—¡Bien! —sonrió—. ¿Sabes algo de Jimin?

Jungkook dejó de ignorar lo que allí sucedía y se sentó sobre el colchón, atento a lo que estaban diciendo ambos, recordó que Jimin se había llevado su teléfono móvil, así que esperaba que no hiciera nada imprudente. Taehyung se extrañó por su reacción, pero decidió continuar con la plática. Hoseok rascó un poco su cabellera anaranjada y frunció sus labios, como si se hallara preocupado.

—¿Qué pasó con Jimin? —se atrevió a preguntar Jungkook.

—Oh, cierto —habló Taehyung—. Él me dijo que estabas mal, por eso vine a verte, pero me llamó mucho la atención su actitud, porque me lo crucé en los pasillos y parecía alterado.

—Yo fui a buscarte a tu habitación y Jimin estaba hurgando entre tus cosas —le habló Hoseok—. Me dijo que tú le diste permiso, ¿es así, Jungkook?

—Sí, no te preocupes —mintió.

Habló tan de inmediato que ninguno de los otros dudó de sus palabras. Tan bien como para no ser descubierto por J-Hope. Jungkook había aprendido a mentir en su vida, así que sabía que debía cubrir a Jimin en lo que fuera que estuviera haciendo.

—Oh, bien... Me dio curiosidad, pues ustedes dos casi no hablan —recalcó Hoseok.

—No es nada, le pedí que buscara algo... —replicó con firmeza—. Él me ayudó cuando me desmayé, así que aproveché a pedirle un favor, ya que no podía hacerlo yo.

—Entonces... —habló Taehyung—. ¿Sabes qué le sucedía a Jimin, Hobi? ¿Te dijo?

—No, simplemente me dijo que lo mandó Jungkook a buscar algo —respondió—. Pero se lo veía en verdad ansioso, no sé qué pasaba. Tal vez peleó con Suga.

—No lo creo, esos dos están muy pegados últimamente —afirmó Taehyung.

—Como sea, te espero en un rato... —sonrió—. Estaremos en el vestíbulo hasta que vengas, ¿bien?

—Entendido, Hobi.

El joven de cabello anaranjado se retiró finalmente y Taehyung se quedó atento a la puerta cerrada, como si no se hubiese dado cuenta de que el otro se había retirado. Mantenía una sonrisa suave en su rostro, con sus mejillas algo sonrojadas, cosa que llamó la atención de Jungkook, quien se estaba comenzando a marear otra vez. Sintió náuseas en un momento, pero no quería vomitar, era algo que odiaba hacer y le provocaba lágrimas. Taehyung regresó en sí mismo y se dispuso a ayudarlo a acostarse de nuevo. Sin embargo, antes de recostarse por completo, se atrevió a preguntar.

—Te gusta Hoseok, ¿verdad?

—¿Eh...? —frunció el ceño—. ¡No, no, no! ¡¿Qué dices?!

—Se nota por cómo lo ves —susurró, sintiendo un nudo en su garganta al ver la reacción tan obvia del otro.

Jungkook en su rostro no expresaba nada, pero por dentro estaba destrozado.

—No, no, no. Estás equivocado, él es como un... ¡Un hermano! —respondió, su voz temblaba por los nervios.

—Eres muy obvio... —lo miró—. Demasiado.

En cuanto el joven de ojos almendrados se percató de que su voz se oía temblorosa llevó sus manos a su rostro y se arrojó a la cama para darse la vuelta. Taehyung se sorprendió demasiado al ver los ojos de Jungkook algo llorosos por un instante, así que se aproximó a él luego de que este se recostara, casi forcejeando para que este dejara ver su expresión.

Jungkook no quería parecer débil, siempre se forzaba a esconder sus sentimientos detrás de una máscara y con el único que algunas veces no podía hacer eso era con Jimin. Jamás lloró ante nadie más que él y su familia, estaba seguro detrás de esa capa de frialdad que se había creado para sobrellevar su situación. Estaba seguro..., pero ahora parecía que ya no tenía nada con qué protegerse.

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