◇treinta y uno

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Ya va un mes sin verte, Mark.

No sé que me duele más, el hecho de que ni siquiera preguntes por mí o que te echo de menos a pesar de todo.

¿Qué sucede conmigo?

Volví a clases hace cuatro días, si seguía faltando iban a expulsarme y no quiero eso; Jeno ha estado regañándome todos estos días y me quedo callado, porque como siempre, tiene razón.






— ¿No dirás nada, Jisung? Eres un completo idiota si me dices que lo quieres, te golpearé si lo haces.







Con nervios muerdo mi labio inferior, le digo que si asintiendo con mi cabeza.





— Sí, Jeno, quiero a Mark.






Y como me había advertido, entre risas, me golpeo en el brazo, no de manera fuerte, apenas fue un roce.






— No puedo golpearte, Jisung, pero sí eres idiota.







Lo soy.

Estoy a nada de rendirme, pero ahora sé.

Sé lo que sucedió contigo, en tu infancia con tus padres, no puedo creerlo, lo lastimado que estás y ahora lo entiendo, Mark.

Entiendo tantas cosas. ¿Por qué no me lo habías dicho?

¿Me dejarías ayudarte a superarlo?

El timbre suena por toda la escuela indicando el final de la jornada, Jeno tironeandome de un brazo me lleva hasta la salida, como todos estos días; ya que le prometió a TaeYong hyung que me iría a dejar sano y salvo a casa.

Porque saben que si me dejan solo volveré a ti, Mark.

Jeno animadamente me habla de cosas que no entiendo pero de pronto se detiene, apretando con fuerza mi brazo, bloqueándome el paso.






— ¿Jeno, qué...?







Levanto la cabeza y en cuanto veo a la dirección en donde mi amigo mantiene su vista, la sangre comienza a bombear rápidamente por todo mi organismo y los cosquilleos vuelven a nacer en mi interior cuando me sonríes.

Soy tan débil cuando estás cerca.

Te ves tan relajado con tus manos en los bolsillos de tu chaqueta, tus piernas levemente cruzadas mientras te afirmas contra aquel árbol.

¿Vienes a buscarme?







— Jisung, no le hagas caso, tenemos que ir a casa, rápido.








Jeno me habla sacándome de mi ensueño, tomando mi mano con más fuerza pero no quiero moverme, no puedo cuando me miras así.

Mi amigo vuelve a llamar por mi nombre y cuando volteo para responderle sus labios se posan sobre los míos con intensidad.

¿Jeno, qué haces?

Las manos del pelinegro sueltan las mías para sujetar mi cintura, apegándome a él y no quiero alejarme.

¿Qué estoy haciendo?

Me dejo llevar.

Cuando el aire falta nos separamos, Jeno acaricia mi mejilla con ternura y deja un beso corto en mi frente.







— Llévame a casa.








Mi amigo asiente sonriente a mi petición y de la mano nos vamos, dejándote atrás.

Tengo una lucha interna sobre lo que quiero y lo que debo hacer.

Sólo quiero sentirme bien, querido, protegido y amado, alguna vez, una vez.

Y tú, Mark, no me darás eso por más que yo lo anhele.











~cuando me tratas así. [mark | jisung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora