muy grato empezar a conocer la ciudad antes de que empezará el verdadero trabajo. Después de Nueva Orleans y lo que paso ahí. ha sido muy difícil mantenerse cuerda, y vaya que lo dice una Malkavian pirómana.

Makiel decide visitar la zona de bares y antros de la ciudad, termina en un tugurio de mala pinta. La entrada está en el callejón de dos edificios apretados. En la entrada está llena de jóvenes que quieren escapar de sus problemas. El lugar Y tiene un aroma disfrazado por químicos de limpieza. pero el olor a sangre está en el aire.

Makiel reconoce el lugar como el dominio de alguno de la Hermandad. Tendrá que entrar y presentar sus respetos si es que quiere alimentarse en el lugar.

Algo capta su atención, en la entrada el guardia de seguridad no deja pasar a una Mujer. esta se ve de una edad muy mayor como para querer entrar a este lugar de Jóvenes. además de eso lleva prendas que la hace parece como callejera. No es que me guste etiquetar a la gente, pero algunos prejuicios tienen su base en algo de verdad. Esta mujer soborna al guardia con un billete de cien dólares. Makiel piensa que es mucho dinero, la mujer debe de estar desesperada. La mujer avanza y la puerta del lugar se abre dejando escapar ritmos techno a todo volumen tan fuertes que la hipersensibilidad de los sentidos de Makiel se ve afectada. Makiel se recupera de la abrumadora descara sónica, cuando se da cuenta la mujer ha cruzado el umbral. Makiel tiene curiosidad y no dejara este asunto en pasa. así que se aproxima al guardia dejando atrás a la fila de personas que quieren entrar. El guardia un hombre negro de ciento diez kilos con lentes oscuros y una cortada fea que le atraviesa la mitad de la cara le dice con voz profunda: - No hay lugar, si quieres pasar tienes que esperar a que salga alguien más- Para Makiel esto no es ningún inconveniente, así que saca de sus ropas un fajo de billetes y le dice: - Lo sé, pero necesito entrar- quita del fajo un billete de cien dólares y se lo mete en la chaqueta del negro. Este se le queda viendo y dice: -Señorita, le digo que no hay lugar y será mejor que se forme, hay mas gente queriendo entrar- de la fila se escucha quejas por la prepotencia del guardia y de Makiel que quiere entrar sin importarle los presentes. Así que vuelve a abordar al guardia, pero esta vez será más enérgica. -Déjame pasar- le dice Makiel al guardia usando los dones de la Sangre. Este dudad por un momento y le da paso libre, el guardia le abre la puerta y en cuanto se da cuenta está lidiando otra vez con los jóvenes descontentos, pero en realidad le da miedo recordar que fue lo que paso en ese instante donde perdió toda su fuerza de voluntad.

Crónica de Nueva York.Where stories live. Discover now