El Rescate de un Alma

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El peso de mi culpa era abrumador. Había cometido un asesinato por envidia, celos y odio. Sentía que no merecía más que desaparecer. Me preguntaba si Ángela podría perdonarme si ella me viera ahora. Mi mente seguía torturándome mientras continuaba leyendo la carta de Ángela.

El espectro parecía disfrutar de mi tormento, riéndose de mis sufrimientos mientras revelaba su historia. Aparentemente, había estado atrapado en esta dimensión durante mucho tiempo, mucho antes de que mis padres nacieran. Ya no recordaba sus acciones pasadas, solo sabía que necesitaba engañar a alguien para tomar su vida y escapar. Ese alguien fui yo, y él consideraba su plan como algo exitoso.

El espectro se marchó por la puerta, dejándome en la oscuridad y el silencio, solo. Grité el nombre de Ángela en mi desesperación, buscando ayuda o algún tipo de respuesta. Pero nada vino en respuesta a mis gritos. Mi mente estaba llena de confusión y desesperación, sin saber cuánto tiempo había pasado o qué me esperaba a continuación. Sentía que merecía estar solo en mi tormento.

Luego, una voz temblorosa de un niño interrumpió mi agonía. El niño estaba asustado y me preguntó dónde estaba. No pude evitar asustarlo con mi respuesta, y sus lágrimas comenzaron a fluir. A pesar de mi propia agonía, logré calmar al niño y llevarlo a la puerta. Mientras lo acompañaba, dos voces en mi cabeza luchaban por mi atención: una me instaba a ayudar al niño a evitar este lugar, y la otra me sugería atormentarlo para fortalecerme con su miedo y tal vez encontrar una salida.

Estaba en un dilema moral, sin saber qué decisión tomar. Quería escapar de este lugar terrible, pero algo en mí no quería infligir más dolor a otros. Finalmente, decidí acompañar al niño y permitirle salir por la puerta.

A medida que el niño se iba, me encontré solo una vez más con mis pensamientos. Me di cuenta de que este era mi castigo por lo que había hecho, y estaba pagando el precio por mis acciones. Intenté quitarme la vida con mis propias manos, pero incluso eso era inútil en este lugar.

De repente, una voz llamó mi nombre. Era inconfundiblemente mi nombre, y algo en mí se encendió al escucharlo. Lágrimas llenaron mis ojos mientras mi corazón latía con fuerza. No podía entender por qué estaba llorando. ¿Por qué me afectaba tanto esa voz?

La voz continuó, y finalmente, reconocí a quien pertenecía. Era Ángela. Mi Ángela. Había vuelto por mí. Lloré y grité de emoción y arrepentimiento. Me arrodillé a sus pies, pidiendo perdón con todo lo que tenía. Recordé todo, y finalmente entendí cuánto significaba para mí.

"Ángel, ¿acaso ya te olvidaste de mí?" —dijo su voz.

Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras gritaba mi arrepentimiento. Reconocí su voz, su presencia, y su perdón. En ese instante, supe que Ángela estaba aquí para rescatarme, para sacarme de este lugar oscuro y solitario.

"¡Angelaaa, perdóname!" —grité, liberando todo el dolor y la culpa que había estado llevando.

Ella estaba aquí. Mi Ángela. La misma persona a la que había amado y herido. Ahora, con su perdón y su amor, finalmente podría encontrar la redención y la paz que tanto anhelaba. Juntos, saldríamos de esta oscuridad, y con su apoyo, podría finalmente sanar y enfrentar las consecuencias de mis acciones.

Al Final De Las Pesadillas [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora