Besos y perversión

Crow x Jim

 Solo decir, que pasar esto de las fotos a Wattpad es lo más vergonzoso que he hecho en la vida. No puedo creer que mi redacción era tan mala. En caso de que alguien encuentre faltas, por favor enviarme un mensaje privado para corregirlas, lo apreciare mucho ;)

La llamada había llegado a la una de la madrugada, mientras Jim terminaba una redacción.

Normalmente la habría ignorado, pero con lo que había pasado, habría preferido agarra el teléfono, y lanzarlo hacia alguna zona recóndita de la habitación con la esperanza de romperlo. Sin embargo, al ver de quien se trataba, no pudo evitar la duda. Contestó, a pesar de saber que era una mala idea.

- ¿Qué?

- No cortes.

La voz de Crow inundó su mente, grave y seductora como siempre, pero, esta vez, se añadía un tono impropio de él; frialdad.

- ¿Qué quieres?

- Me cortarás si te lo digo.

- Eso depende de lo mucho que me moleste lo que digas.

Odiaba el poder que Crow ejercía en su mente. Parecía poder controlar lo que pensaba al extremo de manipularlo para hacer cosas que, antes, jamás creería posibles.

Clacó las uñas en el frío artefacto, intentando con todas sus fuerzas mantener la calma.

- Necesito ir a tu casa.

Jim apretó los dientes, y deslizo un dedo hacia la tecla roja, preparado para cortar la llamada. Sus padres viajaron por el fin de semana, su hermano salió con su novia. Estaba solo... a menos que aceptara la oferta de aquel estúpido y sensual chico.

- ¿Por qué a mi casa?

- ¡Maldita sea, Jim! ¿No puedes simplemente hacer sin preguntar?

El menor sintió como algo en su interior se rompía, y murmuró una última frase antes de apagar el celular.

- Vete a la mierda.

Luego lo lanzó con tanta fuerza hacia la pared, que hasta pudo escuchar la pantalla rompiéndose, mientras intentaba reprimir las lágrimas.

"Crow, maldito bastardo" Muy a su pesar, un par de sollozos se le escaparon inmediatamente después de su ataque de furia. Podía imaginarse a sus padres enfadados por la mención de aquella mala palabra.

Llevaba tres horas mirando el techo, cuando tocaron la puerta.

A pesar de que sabía quién estaría tras ella, se levantó, dirigiéndose a la entrada.

Se detuvo un instante, reconsiderando la posibilidad de dejarlo afuera, pero el timbre sonó insistente, desviando sus pensamientos de inmediato.

Estaba empapado. El agua le corría por el cabello, y el cuello, mojando toda superficie a su alcance. Como siempre, Jim se hizo a un lado, dejándole la vía libre. No tenía nada que decirle, y suponía que Crow tampoco. Después de todo, sólo había irrumpido en su morada por una única razón. Era la casa más cercana.

El mayor se internó en el portal sigilosamente, como un gato. No parecía muy contento, su rostro reflejando una mueca que sería capaz de espantar a quien no le conociera, por lo que Jim decidió no intervenir en sus enigmáticos pensamientos. Lo observó de reojo, mientras se quitaba los zapatos, empapados por la lluvia. Abrió la boca para decir algo, pero se arrepintió a medio camino, emitiendo un sonido imperceptible.