#15 "Most powerful"

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Esto estaba convirtiéndose en algo tedioso.

Desde que llegué aquí nada había sido acogedor, es decir, sólo era mirar a la sala de interrogación junto con la espantosa cara de Percival y sus constantes —por no mencionar acosadoras—, preguntas.

Continúe dibujando una alita de pollo en la mesa con mis dedos, tenía bastante hambre y lo horrible que era todo esto sólo empeoraba más las cosas.

—No has respondido mis preguntas, Braxton —murmuró cansado Grives, su mano presionando el tabique de su nariz me daba a entender que estaba igual o más desesperado por salir del lugar que yo.

Volví a poner mis brazos en la mesa, esta vez viéndolo directamente. No iba a dejarle fácil su trabajo.

—Bien. Creo que su amigo muggle tendrá que pagar las consecuencias.

Suspiré rodando los ojos, en serio que el tipo me estaba terminando de hartar.

—¿Qué quieres? —farmullé después de unos segundos.

—Saber qué pasa por tu cabeza —respondió obvio—, quiero que me digas porqué has venido aquí.

—¡No tengo la mínima idea! Desperté aquí hace unos días, no tengo nada que decir... —dije exasperada ante su expresión de no-te-creo.

Algo hizo click en mi cabeza, realmente fue como una especie de memoria.

—¿Qué pasa? —preguntó uno de los guardias y fruncí mi entrecejo.

Aquello fue extraño.

—Vamos, Braxton. Tu amigo muggle puede desaparecer sino cooperas.

—¿Por qué la insistencia en saberlo? —cuestioné levantándome de la silla.

Ambos guardias y el mismo Graves alzaron sus varitas en modo de protección, entonces una sonrisa se posó en mi rostro.

—Quieres encontrar el portal —señalé con burla—. No lo encontrarás si yo estoy aquí.

—Llévensela, ya saben dónde —Percival ordenó apuntándome con su varita y ahí es donde me percaté de que ese era el plan.

Él quería cruzar al mundo exterior.

—Ahora, usted, señor Scamander... nos dirá qué hace en New York con animales dentro de una maleta hechizada.

—¿A dónde la llevan? —preguntó con la mirada fija en mi. Newt trató de soltarse de las esposas e ir conmigo—. Ella no ha hecho algo ilegal, no pueden...

Los guardias me empujaron fuera de la pequeña sala y cerraron la puerta.

Me giré a verles el rostro.

—Uh- oh, tengo que hacer ya sabe —fruncí los labios para darle credibilidad—, ¿podría aunque sea ir al sanitario?

Uno de los guardias, la mujer, me miró tratando de comprobar que fuese verdad.

—No irás sola. Tendré los ojos puestos en ti por si tratas de escapar y no dudaré en usar mi varita —asentí y nos dirigimos al pasillo contrario al de la celda.

El hombre se quedó fuera y la mujer me volvió a empujar dentro de los sanitarios. Me volteé señalando las esposas.

Ella me lanzó una mirada espectante.

—¿Cómo crees que podré hacer con las manos atadas? A menos que quieras ayudar, obvio no sería apropiado... además, no eres mi tipo.

La mujer suspiró fastidiada, con unas llaves abrió las esposas y caminé directo a un cubículo. Cerré la puerta de madera y esperé.

Between the Raindrops [Newt Scamander]Where stories live. Discover now