RECLUTA A8: LA GUERRERA ─── the maze runner [EDITANDO]

━Capítulo cuatro

—Gally, cállate. Lo último que quiero hacer es hablar —le dijo la chica, mientras se acostaba en una de las hamacas, sintiendo como todo se movía a su alrededor.

—¿Qué tienes? —le pregunto el chico, intentando sonar indiferente. Ella simplemente suspiro antes de mirarlo.

—Si lo supiera, créeme que no te lo diría —pronuncio antes de formar una sonrisa de arrogancia que solo consiguió irritar aún más a Gally.

—¿Y tú crees que a mí me importa saber cómo te sientes?

—¿Entonces por qué me preguntaste hace un momento? —la cara de Gally se contrajo en una mueca logrando que Zoe sonriera, el chico no pudo responderle nada ya que salió de la finca intentando ocultar su rostro ruborizado por el coraje y vergüenza.

Algo que Zoe tenía claro era que ella y Gally no serían muy buenos compañeros.

Jeff tardo en llegar varios minutos después, y en todo ese tiempo Zoe no mejoro, el dolor de cabeza seguía ahí, provocando que se sintiera demasiado mal. Pero el doc del área se apresuró para atender a la chica y darle unas pequeñas píldoras, explicándole que estas disminuirían el dolor hasta desaparecerlo. Y aunque al principio la novata desconfió, termino aceptándolas.

Él le dijo que los pocos medicamentos que tenían los mandaban en la caja, especificando para que eran, aunque no los gastaban tan desmedidamente, tenían que hacer uso también de pequeños remedios caseros que recordaban, algo que era realmente curioso puesto que ellos dos eran los únicos en el área que sabían o que recordaban eso, como si estuvieran destinados a ser el equipo médico del lugar.

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Jeff no se había equivocado, gracias a esas benditas píldoras el terrible dolor de cabeza había desaparecido. Tuvieron que pasar varios minutos para que hiciera efecto, pero al fin lo había logrado. Y justo ahora se encontraba buscando a Alby para saber con quién le tocaría hacer su primera prueba, algo que de cierto modo no le emocionaba tanto, pero al menos la mantendría ocupada. Trabajar era lo único que mantendría tanto su cuerpo como mente ocupados y posiblemente así podría ignorar el hecho de que estaba atrapada en este lugar.

—¡Alby! —exclamo Zoe, llamando al líder del área. En cuanto escucho como la novata lo llamaba rápidamente se giró a mirarla, al igual que su acompañante.

—Hola Zoe —la saludaron ambos chicos en cuanto ella llego y estuvo a su lado.

—¿Estás lista para iniciar las pruebas?

—¿Quieres que te diga la verdad o te responda con un 'si'? —le respondió Zoe a Alby con otra pregunta, mientras elevaba ambas cejas y Newt reía un poco.

—Me conformo con el 'si'. Hoy te toca con los carniceros, pero no te preocupes, estoy seguro de que no quedaras ahí.

Zoe abrió su boca indignada, estaba segura de que podría soportarlo como cualquier persona.

—No me subestimes —le dijo a Alby antes de comenzar a caminar detrás de él. La castaña se giró a mirar a Newt, quien elevo sus dos pulgares mientras le deseaba suerte.

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En cuanto llegaron al famoso matadero un olor asqueroso y nauseabundo golpeo las fosas nasales de la novata provocándole unas nauseas tremendas, ahora entendía porque más de un novato había vomitado en cuanto entraba al lugar, sin embargo, ella se aguantó las ganas de salir corriendo del lugar.