Capítulo 2.

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Se miro frente en el espejo que había en su casillero retocando su brillo labial. Andy y Mandy charlaban mientras terminaban de vestirse después de sus duchas. Sobre – Lo lindo que estaba Luis Morris.

Hacía ya una media hora que acababan de salir de la clase de deportes. No hay nada más que la relajara que el trabajo físico y un buen partido de Voleibol. Por el espejo pudo ver a Emma escabullirse en silencio hacia una de las duchas. Ahora que lo pensaba ella siempre era la última en ducharse para que nadie la notara. Una sonrisa se formó en su rostro y su mente rápidamente maquinó un nuevo plan. West no podría protegerla allí.

– Me estoy yendo, así que muevan sus lindos traseros –dijo en voz alta sin dejar de mirar hacia las duchas por el espejo. El sonido del agua le indico que Emma ya estaba lo suficiente confiada de poder tomar su baño. Andy y Mandy se quejaron y ella las hizo callar con la mirada.

–¿Qué pasa? – la interrogo Mandy frunciendo el ceño.

– Emma está en las duchas –susurro ella de vuelta. Camino hacia la puerta de los vestuarios y cerro con fuerza para que creyera que se habían ido.

– No se muevan –les susurro de nuevo a sus amigas y las gemelas se miraron confundidas entre sí. Se quito los zapatos y fue hacia donde Emma acababa de dejar su ropa junto a su toalla y las tomo. Corrió de vuelta a su casillero y las metió allí cerrándolo sin hacer ruido, ahora que Andy y Mandy comprendían su plan soltaban risitas tontas.

- ¡Shh! –las callo. Tomo su bolso, sus zapatos, y les indico que debían irse. Caminaron de puntillas y una vez que llegaron al pasillo rompieron a carcajadas.

"Señorita Jessica James, por favor presentarse en la oficina del director" – repitieron por tercera vez en los altoparlantes de toda la escuela.

– Esta muerta –murmuraba por lo bajo mientras caminaba por el pasillo hacia la oficina del director. Si la pequeña perra la había acusado, estaría muerta. Entro al despacho y le sonrió a la secretaria del director.

– Sigue, el director te está esperando – dijo indicando la puerta. Se detuvo frente a la puerta, tomo aire y puso su mejor sonrisa. Toco dos veces.

– Adelante, por favor –el director dijo desde adentro.

Abrió la puerta y se encontró con este y dos personas más. Una era la mosquita muerta, que vestía solo su ropa interior y una chaqueta grande que no era de ella. La otra persona no era nada más ni nada menos que – El gran West Ryader – ahora comprendía quien la había acusado. Emma podía ser de todo, pero no era tonta ni tenía el suficiente valor para acusarla, ella conocía las consecuencias de tales actos.

– ¿Me ha llamado señor director? –pregunto con voz inocente, Ryader la miró con odio puro en los ojos.

– Sí señorita James, por favor siga – le indicó el con amabilidad. Cerró la puerta y miro a Emma, pero ella ocultaba su rostro bajo la manta de su largo cabello negro.

– ¿Puedo saber Señor director porque me ha llamado? –le pregunté.

– Verá Señorita James. Alguien ha lanzado una fuerte acusación hacia usted y es mi deber investigar – ella asintió de acuerdo.

– Tiene toda la razón señor director, pero ¿Podría saber de qué se me ha acusado? –se hizo la desentendida y West gruño.

El director lo miró a él y luego a ella evaluando la situación mientras Emma se hundía más en su asiento. – Bueno, como podrá ver usted Señorita James, la Señorita Stew no se encuentra presentable para andar en los pasillos –habló pausadamente –y se le ha acusado a usted, de tomar su ropa y ocultarla mientras ella permanecía en la ducha de los vestuarios de chicas.

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