2.

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Cuando la mente de Chanyeol finalmente estuvo lúcida, reevaluó la propuesta de Baekhyun de la noche anterior. Admitió su culpa por no haberle permitido presentar su argumento, pero más que nada culpó a la falta de sueño por haberle generado un humor ácido y desagradable esa noche. Dispuesto finalmente a escuchar a su esposo, Chanyeol llamó a la puerta cerrada y trabada de la oficina de Baekhyun.


–Baek, sé que estás ahí. Abre. –Al pasar un minuto, Chanyeol golpeó de nuevo. –Baekhyun, abre la puerta. Tenemos que hablar y si me dejas aquí parado solo estaremos desperdiciando el tiempo.

No pasó mucho hasta que escuchó a Baekhyun destrabar la puerta. Permitiéndose pasar, Chanyeol observó mientras su esposo se volteaba y se sentaba nuevamente en su escritorio. No le entretenía la idea de que Baekhyun le diera la espalda, pero razonó que probablemente se lo merecía. Ninguno habló durante un largo rato hasta que Chanyeol puso sus manos en la silla de Baekhyun, inclinándose hacia él.

–Baek... –dijo suavemente–. Sabes que no me gusta cuando me ignoras...

Volteando la cabeza, Baekhyun le dio una mirada triste pero enfadada.

–Pero cuando realmente me preocupo estoy sobreactuando, ¿no?

En ese momento Chanyeol lamentó el no haberse mordido la lengua la noche anterior. Sabía que eran diferentes. A Baekhyun le gustaba hacerse oír, ya fuera gesticulando con las manos o tensionando la voz, mientras que a él le gustaba mantener las cosas decididas. Pero a veces se le olvidaba que los hábitos de Baekhyun hacían a Baekhyun en sí; insultar aquellos detalles intrincados significaba básicamente herir a su esposo.

Con una mirada solemne en el rostro, Chanyeol giró la silla de Baekhyun y lo levantó. Cuando él se resistió, jaló un poco más fuerte hasta que Baekhyun se puso de pie a regañadientes. Lo envolvió con sus brazos y posó su rostro en la cabeza de Baekhyun.

–No quise decir eso. –Moviendo sus cuerpos de un lado a otro ligeramente, Chanyeol continuó: –Lo siento, Baek.

Pareció una eternidad hasta que Baekhyun finalmente movió sus brazos, tocando lentamente el pecho de Chanyeol con la punta de sus dedos antes de rodearle la cintura con sus brazos.

–Has estado de malhumor últimamente, Yeol...

Él frunció sus labios. Sabía que su humor había estado por los suelos últimamente; de hecho, por semanas. La falta de sueño y la sobrecarga horaria habían hecho mella. Estaba claro, sin embargo, que ese daño no sólo había sido para él y su cuerpo, sino para su relación con su esposo también.

–Lo sé. Lo siento.

Para Chanyeol no había mucho más que pudiera decir además de unas disculpas. No podía hacer promesas. No podía prometerle que volvería a casa más temprano, o que acortaría su trabajo, o que dormiría más. Las promesas como esas no eran prácticas porque no sabía si podría mantenerlas. Era mejor no prometer nada a una promesa vacía.

Si no hubiera estado escuchando o si la habitación no hubiera estado tan silenciosa como estaba, Chanyeol nunca habría oído a Baekhyun sollozar. Cuando intentó mirar su rostro, Baekhyun simplemente lo abrazó más fuerte, presionando su cara contra el pecho de Chanyeol, impidiéndole verla. Él permaneció quieto por un rato y sólo se movió para plantar un beso suave en la cabeza de Baekhyun.

–No debí haberte callado –admitió–. Solamente querías ayudar.

Un instante silencioso pasó antes de que Baekhyun levantara su rostro.

–Estoy preocupado por ti. Sabes eso, ¿no? –Chanyeol asintió. –A veces pienso que el haber comprado esta casa tan apartada de la ciudad fue un error. Me siento tan culpable a la noche, Yeol. –musitó con la voz quebrada–. Has hecho todo esto por mí y ahora estás así. Yo...

10080➫ChanBaek/BaekYeol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora