– ¡Oh por Dios, que terrible! –fingió horror llevando su mano al pecho –pero yo no lo he hecho.

– Miente –aseguro West sin mirarla –todos sabemos que tú lo hiciste Jessica, así que ahórrate tu estúpido teatro –Ella lo miro mal.

–No tienes pruebas de eso –le respondió triunfante, él la miró detenidamente por unos segundos.

– director, exijo que se haga una revisión al casillero de Jessica en los vestuarios –sonrió con astucia. El jodido chico era bueno.

– ¡¿Que?! –chillo enojado –no sé qué te propones, pero allí no hay nada – él sonrió victorioso. Maldito seas West Ryader. – Pensó ella. El chico sabía cómo jugar sucio. –¿Lo ve Señor director? Si ella no fuera culpable no se opondría a que se revise su casillero, por lo tanto, Jessica lo hizo.

–¿Quién te crees que eres? ¿El abogado de los pobres? – Rugió Jessica.

– El mejor amigo de Emma y ya que ella no es capaz de acusarte cada vez que abusas de ella, entonces Lo haré yo – Respondió con ferocidad y ella apretó los dientes.

– Por favor. Mantengan la calma los dos –Pidió el director –Jessica lo siento, pero la mejor forma de acabar con esto es que revisemos tu casillero –se levantó y la miró fijamente – ¿O hay algún problema con eso?

– ¡Claro que lo hay! Están irrespetando ¡Mi privacidad! no porque un perdedor me acuse significa que me quedaré de brazos cruzados viendo cómo me pisotean –miro a West y le dedique su mirada de muerte.

– Siento mucho Señorita James que se sienta de esa manera, pero como director es mi deber buscar una solución en situaciones como estas, por lo tanto, le pido que me dé la llave de su casillero –dijo estirando la mano.

¡Carajo! La tenía contra la espada y la pared. Si se negaba a hacerlo se sabría que lo hizo, y si aceptaba también se sabría. Debió ocultarlo en el casillero de Andy o Mandy, pero el estúpido de West la había tomado con la guardia baja, y ella jamás bajaba la guardia o dejaba evidencias –Pensó ella. Miro a todos lados buscando una salida, podía oír el sonido del reloj haciéndola perder la calma.

– Señorita James –la llamo el director mirándola fijamente.

- ¿Sí? –trato de sonreír. Podía sentir la mirada de West sobre ella.

– Deme la llave –exigió.

– Oh la llave, si... este, déjeme buscarla –pidió tratando de hallar tiempo. Abrió su bolso y trato de hacer que buscaba la maldita llave. Con sus dedos empuje el botón de marcación rápida en su teléfono llamando Mandy. Contesta. ¡Contesta! –le rogaba en su mente.

– ¿Hola? – dijeron y ella carraspeo lo suficiente fuerte para que los demás no la escucharan. –Eh, vaya. Parece que no encuentro la llave de mi casillero, para que vayamos a ver si la ropa de Emma esta allí. De todas formas, es una pérdida de tiempo, ya que no fui la que ocultó sus cosas –hablo subiendo el tono de voz, rezando que Mandy comprendiera lo que se refería. Y tal vez lo hizo porque cortó la llamada.

- Siga buscando Señorita James, o tendremos que abrirlo a la fuerza –le respondió el director, mientras West la miraba entrecerrando los ojos.

– Eh, sí. – Volvió a meter la mano en el bolso y suspiro con exasperación, tratando de darle tiempo a Mandy.

–Deja de perder el tiempo Jessica –le gruño West.

–¡¿Porque no te callas, idiota?! –lo fulmino con la mirada.

– Chicos, Chicos. Mantengan la calma, somos personas civilizadas por lo tanto debemos actuar con educación –les reprendió el director con el ceño fruncido.

– Yo puedo ser educada, pero dudo que este al menos tenga educación –señalo a West y el apretó la mandíbula.

– La llave –ladro West. Saco su mano del bolso y abrió unos de los bolsillos delanteros. Ojalá, Mandy lo haya logrado –rezo en silencio sacando la llave.

– Oh aquí esta –se hizo la tonta.

– Por favor démela, Señorita James.

–Si –sonrió forzadamente, estiro su mano con lentitud y puso la llave en la palma de la mano del director. –Ahí están.

– Bueno, no hay más tiempo que perder así que acabemos con esto de una vez por todas.

–Vamos –le dijo West a Emma dándole la mano, ella alzó la vista y miró a la rubia con temor.

–Eh no, no creo que sea necesario –susurro, ella sabía lo que la mirada de Jessica significaba.

– Emma, ya es hora de que Jessica pague –le dijo West de vuelta.

– Pero-pero si ella dice que no lo hizo, es porque no lo hizo –la chica miraba a la rubia y ella le sonrió. Buena chica –pensó Jessica.

– ¿Lo ve director? Emma sabe que yo no lo hice –el director la miró.

– No es así, Emma sólo está intimidada –respondió West frunciendo el ceño – ¿Acaso no lo ve? ¿Lo que Jessica hace?

– Pero ¿qué diablos te pasa? yo no he hecho nada –se defendió con ferocidad. Si West decía algo más ella le patearía el trasero con o sin el director mirándola.

–¡Cállense los dos ahora! –se le estaba acabando la paciencia al director –si siguen discutiendo como un par de niñitos, ¡Los dos irán a detención! Ahora ¡¿Pueden por favor moverse para acabar con esto de una buena vez?! –Los dos se miraron con desprecio y siguieron al director hacia el pasillo. West prácticamente arrastraba a Emma sin dejar de mandarle dagas con los ojos.

Al parecer West y Jessica en una misma habitación desesperaban a cualquiera. Dejo de pensar en West y rezo de nuevo porque Mandy haya hecho lo que se proponía a que hiciera. Tampoco podría ser tan tonta como para no comprender en la situación en la que se veía metida y lo que requería para salir de ella, se supone que tienen códigos para salvarnos el pellejo entre si –Pensó ansiosa.

Tomo una respiración lenta cuando vio cómo se acercaban cada vez más al vestuario de chicas en el gimnasio y comenzó a caminar más lento. West la miró sobre el hombro.

–¿Que? ¿Hasta ahora te das cuenta de que vas a caer? –le sonrió con burla.

- Cierra la boca, perdedor –el director se detuvo y los miró.

– Es la última vez que les digo que se callen.

–El empezó –acuso a West.

– ¿Cuantos años tienes? ¿Cinco? –se estaba burlando de ella.

– Va para los dos –el director miró a West esta vez, suspiró y se dio media vuelta retomando su camino.

El director abrió la puerta de los vestuarios y espero que los tres entraran. Ella paso saliva y movió sus pies hacia allá. Fue la primera en entrar por lo tanto pudo ver una melena rubia correr a esconderse. Miro a los demás sobre el hombro cerciorándome de que no se percataran de Andy. Ojalá lo haya logrado –rogo en su interior caminando hacia su casillero. El director fue detrás de ella seguido por West y Emma. Saco todo el aire de sus pulmones y pudo sentir como una gota de sudor bajaba por su espalda. Ella nunca sudaba en situaciones como estas.

Los demás se detuvieron frente a ella, dándole la espalda a las duchas, donde segundos antes Andy se había escondido. Ella y Mandy se asomaron por la esquina y por su mirada supo que nada bueno iba a pasar. Andy negó con la cabeza y Mandy movió sus labios en un – Lo siento – Jessica cerro los ojos en el momento exacto en el que el director abría su casillero y hallaba la ropa de Emma adentro.

AntifazWhere stories live. Discover now