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Otro día, Rubén ya sentía eterno él pasar de las horas haciendo la excepción la noche. La mañana y tarde estaba grabando junto con Miguel y Alejandro el show que llego a captar el interés de una buena audiencia y sobretodo, hay ciertas chicas quienes no dejan de comentar lo lindos que se veían él y el morocho juntos.

—¡Corte, hora de comer! —hablo el director indicando la hora del almuerzo.

El castaño se estiró y se sentó en el sofá, Alejandro lo acompaño y le dedicó una sonrisa al noruego.

—Eres genial Rubén, se ve que estas acostumbrado a este tipo de ambiente —dijo el enano.

—Tú tampoco lo haces mal, e incluso te ayuda tu camisa de Star Wars —río y señalo la prenda que tenía Alex.

—Gracioso tío, el lado oscuro me es fiel en todo momento —río también con lo que decía.

Ambos jóvenes se llevaban muy bien, en pocos días se hicieron amigos y no paraban de dar bola una conversación tras otra, como si sus temas les entretuviera —siendo de videojuego o cosas random—.

Rubén sintió que alguien más se había sentado, giro a ver y para su sorpresa era Miguel.

—Ustedes se ven muy buenos amigos —hablo el morocho viendo a los dos chicos.

—Eso no te importa pringao —se quejó el castaño dando una mirada sería al igual que Miguel mostraba en su rostro.

Alejandro sólo quedaba viendo, en su cabeza se imaginaba que ambos chicos platicarán por medio de los ojos todo tipo de palabras muy ofensivas. Se reía pero le daba curiosidad ya que nunca vio ese tipo de odio entre dos personas; uno lleno de enojo y furia.

—Oigan tíos, ¿por qué se odian tanto? —pregunto interviniendolos.

—Eso no te incumbe enano —le responde Miguel.

—A mi me habla de buena manera. Y además, era una simple pregunta —dijo Alejandro todo serio.

—No deberías meterte en donde no te importe.

—Me meto en donde quiera y cuando quiera, bizco de mierda.

—¡¿Cómo me llamasteis?! —Se levanta del sillón al igual que el de pequeña estatura.

—Bizco de mierda —le repite la ofensa y le da un empujón.

Todos miraron y creyeron que habría pelea, como espectadores darían ánimos y apostarían para decir quien saldría vencedor. El director entra a la sala ya que fue a ordenar y mira que todo no andaba bien hasta dar vista a la mini pelea que estaba a punto de originar.

—¡Oigan ambos! —les llama la atención a los pleitistas—. Quiero aclarar que aquí no es un bar y si me empiezan pelea llamo a los cuidadores y les de buenos modales, ¿me entienden o quieren una probada de lo que estoy hablando? —los miraba de manera fría, el hombre era fiel y firme con lo que hablaba y cumpliría su dicho. En eso se calmaron y volvieron a sentarse—. Eso me gusta. La comida vendrá dentro de unos quince minutos así que nada de violencia en mi ausencia —dijo y se fue sin antes mirar de reojo por última vez a aquellos tres y retirarse del lugar.

~DruDivaza

Te odio-RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora