Lestath es un demonio encargado de que las parejas cometan adulterio.
Este tipo de demonio son los más odiados por los ángeles ya que no pueden hacer nada contra ellos debido a que no tocan a ningún humano, solo los tentan a que caigan en sus suc...
-Hola...hola-. La mire fijamente y pude reconocer que es la peli negra que estaba en la sección de Kamasutra...tal vez y solo tal vez quiere practicar alguna poses.... relamí un poco mis labios -Hola lindura, ¿Que haces en esta zona prohibida para ti?-. Le guiñe el ojo mientras me miraba sin perder un segundo en parpadear.
-Yo solo vine a dar la vuelta- su voz me parecía lo más sexy que había escuchado en siglos, y esos ojos... grrr -Pues estoy casi seguro que no puedes estar aquí-. Utilice un tono autoritario con ella, podría ser tremendamente sexy pero no permitiría nada de eso. -¡Bien! Me descubriste, la verdad te he seguido-. Sonrío maliciosamente. -¡Oh!- me acerqué a ella quedando a escasos cinco centímetros.
-¡Tranquilo viejo!, no creas que me eres atractivo, digamos que prefiero otras cosas- puso sus dedos en "V" y pasó su lengua por ellos, me pareció extremadamente sexy.
-Entonces...¿que es lo que vienes a hacer aquí?,supongo que quieres que te enseñe algunas cosas, digo, los vejetes como yo, sabemos mucho- observe su cuerpo desde los pies hasta la cabeza, mientras ella se reía cínicamente.
-Sigue soñando betabel, la realidad es que te eh seguido por tus ojos- !Pues claro! Soy único, soy sexy, Soy Lesti... digo Lestath.. después de un rato de hundirme en mis pensamientos y analizando lo hermoso que soy la volví a mirar. -¿Mis ojos?,¿que tienen mis ojos?- los señale y parpadee haciéndole ojitos, mientras ella blanquea los suyos. -No son comunes , más bien son muy extraños, podría jurar que los he visto en Arcángeles-. Explote en carcajada. - ¡¿Arcángeles?!- reí de nuevo-¡Vamos!,recordaría perfectamente haber renunciado al cielo para servir al príncipe. Torció su boca mientras alzaba sus cejas. - Si, probablemente, tienes razón, bueno, como sea, nos veremos pronto...- alzó su mano despidiéndose de mi. - ¡Oye espera!- no iba a permitir que una menor me dejara de esta forma. - ¿Cómo por qué te atreves a hacer una blasfemia como esa?, se supone que eres un súcubo y ellas solo están pensando en sexo y en cómo complacer la carne, sabes que es una grave falta lo que acabas de hacer. -¿Quien dijo que soy un súcubo?, nos vemos idiota- alzó su mano y se fue, dejándome admirar su buena retaguardia, la puerta se abrió y se fue dejándome con una duda plagada en mi mente. Sabía que eso es una tontería, es imposible, recordaría todo, y como por qué si fuese arcángel caería, es una tontería- puse mis ojos en blanco.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Seguí mi camino, pensando en la idiotez de esa demonía, y al pasar por todo la biblioteca no pude evitar fijarme en los ojos de todos los demonios a mi alrededor, que pasaban de ser un café obscuro a un verde largarto, y quizás algunos color azul pero un azul muy obscuro. Retumbaba en mi mente el hecho de que no estuviese equivocada, pero jamás me habían mencionado eso. Me despedí de la bibliotecaria, una mujer realmente hermosa, su pelo negro hasta la cintura haciendo que sus ojos miel resaltarán perfectamente en su hermoso rostro, un pequeño arete figura en su nariz dándole un aire juvenil, Quizás después vendría a saludarla... pero por ahora tengo que encontrar a mi dolor de cabeza.bufé. Abrí un portal hacia mi casa, olvidando la tremenda tormenta que había desatado que me heló un poco la sangre. Llegé a la casa y en el mueble pude ver un bulto, y a lado una nota.
La encontré en las afueras de tu bosque, muy asustada y congelándose espero y se encuentre bien, o te meterás en un grave problema. Nos vemos Nicole.
¡Lo que me faltaba! Estúpida, estúpida, me acerqué al bulto y levante la sábana para observar a Beth hecha ovillo en el mueble. -Hey,¿te encuentras bien?- su cara parece un pequeño tomate, probablemente el frío quemó sus mejillas, y en cierto modo me parecía linda, abrió sus rojos labios, que moría por morderlos, y poco a poco sus ojos, de un azul profundo que contrastaban con su roja cara.
-Muero de frío- esas fueron sus palabras, y me quede mirándola, observe que realmente no es tan fea como creí... De nuevo ese estúpido sentimiento de compasión hacia ella. Pero por esta vez me permitiré sentirlo, ya que no me conviene que muera y menos aquí en mi dimensión. Me levante hacia la cocina y empecé a calentar agua en la estufa, si tenía una, aún que jamás la utilizaba, no tengo la necesidad de comer pero se ve bien en las casas, observe si tenía algún te o quizás café para darle, y lo único que encontré fue chocolate en polvo. Lo siento Beth, es lo único que tengo... prepare la bebida que se me antojaba asquerosa, y me acerqué a ella, la levante con cuidado haciendo que quedase sentada y puse la bebida en su boca, observe con suma curiosidad como bebía, sin importar lo caliente que pudiese estar, la bebió completa sin quejarse del posible sabor, sus ojos permanecían cerrados, decidí subir a mi cuarto con ella, no la dejaría recuperarse en el mueble, aún que sea muy cómodo, necesitaba recostarme también.
Subí las escaleras con ella en brazos algo inconsciente hasta mi habitación, empuje la puerta con mi pierna y la deje en cama, dejando que su blanca y tersa piel resaltará en las sabanas negras, escuche un ligero suspiro y pronto empezó a temblar, no dudé ni un segundo en conseguir un frazada y ponerla sobre de ella. Y algo nuevo para mí despertó... aparecía en mi mente una y otra vez.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No es posible que un demonio como yo se permita sentir esto, fueron mis últimos pensamientos y me tire a la cama, a su lado y me deje embriagar por el perfume de su piel. ¡Boberías! me grite, mientras caía en un profundo sueño.
