Nada como volver a casa.

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-Hijo ¿Qué pasó aquí? ¿Qué fue ese grito que escuchamos hace unos instantes? –Pregunta mi padre al ver como la casa había quedado destruida.

-No sé, pero es algo de verdad muy aterrador, yo escuche los gritos desde mi cuarto, vine para acá a encender la luz y me topé con todo esto. –Dije chocando las palabras porque al igual que ellos seguía sorprendido.

-Pero ¿No viste nada ni a nadie? –Replica mi hermana.

-No, todo estaba muy oscuro, solo podía escuchar pequeñas risas muy burlona.

-¿Risas burlonas? ¿Cómo las de los Duendes Macabros? –Pregunta mi madre con mucha inquietud.

-¡NO! –Grité. –Bueno... tal vez. –Respondí con algo de pena.

Se me quedaron mirando con algo de asombro, tal vez habían creído en ese instante que me había vuelto loco otra vez, pero yo sabía que no era así.

Después de eso, algunos eventos estuvieron pasando en mi casa durante los siguientes días. Mis padres y mi hermana cada vez pensaban que era yo quien los hacía, cuando sabía perfectamente que eran otro tipo de cosas. Un día, mientras mi madre podaba el jardín, vi una de esas cosas que tanto me atormentaba oculta en las sombras de la casa, era un duende macabro, no lo podía creer, en aquel momento no estaba loco, tenía razón; lo vi yendo hacía donde mi madre y la tumbo, yo me encontraba cerca de ella, cuando se cayó gracias a esas criaturas, uno de ellos había agarrado la podadora y se la quería pasar por encima a ella, fui rápido a detenerlo, como eran pequeños lo primero que pensé fue en meterle una patada, lo cual hice, y lo mande a volar, agarro la podadora y la detengo, sin embargo, mi madre no había visto lo que había ocurrido en tan poco tiempo, y pensó que había sido yo el culpable, me miro con miedo, le intente explicar la situación, pero me ignoraba cada palabra por completo.

Otro evento que pasó, fue el de mi hermana, estaba en la cocina cocinando el almuerzo antes de que llegarán nuestros padres, yo me le ofrezco a ayudarle, mientras ella cortaba las verduras, estaba pendiente cocinando la pasta que posteriormente le tocaría colar. Cuando dejo de cortar para encargarse de la pasta, una de esas bestias agarra el cuchillo y se esconde en la nevera, a pesar de ser pequeñas eran muy ágiles, cuando la veo, corro a auxiliarla; mientras voy el duende salta para hacerle daño, pero lo consigo agarrar y quitarle el cuchillo, él me muerde y termina disparado lejos de la cocina cuando muevo la mano bruscamente para quitármelo, por desgracia, paso el cuchillo muy cerca de mi hermana, casi cortándole una mejilla. Ella se queda sorprendida, se echa para atrás, y me dice que ella terminaría todo, que yo me fuera a mi cuarto. Sin dudas, eso fue algo muy malo para mí. 

Al día siguiente en la tarde, como a eso de las seis y pico, oigo a mis padres y mi hermana hablando sobre los últimos eventos que habían ocurrido que pensaban que era por mi culpa, yo impactado, tenía que pensar de alguna manera como demostrarles que no era yo el que causaba tales actos. De repente oigo a mi familia diciendo que lo mejor era llamar a los del hospital para que me hicieran algunas pruebas y si era necesario volverme a internar. Podía entender su posición, esto debido a que posiblemente en todo el tiempo que llevan sin tenerme aquí –el año y medio- no haya pasado ningún incidente. Cuando oigo que se levantan de la cama me dirijo directo a mi cuarto, resulta que tocan la puerta de mi habitación y me informan que mi hermana y que mi padre irían a por comida rápida ya que no tenían ganas de cocinar, lo único que se me ocurrió fue asentar con la cabeza, se fueron y me puse a pensar de inmediato en que podría hacer. Cuando salen oigo a mi madre en la otra habitación gritando, pienso en que tenían que ser esas criaturas del diablo y voy de inmediato a ver qué pasaba, cuando entro en su cuarto, efectivamente eran ellos, la tenían amordazada, tenían algunos cuchillos de la cocina y le habían empezado a cortar la ropa. De inmediato fui ayudarla, sin embargo, al ser tantos y al estar armados tenía que tener mucho cuidado. Eran cinco en total, uno en el piso, dos en la cama al lado de mi madre y los otros dos estaban en las mesas de noche cerca de la cama. Me acerco primero al que estaba en la mesa de noche más próxima de mí, el que se encontraba cerca salta hacía mí con el cuchillo, lo esquivo y pateo contra la pared, cuando cae, me dirijo hacía él y lo empiezo a pisar hasta que se deja de mover. Oigo el leve sonido de mi madre intentando gritar, me volteo y veo que estaba siendo cortada, por uno de los dos que estaba cerca de ella, de repente el desgraciado me mira y me saca una tétrica sonrisa, mostrándome unos horribles dientes algo carcomidos, marrones, era algo que me hirvió la sangre pero a la vez me dio pavor hasta cierto punto. Pegando un grito de payaso chillón, el del piso se me acerca y por estar centrado en el que me reía, me logra cortar algo cerca del tobillo, pego un brinco del susto y me alejo de él, oigo otra vez la misma risa y cuando veo hacía mi madre, le seguían cortando; el otro duende que se encontraba encima de la otra mesa de noche, ya no estaba, lo busque echando una mirada rápida a la habitación, en un segundo de reacción, miro hacia arriba y lo veo queriéndome apuntar al hombro, me quito en un instante y me doy cuenta que no son tan brutos como pensé, saben a dónde atacar, tenía que estar muy alerta de sus movimientos, miro hacía mi madre que aun sollozaba por el dolor que le invadía junto con el miedo. Me giro y diviso al que me había cortado el tobillo y corro hacía él, él por otro lado corre de mí y se mete debajo de la cama de mis padres, cuando dejo de buscarlo el que me había intentado acuchillar el hombro me corta en la parte baja del muslo, ¡Mierda! Caí en su trampa, mientras ese que me corto intentaba correr, lo cojo del cuello, le quito el cuchillo y se lo clavo en la cara tan espantosa que tenía, lo tiro y me centro en los que se encontraban cerca de mi madre. Cuando voy hacía ellos, el de debajo de la cama salta en un ataque sorpresa, me detengo antes de que me dé, y en el aire lo agarro y lo empujo contra la pared y vuelvo hacía los que se encontraban cerca de mi madre. Intento agarrar a uno pero éste salta, mientras que el otro seguía haciéndole daño a mi madre, con la irá al tope, de movimiento rápido lo agarro y lo mando por el aire cerca de mí, cuando cae, lo pateo con tal intensidad que se me sale el zapato del pie. Le quito la venda a mi madre de la boca y con un leve sonido me dice: Perdón hijo, no confiamos en ti, de verdad perdón. De repente, vuelvo a escuchar la misma sonrisa y miro hacía la pared más cercano a mí, donde, diviso la sombra de uno que se me había acercado demasiado, no podía alejarlo, así que puse la mano, la cual termina atravesada, pegue un gemido muy seco, como si me faltara el aire, pero, queda opacado cuando escucho el sonido de mi madre a todo pulmón, cuando me volteo y miro el horrible acto, mi madre había sido apuñalada en el corazón por otro que por lo visto aún seguía consciente. Mi cólera revienta a más no poder, unos segundos después oigo la puerta de afuera, eran mi papá y mi hermana que ya había llegado, este era el momento, mire a mi alrededor para intentar coger una de esos duendes y mostrárselos, pero de repente, no había ninguno, ni uno de los que había dejado inconscientes o que seguían lucidos, todos habían desaparecido. Cuando mi padre ve el evento en el que me encontraba, de inmediato corre hacía mí y me taclea, impactamos contra la pared y el golpe me desmaya.

Cuando despierto me veo en una cama de hospital con una esposa que me atrapaba a la misma, de repente oigo a una persona entrando por la puerta de esa habitación, era un oficial de policía, le pregunto que qué había pasado con mi familia, él ignora mi pregunta y me la  devuelve preguntando por mi madre, cómo le había ocurrido lo que le ocurrió, yole conté sobre los duendes macabros, sobre todo lo que ellos habían hecho estos últimos días, el oficial sale de la habitación, tiempo después entra otra vez junto con otro oficial, y me dicen que por mi actos, por mi esquizofrenia, por el hecho de andar viendo duendes que "no existían" y por la muerte de mi madre,me confinarían a un hospital psiquiátrico por el resto de mis días. Esto era un error, pensé, no podían culparme por algo que en verdad no tengo nada que ver como la muerte de mi madre. Me puse histérico haciendo mucho ruido, los oficiales no pudieron contenerme, hasta que una enfermera vino y me puso algún tipo de sedante que me adormeció. Cuando me despierto, estaba en un cuarto muy pequeño, las paredes estaban acolchonada y tenía una camisa de fuerza. Estabaen el manicomio, no podía hacer más nada, había perdido toda esperanza, mi padre y mi hermana ya no creían en mí y seguramente no me querían más después de lo que piensan que hice. Esa noche mientras pensaba en lo que esas bestias habían causado en mi vida, oigo las risas chillonas que tanto me habían atormentado, escucho un "Tic" "Tic" "Tic" proveniente de la ventana que está en la puerta de mi cuarto, eran ellas, me habían seguido, una tenía un ojo golpeado, posiblemente era una de las que me había enfrentado con anterioridad.Me mostraron algo que me rompió el corazón en mil, me mostraron la cabeza de mi madre, después la de mi padre y por último la de mi hermana, después de hicieron una señal con el dedo de que yo sería el siguiente. Mientras estuviera con la camisa de fuerza no podría hacer nada, estaba perdido, a la final no pude demostrar la existencia de estas malditas atrocidades, solo espero que con mi muerte se queden tranquilas aunque yo sepa que no será así, o por lo menos solo quiero que alguien más venga y que termine el trabajo que yo no hice,mandar estas criaturas a donde pertenecen ¡AL INFIERNO!

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Hola a todos espero estén muy bien, después de unas largas clases de como escribir buenas historias, leer un diccionario para aquellos horrores ortográficos y echarle imaginación, haré esta pequeña sección de cuentos de terror, espero la disfruten.

Cuentos y Relatos de N3Where stories live. Discover now