Mundos opuestos [Larry Stylinson]

Capítulo 19: "Todo por ti, Lou"

Luego de una sesión de besos, decidieron bañarse juntos, el uno al otro. Algo dulce y erótico, de algún modo.

Cuando ya estuvieron bien abrigados y secos, bajaron para tomar un gran desayuno. Mientras Louis se sentó en uno de los taburetes Harry se dirigió a la encimera y, bajo la atenta mirada color azul, encendió la cafetera eléctrica. Luego, sacó dos tazas que había en el armario encima del fregadero. Las colocó allí y esperó a que el café estuviese listo. Se giró y miró a Louis, quién lo observaba atentamente con una sonrisa.

-¿Qué? –preguntó, confundido por cómo lo miraba.

-Nada –respondió Louis, soltando una risita, mientras quitaba su flequillo del ojo. Simplemente se dedicó a mirarlo… tan solo eso.

-¿Por qué me observabas así?

Louis se ruborizó.

-No tengo una razón, realmente. Solo es que… eres realmente hermoso –confesó, completamente ruborizado.

Una gran sonrisa se deslizó por el rostro de Harry, haciendo que aparezcan sus adorables hoyuelos. Con su mano derecha acomodó su rizado cabello y sin pensarlo dos veces, fue hasta Louis, quedando en frente de él.

-Eres una cosita demasiado tierna –dijo pellizcando sus mejillas.

-¿Tierno? –preguntó Louis frunciendo el ceño- Se supone que las chicas son “tiernas”.

-Bien, entonces eres mi chica –bromeó.

El ojiazul arrugó su nariz y miró seriamente al rizado, fingiendo molestia.

-No creo que quieras que te pegue –amenazó.

Harry soltó una sonora carcajada y acercó su rostro al de Louis, haciendo que sus labios quedaran tan solo a unos pocos centímetros. Hizo que sus narices se rozaran, jugando, por lo tanto provocó que una pequeña risita escapara de la boca del ojiazul.

-Te amo –musitó el rizado, sonriendo.

Las orbes azules brillaron con mayor intensidad.

-Yo también te amo, Hazz.

Dicho esto, apoyó suavemente sus labios sobre los de Harry y lo tomó por el cuello, enredando sus dedos en el rizado y desordenado cabello, proporcionando lentas caricias en su cabeza. Una sonrisa escapó de los rosados labios del ojiverde, en medio del beso. Tomó por la cintura a Louis y la apretó, provocando que un jadeo salga de su boca. Harry aprovechó esto e introdujo su lengua, explorando la cavidad bucal de Louis sin miramientos.

En ese instante, una campana sonó, anunciando que el café ya estaba listo y que su sesión de besos debía terminar… por ahora.

-La próxima vez no hay timbre que te salve –gruñó Harry, apartándose perezosamente de su novio.

-Espero que no –dijo riendo, completamente ruborizado.

El rizado se encargó de preparar sus cafés. Vertió el líquido negro en las dos tazas, en una colocó leche y azúcar, mientras que en la otra, la bebida se quedaba completamente igual, sin nada. Louis hizo una mueca de disgusto cuando Harry se sentó frente a él y bebió el café puro.

-Aún no puedo creer que tomes café solo –admitió dando un mordisco a la galleta de chocolate preparada por Anne.

-Es lo mejor que hay –exageró. El ojiazul rió-. Además ayuda a que te mantengas despierto.

-¿Y para que quieres mantenerte despierto? –interrogó totalmente confundido, ajeno a la pervertida mente de Harry.

-¿Quieres que responda esa pregunta? –contraatacó arqueando sus dos cejas, mirando sugestivamente a Louis.