Capítulo 10

2.4K 124 9
                                    

Un nudo se forma en mi garganta.

Me desespera decirle que si.

¿Qué sucederá con Jacob? ¿Cómo le explicaré que tengo novio?

Amo a Ross, me fallaría a mí misma al decirle que no.

Jacob entenderá, el placer podrá saciarlo con otra persona aunque eso no me agrade.

Asiento.

-Si, Ross.

Una sonrisa se plasma en su boca a tal punto de que es contagiosa.

Besa mis labios lentamente pero con necesidad.

Cierro mis ojos, hace una semana no creería que esto estaría sucediendo.

Pone una mano en mi cintura apegándome a él.

Su anatomía choca con mi sexo. Suelto un pequeño gemido.

-Jamás me alejaré de ti.

Murmura en mi oído.

-Jamás me olvides... Jamás dejaré de amarte...Jamás me permitiría que algo te pasará...Jamás.

Roza sus labios contra mi cuello.

Tengo las necesidades de llorar por sus palabras pero sus labios en mi piel me lo impiden.

Acerco mi mano a su pantalón y lo dejo caer.

Termina de quitárselo seguido que desquitarse de sus zapatos.

Me inquieta saber que en cualquier momento alguien pueda entrar, incluido Jacob que normalmente me trae un café a estas horas aprovechando que él se toma el suyo.

-Ross, pueden entrar- Murmuro intentando no gemir entre mis palabras.

-No lo harán bonita, cerré con seguro.

Sonrío a medias, siempre cierra con seguro las oficinas cuando estamos solos, se a vuelto en una bendita costumbre.

Tomo sus bóxers y los bajo, me arrodillo permitiendo tener una mejor vista de su erección.

Pongo mis manos, relamo mis labios ante el tacto de sentirlo tan duro y caliente.

Suelta un gemido.

Lo masajeo, miro a Ross que disfruta de la imagen que tiene bajo sus ojos.

Sonrío traviesa aprovechando que esta mirándome para meter su pene en mi boca.

Paso mi lengua por los costados lentamente.

-Oh, nena.

Los movimientos de mis manos aumentan de velocidad minutos después. 

Sus manos acercan mi cabeza aún más a su miembro.

Mis labios se encargan de devorar su polla.

Mis manos vagan por su erección, observo como los músculos de sus brazos se tensan.

Gruñe.

-Oh... si... Bonita ¿Por qué eres tan apetecible?

Sus roncas palabras me humedecen.

El líquido blanco salir de su boca saca una sonrisa de victoria mezclada de lujuria de mi boca.

Amantes II | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora