Prólogo.

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"Se dice que hubo una vez un ángel y un demonio que engendraron un hijo el cual no se sabe realmente si fue un hombre o una mujer por la naturaleza de los ángeles al cambiar cuando quisieran, lo único que se sabe a ciencia cierta fue el castigo que se les dio al romper las reglas cometiendo tal pecado, lo demás dicen algunos, es del supuesto testimonio de quienes estuvieron cerca cuando pasó aquello.

Para ambos fue más que unir sus cuerpos, pues el demonio logró sentir algo más allá de repudio hacia el ser que antes yacía en los cielos, sintió eso que usualmente los humanos llamaban amor, lo cual era imposible de sentir por esas criaturas infernales, se enamoró de un ángel el cual le correspondió éste le estuvo siguiendo el paso creyendo que era un simple humano pues resultaba ser mayordomo de uno de ellos, el cariño se transformó en algo más después del primer encuentro social entre ambos, bajó del cielo para estar con esa persona sin saber lo que era en realidad, fue lo que los humanos llamamos amor a primera vista.

Al darse cuenta del pecado imperdonable, al ángel se le fueron arrancadas las alas y se le obligo a vivir en la tierra sin poder ver nunca más al demonio, que fue torturado por varios siglos hasta que finalmente al no poder más con el dolor de no ver a su amada afectándole más que el dolor físico que pudiera llegar a sentir, murió.

Sin embargo, el ángel caído quedó en estado de gestación después del único encuentro carnal con el demonio, su última forma fue la de mujer por lo que así se mantuvo estando en la tierra, al darse cuenta de su embarazo la mujer trató de resguardar su secreto y tuvo al bebé, heredero de las habilidades de un demonio y de un ángel, tendría todos sus poderes; lo amó y cuidó, los siglos pasaban y fueron descubiertos, no conformes con separarlo de su amado le quitaron al producto de esa noche en la que se entregó completamente a él, no pudo aguantar el dolor de no tener a ambos así que se suicidó poniendo fin a su dolor.

Fue encerrado como si fuera culpa suya lo pasado despojándole de sus poderes y los privilegios de ser un híbrido, sin embargo, fue liberado para cobrar venganza, los obtendría de nueva cuenta cuando derrotara al ángel genocida que ocasionó todos los problemas pues tenía envidia del ángel que se enamoró del demonio."

―Y esa, mi pequeño Ciel, fue la historia del ángel desterrado y el demonio enamorado―dijo una rubia, sonriéndole suavemente

―Mami, esa historia ¿es real? Jamás había escuchado hablar de ella―preguntó curioso un niño de no más de ocho años y de encantadores ojos azules- ¿El producto fue hombre o mujer? -

―No lo sé hijo... Muchos dicen que se trataba de una fémina―aquellas palabras salieron de los labios de la mujer, lo primero hacía referencia a la primera pregunta por lo cual no sé veía muy convencida, aunque el menor no lo notaba, tan solo era un niño―solo espero que no sigas ese mismo ejemplo hijo mío―trató de sonreír de forma muy sutil, su hijo la imitó

― ¿Por qué lo dices mami?―le preguntó extrañado pero sin dejar de sonreír de forma encantadora, era un precioso niño

―No me hagas caso cariño―acarició su cabeza con delicadez

―Mujer, ¿Qué cosas le metes en la cabeza? ―preguntó un hombre entrando con calidez

―Vincet querido, solo le digo que no tome el ejemplo de aquel híbrido, en tomar venganza contra el ángel envidioso―dijo la rubia mirando a su esposo, al encontrarse sus miradas se volvieron cómplices

―Valla, con que ya le has contado la historia...―el hombre de cabello negro se sentó en un sillón, a su lado llegó un perro al cual le acarició la cabeza

―No entiendo―el menor se alejó y se sentó al centro donde había un tapete redondo con varios juguetes―además le pedí a mi mami que me contara una historia diferente―su sonrisa contagió a los mayores

―Eres un buen niño Ciel―dijo esto el mayor con la misma sonrisa encantadora que tenía su pequeño―pero es mejor que vayas a dormir....―sus palabras sonaron extrañas pero el pequeño optó por no darles importancia, grave error

―Claro papi―se levantó y se acercó a la rubia, esta le dio un beso en la mejilla y le regaló una sonrisa muy peculiar

―Hasta mañana, mi amor―sus ojos mostraron cierta tristeza

―Descansa mami y no te pongas triste―fue corriendo con su padre al cual abrazo muy fuerte siendo respondido al instante―hasta mañana papi, descansa... por cierto... ¡Mañana vendrá mi prometida? ¡Quiero enseñarle los nuevos juguetes que me diste en mi cumpleaños! ―exclamó muy feliz

―Lo intentaré cariño y no lo sé... lo más probable es que sí pero no puedo asegurarte nada―lo soltó y le acaricio la cabeza alborotando sus cabellos

― ¡Oh pero papá! Eres un adulto, debes saberlo todo―hizo un puchero adorable

―Vamos mi niño, mañana lo sabrás... así que ahora ve, Tanaka-san te está esperando―lo vio hacer una mueca de decepción y luego correr en dirección de la salida, donde el mayordomo lo esparaba―sólo espero que vengan a tiempo, no sé qué podrá hacerle a nuestro pequeño―dijo cuando solo estaban ellos dos

―Tengamos fe en que vendrán a tiempo―suspiró cansada, recargándose en el respaldo del pequeño sillón―espero que algún día... tome el camino correcto, que no cometa los mismos errores que ella―negó sonriendo

―Esperemos que no... Te amo mi pequeño Ciel...―dijo aunque este ya no se encontrara en la habitación sería como un mudo recordatorio

―Siempre te amaremos―dijeron ambos, esperando lo inevitable

El resto es historia...

―Sebastian, ¿dónde estás?―fueron las palabras de un niño de cabello negro, ojos azules y vestido como un noble ingles

―aquí estoy, Bocchan―le respondió un hombre adulto de cabello negro, ojos rojizos y vestido de mayordomo

―Quiero que me traigas un postre y un té, tengo ganas de comer algo dulce―

―Yes my lord―seguido de decir esto se marchó para traerle un postre a su joven amo, volvió un tiempo después con el bocadillo y el té en una bandeja para su Boccchan―aquí esta―lo dejo en la mesa frente al menor mientras se colocaba a su costado con una leve sonrisa en su pálido rostro

― ¿Alguna novedad Sebastian? ―tomó un sorbo de té con tranquilidad cerrando los ojos para disfrutar de la bebida

―No Bocchan―dijo aquello colocando la palma de su mano en el pecho en forma de respeto

―Bien―pronuncio sin más cortando con una cucharita una parte del trozo de pastel que yacía frente a él

VenganzaWhere stories live. Discover now