Como entrenar a Jack Frost: Amor en Otoño

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Apenas puse un pie dentro fui corriendo hacia la puerta trasera y volví a salir

Camine hasta punta cuervo marcando los lugares que estaban― Para mí desgracia― Vacíos

―Ay los dioses me odian, algunos pierden cuchillos en el lodo, pero yo, ¡Yo voy y pierdo un dragón entero!

Hice a un lado las ramas que estaban frente a mí, pero las golpeé tan fuerte que no di ni un paso cuando volvieron a estamparse en mi cara

Con el ojo adolorido y más molesto que antes trate de ver de dónde venían y todo eso quedo en segundo plano cuando vi que su origen era un árbol... partido en dos

Seguí con la mirada el tronco caído, aun lado la tierra estaba movida, como si algo hubiese resbalado por ahí

Era un rastro muy grande, parecía una barranca pequeña, pero lo suficientemente grande para que todo mi cuerpo cupiera. Lo seguí hasta donde terminaba, detrás de unas rocas que se veían un poco inclinadas, me asomé por encima y vi al gran e imponente furia nocturna

Gemí asustado y volví a esconderme lo más rápido que pude, busque entre mis ropas y saque el pequeño cuchillo que tenia

Volví a salir de mi escondite lentamente viendo como el dragón estaba tirado e inmovilizado por las hondas, podía oír su respiración. Me acerque poco a poco con el cuchillo entre mis dos manos

―Oh... Guau... Lo...lo logre, ay lo logre ¡Esto lo arregla todo! ― Puse mi pie en su mano― ¡Yo derribé a esta magnífica bestia! ― No dure ni dos segundos con el pie arriba cuando el dragón movió su brazo provocando otro susto de muerte

Levante de nuevo mi cuchillo. Observe cada parte de su cuerpo, subiendo hasta su cabeza que ya me observaba con los ojos bien abiertos

Desvié la mirada, pero la regresé en cuanto empezó a emitir unos gruñidos muy extraños, como si estuviera... suplicando

Inhale y exhale repetidas veces armándome de valor

―Te voy a matar dragón. Te voy a sacar el corazón y se lo llevare a mi padre ― lo decía más para mí mismo que para el― Soy un vikingo ¡Soy un vikingo!

Levante el cuchillo sobre mí, cerré los ojos, muy fuerte y solo los abrí una vez para ver como el dragón me seguía viendo con suplica.

Un viento muy helado rozo mi nuca, me estremecí y un gran aire se desato helándome los huesos, el dragón desvió la mirada hacia unos arbustos que se movían con el viento

¿Qué estaba pasando?

Sacudí mi cabeza y volví a lo que estaba haciendo y cuando estaba a punto de bajar el cuchillo

No pude

Miré el cuchillo, el viento seguía soplando y él se retorcía un poco, negué varias veces. No lo haría

Me di vuelta, pero algo me detuvo, volví a mirarlo

―Yo hice esto

Me acerque a las cuerdas y comencé a cortarlas lo más rápido que pude, cuidando que nadie me viera

Nunca se sabe cuándo puede haber más vikingos merodeando en los bosques

Cuando termine apenas pude parpadear y ya estaba estampado contra una roca con la pata del dragón en mi cuello

Él no tendría piedad de mi

Se preparo par a atacar, abrió su boca y yo me resigne a mi muerte ¿Quién diría que moriría asi? Al menos ya no sería una molestia para las personas de la aldea