Capítulo 22.- La Aventura Continúa

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Después de la feroz batalla en Ganimedes, las fuerzas de reclamación, junto con los miembros voluntarios de la Fuerza Expedicionaria Robotech realizaron los preparativos para poder iniciar una nueva vida, esta vez en compañía de todos los zentraedis e invids con forma humanoide que fueron capturados tras la batalla. A los capturados se les dio un buen trato, como si de humanos comunes se trataran; y se les dio la oportunidad de integrarse a la nuevas colonias, cosa que todos aceptaron por unanimidad.

Tomó tiempo reactivar el sistema FOLD del Icarus, pero cuando lo lograron y volvieron a la Base Lunar Aluce, se habían enterado de como las flotas de la Fuerza Expedicionaria Robotech había derrotado exitosamente a los zentraedis en Júpiter, con ayuda de un ataque Minmei. Como era obvio, Komilla Maeless era la estrella del momento.

Cuando la U.N. Spacy se enteró, les hizo callar a todos, tal y como ya lo esperaban todos los participantes de la batalla. Después de todo no se escucharía bien que una banda de alborotadores había salvado la Tierra de una flota rebelde zentraedi, y menos cuando la misma Tierra se encontraba ocupada por los temibles invid. Aun así, hubieron algunas fugas de información, mismas que entraron en un estado de "Top Secret"; no obstante algunas cosas cambiaron, y todas las personas que participaron en la batalla de Ganimedes se fueron del Sistema Solar.

Por ejemplo, Yang fue contratado por Shinsei Industry, al parecer querían diseñar un nuevo Veritech que superara al VF-11 actual como caza principal. Al parecer le iría bien, en su nuevo hogar en la base de New Edwards, en Edén. Pero hiciera lo que hiciera Yang, quedaba claro que no puede superar cualquiera de las invenciones de Isaac.

Karen y sus allegados fueron transferidos de vuelta a la Tierra, para entrenar a una nueva generación de pilotos de Destroids, para poder continuar con la lucha de resistencia contra los Invid. Aparentemente se dieron cuenta que aún eran útiles en combate, y que la infantería aun sería necesaria, por lo que recurrirían a la comandante Nova Satori y al capitán Dennis Brown para poder ayudarles en sus campañas.

Annie decidió embarcarse en la flota del SDF-15, pero como una civil. Aparentemente ya no quería tener nada que ver con la milicia. Era comprensible.

Andres y Kara permanecieron en la base, al igual que Isaac, Sue, Johnny, Komillia y Loto, sin embargo mientras pasaban los días, Isaac se había dado cuenta de que habían otros huéspedes en el Icarus, tal vez los menos esperados.

— Señor Zimmermann — se oye una voz masculina cerca.

— ¿Sí? — responde Isaac.

— Permíteme presentarme; mi nombre es Thomas Riley Edwards, y necesitaremos de tu ayuda para que puedas ser nuestro ingeniero destacado. — 

— ¿Ayuda? ¿A qué se refiere? — 

— ¿Cómo te lo explico? — Edwards piensa un momento, y continúa: — El almitante Rick Hunter está combatiendo junto con los Centinelas contra las malévolas fuerzas del Regente Invid, y necesitamos de su ayuda para combatir a los invid con nuevas y mejoradas máquinas, y al parecer eres el candidato ideal para que pudieras diseñar algunos aviones nuevos. Asi que, ¿Qué opinas? ¿Te gustaría unirte a nosotros en la lucha contra los invid? — 

Pasan algunos segundos, hasta que Isaac responde: — ¡Trato hecho! —     

Por increíble que pareciera, Isaac recibió amablemente el empleo que ofreció Edwards. Aparentemente el antes mencionado hombre (que poseía una placa metálica similar a la de Breetai), así como sus más cercanos allegados, se interesaron bastante en trabajar en el Icarus para poder desarrollar algunos de los locos inventos del joven Zimmermann.  

Más tarde, en ese mismo día, Isaac bajó del Icarus para dirigirse al mirador de la base lunar. Allí estaba Kara, perdida, viendo el espacio, sosteniendo una hoja en su mano. 

Isaac se acercó a ella y le dirigió la palabra: — Esta sigue siendo tu parte favorita de la base, ¿no es así?—

— Si, podrías decir eso — Kara suspiró — oye... ¿te puedo pedir un concejo? —

— ¿A mí? — dijo él sorprendido— ¿de qué se trata? —

— De esto. —

Kara le dio aquella hoja que sostenía en su mano, era una oferta de trabajo para una compañía privada militar, el Strategic Military Services, una empresa que apenas estaba empezando a ganar popularidad (aunque en realidad se trataría del Ejército de la Cruz del Norte, pero ya con un rostro nuevo), y su dueño quería a una piloto del calibre de Kara, dado que la U.N. Spacy la estaba desperdiciando en la base lunar. La oferta no solo ofrecía una buena paga, sino que consistía en volar prototipos de combate que esa compañía pensaba ir introduciendo al mercado.

Curiosamente, esa misma compañía había ofrecido el empleo también al joven Johnny Wolfe, cuyo apellido llamó mucho la atención de aquellos mismos empresarios.

— Yo creo que deberías de tomar la oferta, si te quedas en la REF, te sentirás estancada. — dijo Johnny.

— ¿Estás seguro? — cuestionó Kara.

— Te voy a ser honesto, esa compañía también me hizo una oferta. Y estoy pensando seriamente en aceptar. Ya hice todo lo que pude aquí y necesitaré un cambio de empleo. — respondió él 

— Qué interesante. — dijo Isaac frente a ambos — Yo acabo de recibir una notificación del sector privado para que pueda trabajar en el mantenimiento del Icarus. Tal vez me den más libertad de poder desarrollar mis ideas. —

— ¿Eso quiere decir que seguirán volando tus locos inventos? — preguntaron Johnny y Kara.

— Si lo quieren ver de esa forma, sí. —

Kara y Johnny se quedaron en silencio, y después Kara prosiguió: — Sabes, después de que paso todo aquello, y que me hablaste altaneramente, te dije que quiero abrazarte o golpearte. —

— Me vas a golpear, ¿no es así? —

Sin decir más,  Kara le dio un fuerte puñetazo en la cara a Isaac, haciendo que éste direra una voltereta en el suelo. Después ella se acercó a él y después lo levantó. Luego lo tomó de la bata y le dio un fuerte abrazo además de un leve beso en una de sus mejillas.

— Tenías razón, Isaac. Porque de no haber sido por tí, tal vez no hubiéramos ganado. —

— Kara está en lo cierto. — replicó Johnny — Tu fuiste quien nos salvó de una muerte segura.—

— Entonces supongo que está decidido, ¿No?  — dijo Isaac adolorido y contento al mismo tiempo, lo cual fue respondido por Kara y Johnny levantando sus pulgares arriba. Isaac continúa: — Johnny, cuida a Kara; te lo encargo. —

— No le fallaré, señor. — respondió Johnny.

— Y tú, Andrés — dijo Isaac dirigiéndose a Andrés — Cuida a Sue, ella tiene muchas historias por contar. — 

— Para eso estoy. — respondió Andrés.  

— Hey, te olvidaste de nosotros — dijo Komillia a lo lejos.

— ¡Komillia! ¡Loto! — exclamó Isaac dirigiéndose a ambos — ¿Qué hacen ustedes ahí? — 

— Recibimos un mensaje del comandante Breetai. — dijo Loto.

— Nos quiere de vuelta a Tirol; debemos informarle al almirante Hunter de que debemos iniciar una nueva ofensiva a la Tierra — replicó Komillia.

— Gracias a todos. — dijo Isaac dirigiéndose a todos los presentes — Fue un buen gusto compartir esta aventura con ustedes.  Ahora hay que seguir nuestros propios caminos. — Isaac se despide de sus compañeros para después dirigirse hacia el Icarus, que ya acababa de despegar. El destino era incierto, pero, sin importar las buenas o malas intenciones, Edwards necesitaba a Zimmermann para el nuevo trabajo que éste último necesitaba.

Y entonces fue que todos los presentes, tomaron caminos diferentes, a distintas partes de la Galaxia. Bien, ese sería el final de esta historia, pero no es el final de la gran aventura espacial, sino que sería tan solo el pie de un interesante principio. Un principio que, será contado de manera diferente por las generaciones que han de venir.

FIN.

Robotech: The Flight of the IcarusWhere stories live. Discover now